Capítulo 7.

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Lu Han no podía creer lo lento que se movían todos los empleados del banco, hubo en punto en el cual llegó a pensar que lo hacían a propósito. Tuvo que esperar más o menos cincuenta minutos para que por fin lo atendieran y otros veinte para que le dieran el estado de cuenta que Yi Fan quería.

A pesar del mal humor que se empezaba a apoderar de él, fue capaz de dar las gracias con una leve sonrisa al momento de tomar el documento recién impreso y guardarlo. Hasta le deseó un buen día al empleado del otro lado del escritorio antes de levantarse y finalmente salir de ahí.

El tráfico parecía ser el de siempre, pero eso no evitó que Lu Han soltara un suspiro de alivio apenas llegó al estacionamiento de la agencia.

—Buenos días, Lu Han —saludó amablemente la recepcionista.

—Buenos días, Seul Gi —dijo sin muchas ganas.

—Tienes una mancha en... casi... toda tu camisa.

—Sí, gracias por notarlo —respondió con tono un tanto sarcástico—. Las manchas de café están de moda en París, ¿no es así?

—Lo siento —murmuró Seul Gi, desviando la mirada y continuando con su trabajo.

Intentó restarle importancia a aquello y simplemente caminó hacia donde estaban los ascensores. Su lugar de trabajo estaba en el noveno piso, era una tortura usar las escaleras para llegar, pero ese día estaba siendo horrible, por lo que debió imaginar que tendría que enfrentarse a algo así.

Había un letrero pegado en las puertas de los dos ascensores, mismo que decía "En mantenimiento. Favor de usar las escaleras, gracias". Lu Han lo leyó en voz baja, casi escupiendo las palabras con odio.

Bueno, al menos se podía encontrar con algunos compañeros de trabajo en el camino...

No tenía ni idea de por qué había pensado que eso podría ser agradable. Cada persona que lo veía se detenía a saludar, pero también a notar la mancha de café en su camisa y a hacer un comentario al respecto. En serio, ¿no podían sólo ignorar esa horrible mancha y seguir en sus asuntos?

Esperaba poder tranquilizarse una vez que llegara al noveno piso de aquel edificio. Intentaba convencerse de que todo estaría bien, de que una mala mañana la tenía cualquiera.

—Aquí está tu café —dijo Lu Han al momento de entrar a su área de trabajo, pasando a un lado de Kyung Soo y entregándole el vaso con la bebida fría.

—Hoy terminé conformándome con el café de la oficina, pero de todos modos te lo agradezco mucho, Lu Han —aceptó el vaso sólo para tirarlo en el bote de basura más cercano, no existía fuerza alguna en el mundo que lo pudiera convencer de beber ese café.

Kyung Soo era entre cinco y seis centímetros más bajo que Lu Han, pero de alguna manera era más intimidante. Llevaba su cabello negro bastante corto y su mirada color café oscuro a veces podía llegar a sentirse más fría que el hielo. Aun así, una vez que se le conocía mejor, se mostraba como una persona bastante paciente y dispuesta a ayudar.

—Oh, vamos. El café de la oficina no es tan malo, ¿o sí? —Suspiró el castaño—. Lo lamento, Kyung Soo. No era mi intención tardar tanto. Ha sido una mañana difícil.

—No te preocupes, sé a qué te refieres —se encogió de hombros y luego le dedicó una sonrisa leve—. Al menos llegaste a tiempo para el anuncio más importante del mes. A mí no podría importarme menos, pero sé que tú sí estás emocionado.

—¡¿Qué?! ¿Lo anunciarán hoy? —Preguntó algo sorprendido mientras se acomodaba en su silla y velozmente le echaba un vistazo al calendario que tenía encima de su escritorio—. Lo había olvidado por completo.

Hacia delante [HANHUN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora