Mr. Magicien ( Parte 2)

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Diez minutos después, Lucien volvió a entrar en escena, vitoreado fuertemente por el público entre aplausos, gritos y silbidos de entusiasmo. Era el último acto mágico de la noche y parecía prometer mucho. En esta ocasión, sus trucos se concentraron en manipular el agua en diversos recipientes. Era una locura. Era tan real que les resultaba creer que fuera magia. Sin embargo, pronto las cosas empezaron a ir mal. Al intentar cambiar de color del agua en dos vasos, no ocurrió nada. El silencio fue incómodo. Lucien estaba desconcertado. Volvió a intentarlo y de nuevo nada. Sin perder la calma, procedió a hacer otro truco que consistía en pasar el agua de un vaso al otro sin necesidad de tocarla. Nuevamente el fracaso se produjo. No lo entendía. Los murmullos se oyeron entre bastidores y en el público. Las personas se miraban entre ellas con expresiones de preocupación y confusión.

- No os preocupéis –alzó una mano en señal de despreocupación y una fingida sonrisa de serenidad.

Tragó saliva lentamente y retiró los vasos. Qué mala suerte la suya que tropezó con un cable de sonido y el agua se derramó. Las chispas surgieron de inmediato, produciendo un cortocircuito en el altavoz donde había caído. Lucien pegó un respingo, asustado y las llamas aparecieron. El público exclamó alarmado. El altavoz se incendió en cuestión de segundos y se propagó hacia arriba, donde estaban los focos. El ayudante personal se llevó a Lucien con torpeza mientras el equipo técnico intentaba apagar el fuego. Los agentes de seguridad controlaron al gentío que se había incorporado por miedo al incendio. Algunos desgraciados empezaron a insultar al artista por su torpeza y otros por sus trucos baratos.

- ¡Eres un fracasado! Tus truquitos no nos asombran. ¡Eres un farsante! –gritó Chloe entre los abusadores, siendo arrastrada por su guardaespaldas personal.

Poco a poco, el escenario fue vaciándose por precaución. El fuego siguió caminando pero estaba controlado, ya estaban usando los extintores. Lucien y Sonia discutían cerca de la fuente a la Torre Eiffel, algo lejos del backstage por el desafortunado accidente. El no entendía cómo había fallado en sus últimos trucos, se los sabia de memoria. Estaba destrozado. Nunca le había pasado algo semejante. Su hermana intentó consolarlo. Él no tenia la culpa.

Una ventana se abrió lentamente como si de una lente de cámara se tratase y la voz enigmática de Lepidóptero se escuchó en la oscuridad:

- Qué interesante. La magia esconde tantos secretos fascinantes y peligrosos que si los manejara alguien digno de ella, seria imparable. –sonrió satisfecho mientras un akuma se posaba en su mano y él lo llenaba de oscuridad- ve, mi pequeño akuma. ¡Corrompe su corazón!

Mientras Sonia hablaba con el alcalde y otras personas, Lucien estaba desconsolado, mirando con tristeza el agua de la fuente. Apretó los puños impotente. ¿Qué podría haber salido mal? Era un mago de prestigio, soñaba con ser el mejor, llevaba toda una vida haciendo magia en honor a su padre y ahora le ocurría esto. ¿Cómo era posible? No se dio cuenta que un akuma oscuro se acercaba revoloteando hacia él y se introducía en el broche de su capa. Su corazón se llenó de maldad y sintió que su mente era manipulada.

- Mr. Magicien, soy Lepidóptero. Te concedo el poder de ser el mejor mago de todos los tiempos. Nadie dudará de tu magia y serás admirado por todos. Pero a cambio, harás algo por mi –la voz del villano invadió sus pensamientos como si de un títere se tratase.

- Si, Papillón. Mi magia no te defraudará –le prometió Lucien con una seductora sonrisa.

- Es una pena que el espectáculo haya terminado así, lo estaba grabando todo –se lamentó Alya con un mohín.

- ¿No se suponía que grababas sobre Ladybug? –dijo inocentemente Marinette.

- Ladybug es increíble y lo sabes pero no es para mi ladyblog. No todos los días hay espectáculos mágicos en Paris, querida –le sacó la lengua.

Hechos el uno para el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora