Reunión II

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Estaba terminando de alistarme porque Piero había dicho que llegaría a mi apartamento en media hora, a los pocos minutos ya estaban tocando la puerta y fui a abrir.

-Hola Piero- dije algo nerviosa.

-Ciao amore (hola amor), te traje un pequeño regalo- dijo mientras me entregaba un bello ramo de rosas.

-Piero es hermoso no tenías porque. – fui interrumpida.

-Claro que tenía que hacerlo, eres mi novia y quiero hacerte feliz- dijo.

No pude evitar el sonrojarme, lo abracé y le di un tierno beso en sus labios, el sonrío a te mi reacción y correspondió a mi beso haciéndolo más largo y profundo. Nos terminamos separando por falta de oxígeno –tonto oxígeno- pensé. No sé en qué momento, pero nos movimos hasta la sala de estar.

-Mmmmm. Si gustas puedes sentarte- dije.

-Si gracias- dijo Piero un poco nervioso y se sentó en el sofá.

Fui a la cocina a buscar un jarrón para colocar el ramo de rosas, las puse en el jarrón y las llevé al comedor. Luego me dirigí a la sala, me senté junto a Piero y estuvimos callados por unos minutos.

- ¿Y qué hacemos ahora? – pregunto Piero aun nervioso.

-Te gustaría ver una película en Netflix- sugerí.

-Suena excelente- respondió.

Agarré el control, que se encontraba en la mesita, encendí el televisor, y empecé a buscar una película interesante, Piero sugiero que viéramos Verónica, le puse pausa y me dirigí a la cocina para poder preparar palomitas de maíz.

- ¿En qué te puedo ayudar? - pregunto Piero mientras se levantaba del sofá y se dirigía a la cocina.

-En la refrigeradora hay limonada, sirve la en unos vasos por favor- respondí.

Piero fue al refrigerador, saco la jarra con limonada y la coloco en la isla, fue a buscar unos vasos, sirvió la limonada y volvió a guardar la jarra. Mientras tanto yo estaba terminado de servir las palomitas de maíz en bowl, boté la bolsa y me dirigí a la sala con Piero, le dimos play a la película y Piero puso su brazo alrededor de mis hombros, me moví un poco para que ambos mestuviéramos cómodos y así estuvimos viendo la película.

Cuando terminamos de ver la película Piero me ayudo a limpiar, a lavar y guardar los platos que usamos. Nos dirigimos a la sala otra vez y estuvimos platicando, haciendo cualquier tipo de preguntas para poder conocernos mejor cuando menos sentí de hicieron las 11.

-Ya casi es hora de almorzar, iré a preparar algo, ¿te quedas a almorzar?- pregunte.

-Claro que me quedaré, pero con una condición- dijo Piero.

-¿Y cuál es esa condición?- pregunte.

-Que me dejes ayudarte a prepara el almuerzo- respondió.

-Me parece bien- dije.

Nos fuimos a la cocina y optamos por preparar lasaña, todo iba tan bien, el me ayudaba a cocinar, es simplemente perfecto este momento. Terminamos de prepara el almuerzo, nos servimos y empezamos a comer, terminamos, lavamos los platos y cuando me dirigía para la sala Piero agarro mi mano y me jalo hacia él, dejando un espacio diminuto entre nuestros labios, Piero solo miraba mis labios de una forma tan intensa, yo no dije nada solo me quedé observándolo, segundos después sé iba acercando hasta que nuestros labios se juntaron. El beso empezó lento y tierno pero poco a poco se fue intensificando hasta convertirse en un beso desesperado, estuvimos así por un momento hasta que...

*Sonido de Llamada*
Piero se separó a causa del susto de la llamada.

-Lo siento Alex, es mi celular- dijo Piero mientras buscaba su celular es sus bolsillos hasta que lo encontró y contestó la llamada.

-Alo Barbara- dijo.
-Esta bien iré en unos minutos- volvió a responder y corto la llamada.

-¿Qué dijo Barbara?- pregunte curiosa.

-Que dentro de poco empezará una reunión súper importante y que debe de irme ya, ¿Te parece si después de la reunión vamos a cenar o ver una película al cine?- dijo.

-Me encantaría Piero, pero también tengo una reunión en mi trabajo y no se hasta que horas saldré- respondí.

-Esta bien comprendo, pero si sales antes me escribís y pasaré a buscarte para salir- dijo Piero mientras envolvía mis rostro con sus manos y depositaba un tierno beso en mis labios.

-Esta bien- dije.

-Ya me tengo que ir amore, nos vemos más tarde- dijo mientras me daba otro beso y se marcaba.

Cuando Piero se fue, me dirigí a mi habitación para poder cambiarme de ropa y usar algo más formal para la ocasión, ya que mi madre dijo que esto sería súper importante lo cual me intrigaba mucho ya que no había querido mencionar a quien o quienes les haría un libro, moví mi cabeA para despejar ese pensamiento y así concentrarme en que atuendo usar para la reunión. Después de buscar entre mi armario opté por una blusa blanca, unos jeans y una chaqueta azul negro.

Me mire por última vez es el espejo y lucia genial, como ya estaba maquillada solo me retoque un poco, busque mi carretera y las tarjetas de acceso a la empresa que mis padres me habían mandado para no volver a tener problemas en la recepción, sal...

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Me mire por última vez es el espejo y lucia genial, como ya estaba maquillada solo me retoque un poco, busque mi carretera y las tarjetas de acceso a la empresa que mis padres me habían mandado para no volver a tener problemas en la recepción, salí de mi habitación agarré las llaves de mi auto, salí de mi apartamento directo al estacionamiento, monte mi auto y conducía directo a la editorial, por alguna extraña razón sentía que mi estómago se empezó a revolver, ignoré eso y seguí conduciendo.

Al llegar a la editorial me dirigía a la sala de reuniones, donde estarían mis padres con el o los clientes, fui al ascensor presioné el botón con el número 10 y cuando las puertas estuvieron a punto de cerrase.

-ALTO, ALTO NO CIERRE- escuché que grito una chica.

Reaccione y evite que el ascensor se cerrara, la chica entró algo Águeda parecía que había corrido y en eso pude bote de que se trataba de Rossali.

-Rosse, ¿qué pasó?, ¿por qué vienes así?- pregunte.

-Creí que ya era tarde y salí corriendo de casa- dijo con la respiración entre cortada.

No volvimos a hablar ya que ella trataba de recuperar el aliento, mientras que yo seguía siento que el nudo de mi estómago iba incrementando, como si algo estuviera a punto de pasarme. Trate de relajarme llegamos al piso 10, caminamos por el pasillo en dirección a la sala de reuniones, cada pasó que daba mi estómago me mataba. Cuando llegamos a la sala de juntas, coloqué mi mano en la perilla y pude escuchar risas, al parecer los cuentes ya estaban ahí, tomé aire y abrí la puerta y lo siguiente que vi me dejo en shock.....

A Beautiful ChanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora