2

5.6K 269 240
                                    

Si alguien les preguntaba a Raoul y a Agoney cómo habían acabado tan encoñados posiblemente no sabrían qué responder...O sí.

Es obvio que entre ambos siempre había habido una tensión sexual no resuelta, ambos se atraían y eso no era difícil de ver pero, los dos chicos eran unos cabezones y les costó aceptar lo que sentían uno por el otro.

El lunes después del beso cuando Agoney llegó al instituto no vio a Nerea por ningún lado, no había sabido nada de ella en todo ese fin de semana y la necesitaba, la necesitaba como nunca porque no podía hacerle frente a esa situación solo, realmente no podía: Se había dado el lote con su peor enemigo. ¿O no tan enemigo? Pensó el moreno.

Agoney: ¿Dónde estás? No sé nada de ti...Estás desaparecida...Te necesito😔

Nerea: Estoy bien...Demasiada resaca...Luego hablamos, te quiero💜

Nerea: Por cierto...Tenemos una conversación pendiente sobre lo del sábado😛

Agoney: Lo sé...

¿Qué hago si me mira? ¿Y si me habla? ¿Y si me pide explicaciones? Agoney estaba demasiado confundido.

Agoney intentó tranquilizarse mientras buscaba el maldito libro de historia dentro de su mochila, siempre le desaparecía...Estaba siendo un poco dramático pero, si el rubio le pedía explicaciones, no sabría qué decir.

Estaba claro que a ambos les había gustado lo que habían tenido el Sábado, se les notaba, Agoney se lo notaba pero, ¿por qué había reaccionado así? Se suponía que él no soportaba a Raoul, odiaba al chico que siempre intentaba sacarle de sus casillas...O eso creía.

A Agoney siempre le había parecido guapo Raoul, muy guapo y muy atractivo y sabía que con sus amigos era un amor de chico, por eso nunca había entendido la manera en la que el rubio actuaba con él. De alguna manera Agoney siempre había tenido la curiosidad de cómo sería hablar con el Raoul de verdad. Quizás fue eso. Pensó Agoney dándose por vencido y cogió el libro de Filosofía para disimular, quizás su profesor no se daba cuenta de que no llevaba el libro. Quizás reaccionó así porque el chico desde el primer día de curso le había mostrado un lado suyo que nunca había visto, ese con el que Agoney interiormente siempre había deseado interactuar. Y anda que interactué. Pensó el moreno y se rio solo cerrando la taquilla dirigiéndose a su clase de Historia.

Agoney se tranquilizó un poco al no ver al rubiales merodeando por los pasillos y se dirigió a su primera clase del día. Las tres primeras clases antes del patio se le pasaron demasiado rápidas pensando en unos ojos marrones y una cabellera rubia, pero él eso nunca se lo aceptaría a nadie.

Cuando el timbre sonó dando comienzo a la media hora de descanso salió de su trance y se dio cuenta de lo que ese timbre significaba: iba a ver a Raoul en la cafetería sí o sí.

Agoney se pasó el corto camino pensando en que ojalá al rubio le hubiera dado una diarrea y no hubiera ido al instituto.

Cuando llegó a la cafetería vio a sus amigas, Miriam y Mireya, en la mesa de siempre sentadas, Nerea seguía sin aparecer.

Mientras se acercaba echó un vistazo a la mesa de los Wolfies y no le vio, quizás sus plegarias habían dado resultado.

-Hoy para almorzar hay bocata de lomo con queso-le informó Miriam mientras se sentaba en la mesa-y te he comprado uno que sé que te gustan y quedaban pocos.

-Muchísimas gracias, amiga-dijo Agoney cogiendo el bocadillo y dándole un gran mordisco, mordisco que se le quedó atascado cuando vio a Raoul entrar por la puerta de la cafetería, y le pareció que el tiempo iba más lento de lo normal, como si de una película se tratara.

LIONS VS WOLFIES | RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora