19. Pastillas.

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Cuando Marshall regresó, nadie dijo una palabras sobre el tema de quedarme en su casa, en cambio, Natasha, gesticuló un "Hablamos luego." A lo que yo, asentí.

La tarde fue amena, en ningún momento me llegué a sentir nada incómodo,a pesar de Natasha empezó a preguntarme sobre mi familia, sobre cómo pagaba las deudas, que si tenía herencia...

No, definitivamente la visita no fue incómoda, nunca y cuando los tres empezamos a cantar y bailar canciones de la radio.

Hacía tanto tiempo que no me sentía así, querido y en buena compañía.

Llegó la hora de irnos a casa, y a madre de la casa dijo, a escondidas del pelinegro, que le hablara o le llamara cuando me decidiera. Asentí, y le dí las gracias por haberme arreglado el pelo, ¡y gratis! Pero ella me alegó que eso no había sido nada, es más, que le recordaba cuando ella trabaja en la peluquería y que realmente no le había molestado, que no necesitaba que le pagara nada, yo en cambio, insistí algo más en pagarle, me sabía algo más, a lo que ella me dijo algo así como: "Qué no hace falta, hombre, ¡me llegas a decir otra vez de pagarme, y te doy un golpe en el cuello!", después, se rió.

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-¿E-estás mejor? Ya sabes, cómo estabas enfadado.

-¿Eso? Ah, sí, es que a veces, me enfado por cosas que no debería, y solo necesito despejarme. Yo...Siento haberme portado así, es que, estaba algo,¿confuso? No lo sé, en serio, pero dejemos el tema.- A continuación, me pasó el casco de la moto, nos montamos y nos fuimos a casa.

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Lunes a las seis y media de la mañana, y yo tirando al suelo el despertador, mi pan de cada lunes. Estoy nervioso, hoy vuelvo a la rutina, pero esta vez, siento que nada va a ser igual. Me siento en la cama y admiro la pared, el dibujo que Marshall me hizo... Mentira, realmente tenía tanto sueño que me quedé embobado mirando a la pared, intentando no dormirme.

Marshall entró a la habitación con una sonrisa en la cara.

-¡Buenos días hoy volvemos al sufrimiento del instituto, alégrate!- exclamó sonriente, el ya estaba preparado para irse en cualquier momento, ¿a qué hora se habrá levantado?

-"Buenos"- hice comillas con mis manos- días a ti también ¿Ya has desayunado?

El mayor asintió enérgico,¿qué mierda se ha tomado para estar así?

-¿Te importa meterme en la mochila las pastillas para después? Ayer se me olvidó por completo hacerlo y seguro que se me olvida...

-Sin problema, tu mantente tranquilo.

¿Dónde está el Marshall de ayer y por qué está tan contento? Yo si fuera él no lo estaría tanto, su novia se ha ido con otro y sus amigos le han dado la espalda...

Perezosamente, me fui a la cocina y vi un gran desayuno, supuse que lo hizo Marshall, así que intenté comer todo lo que pude, mientras sabía que me veía desde mi cuarto comprobando que era verdad que estaba comiendo.

Una vez preparados ambos, opté por ir en autobús al instituto, pero nada más Marshall me vio andando hacia el lado contrario que él, me gritó.

-¿A dónde vas? ¿No vienes conmigo?- exclamó mientras se ponía su casco.

-Voy en bus, ¿no lo prefieres? Pensé que es más cómodo, así nadie te verá conmigo y te avergonzarás.

-¿Estás tonto? ¡Deja de pensar eso y súbete conmigo ahora!

"Bullying" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora