Secuestro

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NARRA SAMUEL

-Pasa Samuel -la voz de Alex me causó escalofríos, yo entre a la casa acintiendo con la cabeza; los nervios se apoderaron de mí.

La casa estaba desordenada; las cosas tiradas por el piso, algunos papeles rotos, parecía un aténtico campo de batalla. Pero lo que más me llamó la atención fue un casquete de una bala ya usada, disparada. Tragé saliva y la piel se me heló.

-¿Pasa algo Samuel? Te veo algo nerviso -fue la primera vez que una voz llegaba a ser tan intimidante- ¿Quieres algo de agua? -traté de decir que sí, pero solo volví a acentir.

Alex se fue a la cocina, desde ahí no me podría ver, puedo escapar pero... ¿Escapar de qué? Es mi trabajo, si me voy seguro me despiden. Además, que es lo peor que podría hacer... ¿Verdad?

Me quedé indagando la sala, escuché que Alex agarró un vaso, mis sentidos se agudizan. Fui directo a la bala y la tomé con mis manos, de fondo se escuchó el ruido de el caño abrirse y luego unos pasos se acercaban a mí, rapidamente guarde el pequeño objeto de metal en mi bolsillo y me senté en el sofá como si nada hubiera pasado. Alex justo apareció con un vaso lleno se agua.

-Aquí tienes -dijo extendiendome la mano con el líquido.

-Gracias -agarré el vaso y solo lo sostube ahí, sin darle ningun sorbo.

-Bueno Samuel, la verdad es que no te he llamado precisamente para que me entrenes -Alex se rió y yo sonreí de forma nerviosa- te he llamado para hablar contigo.

-¿Hablar de qué? -pregunté tomado un poco de valentía.

-Para hablar de Guillermo -no ¿No será que él sabe lo que pasó? Si es así, estoy perdido, meterme con su novio... ¿Qué digo novio? ¡Prometido, joder!- tú te llevas muy bien con él ¿Cierto?

-Sí ¿Por?

-Por que, si bien llevo entendido, se conocen hace muy poco y veo cierta conección entre ustedes, una casi instantanea desde que se vieron en la fiesta de Jack.

-Y... -me empeze a distraer con el entorno y vi algo que me asustó ¡La caja de Trotu! ¿Qué leches hace aquí? No creo que Willy dejé a Trotu con Alex, significa que él esta aquí pero... ¿Donde?

-Y ustedes han salido en varias ocasiones, por ejemplo, de campamento -¿Como sabe eso? Me empezé a asustar, Alex se acercó lentamente a mí, intimidante- cosa que no me molesta... -se levantó del sofá y se plantó delante de mí -¡A no ser que lo hallas besado! -tiró el vaso de agua que tenía en la mano, los pedazos de vidrio junto con el agua estaban regados por el piso.

-Alex... yo...

-¡Cállate! -mi boca se cerró y Alex dio un gran suspiro tranquilizandosé y reconbrando su postura- te dejaré ir pero con una condición, no te acercaras a Guille, no le hablaras, no le mandaras  mensajes, no lo llamarás y lo más importante, no volverás a verlo y harás como que estos últimas horas no hubieran pasado ¿Ok?

-Ok, pero...

-¡No hay ningun pero! -se volvió a exaltaran dandome un mini infarto que él notó y se echó a reír- solo por que me has echo reír te dare unos minutos la palabra.

-¿Donde esta Willy? -sus ojos se enfadaron y me tomó de la camisa levantándome de el sofá ¿De donde sacó eso fuerza descomunal? No lo sé.

-No te importa -me miro a los ojos, juraría que pude ver fuego en ellos- ¡Ahora lárgate de mi vista y nunca más vuelvas! -soltó su agarré tirandomé a un lado- es por tu bien.

No, me niego a irme sin saber donde esta Guille, está aquí y eso se siente, debió haber bajado o salido de alguna habitación por tanto grito pero no lo hizo ¿Y sí el tiene que ver con esa bala? . Mi amor por él era tan grande que volví hacia Alex lo tiré al piso, muy cerca de los vidrios y el agua que seguían regados

-¡No me iré! -grité mirando a Alex tirado- ¡No sin Willy! ¡¿Donde está?!

-Buscaló tu mismo por la casa, pero no te aseguró que lo que veas sea de tu agrado -sonrió de manera malvada, lo podría tirar mil veces pero a el no se le quitaría la cara de un autentico tirano.

-Ven conmigo -lo tomé del brazo jalándolo hacia mí ayudándolo a pararse. La situación se había igualado; ni yo, ni él estamos en mala posición pero hay que admitir que la fuerza estaba de mi lado y la astusia de el suyo.

Camine lento por la casa mientras Alex seguía detras mío, no tenía miedo pero hay que admitir que si me había intimidado la primera vez. Había dos pisos, primero me fige en el que me encontraba, el de abajo; tenía 3 habitaciones, la sala, la cocina y una puerta que no sé a donde llevaba.

-¿Puedo entrar? -pregunté con mi mano en la perilla, Alex apartó mi mano y la abrió el mismo.

-Pasé usted.

El cuarto se veía normal, solo era una especie de bodega para guardar cajas y objetos viejos. Cerré la puerta y nos fuimos a la cocina, nada, todo normal. Subimos las escaleras, frente a nosotros un pasadizo con dos puertas a cada lado. Las dos puertas de la izquierda fueron abiertas, solo eran un par de cuartos, nada fuera de lo común solo cuadros en la pared de él, su familia, Willy... eran novios, es normal pero me dolió bastante ¿Y si Willy no me ama tanto como a Alex?

-¿Te rendirás con lo de Guille? -Alex se dio cuenta de que observaba una foto de ellos mientras estaban mirándose muy cariñosamente- ¿Crees que podras igualarme?

No respondí a eso, no quería hacerlo... ¿O no podía? La cosa es que mi preocupación ahora es encontrar a Willy asalvo, no preocuparme por tener discusiones sin sentido.

La primera puerta de la derecha fue revisada, nada, un simple baño, eso significa que Guillermo estaba en la siguiente puerta...

《Buscaló tu mismo por la casa, pero no te aseguró que lo que veas sea de tu agrado》

Esas palabras que Alex me había dicho, parecía que recien surgian efecto; mis pies temblando se dirigieron a la última puerta, ya estaba frente a ella, mis manos temblorosas tocaron delicadamente la perilla y en un suave movimento la abrí.

-¡Willy! -dije al verlo amarrado en una silla.

La habitación en la que estaba no era ni medio normal; caras de extraños marcadas con X rojas, listas que no alcanzé a leer, no especificaré más.

Me acerqué a Willy que parecía dormido, empecé a sacudirlo para que reaccionara, nada, era imposible.

-¿Qué le hiciste? -pregunté y Alex se acercó a mi, su sonrisa malevola no falto- ¿Qué le diste?

-Nada... nada que no te de a ti -Alex me atacó con un pequeño vidrio; no grité para no mostrar debilidad pero si dolió- solo tu merecido.

La sangre empezó a salir de mi herida en el pecho; no dio al corazón, sino ya estaría muerto, pero pudo dar a una arteria y si eso fuera el caso, pronto lo estaría.

-Volveré después, para ver que hago con ustedes -el tirano cerró la puerta bruscamente pero eso no impidio que se escuchara su sonorá carcajada.

Me quedé con mi Willy acariciándole la cabeza, la herida no me importaba, lo que me importaba era su bienestar. Empecé a llorar como nunca, no por la cicatríz que seguro me quedaría, sino por el hecho de ver a Guille ahí tan indefenso. Pronto me desmayé.

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Alex es todo un... Besos y Chau Chau.

Te Seguiré a Ti - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora