Encontramos el Amor por Donde Vamos

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Narra Samuel

Vale, operación “Hacer Que Willy Pase Los Mejores Fines De Semana De Su Vida”, en marcha. Si, el nombre es un poquito largo pero no importa. Lo que importa es ver como aquel ángel sonríe, luego sentir que se acerca a mí y sus labios rozan con los míos para juntarse en un beso.

Empezó con algo tranquilo, como para que no se dé cuenta pero a la vez esté preparado. Ely me había invitado a una fiesta y me dijo que podía ir con Guille. Así fue. Todo estuvo genial, considerando que apenas estuvimos en la fiesta real. Nos la pasamos en los videojuegos. Al final, como había tomado alguito, estaba muy mareado como para poder seguir, así que fuimos a dormir. Lo maravilloso es que fue netamente a dormir. Obviamente no dormiría tranquilo sin probar el dulzor de los labios de mi pequeño. Luego de eso solo se acurrucó entre mis brazos y yo lo abracé, como protegiéndolo de cualquier cosa que pudiera hacerle daño.

Me desperté más temprano que él y fui a hablar con Ely, quien se encontraba tirada en el sofá de la sala principal. Al menos pasó buena noche. La mía fue maravillosa sintiendo a un adorable y tierno chico buscando la más cómoda posición en mí mientras se encogía entre las sábanas. Desperté a Ely levemente aunque eso no disminuyo mucho la fuerza con que lanzó  la almohada en mi cara.

-¿Pero qué te pasa? –dije en un grito ahogado para no despertar a Willy.

-¡Ay, Samy! Perdón, pero te lo merecías por despertarme. –se sentó en forma correcta, luego se trató de peinar con las manos hasta que decidió hacerse una coleta.- Bueno, cuéntame que con Guillermo. –al escuchar ese nombre y pensar inmediatamente en él echado en el cuarto de arriba, posiblemente babeando una almohada pensando que soy yo, soñando en millones de cosas; eso simplemente me sacó una sonrisa inmediata que no pude ocultar.

-Bueno… - dije nervioso tratando de ocultar la sonrisa de enamorado de mi cara- Él es muy especial para mí. –yo podría contar maravillas de la persona que estoy enamorado, aburrir a Ely contando como adoro sus chistes y amo la manera en que sus ojos desaparecen al sonreír. Pero no. Estaba muy entretenido pensando en cómo debe estar haciendo “la pelotilla” tapándose más con la manta dejando al descubierto sus pies.

-De verdad estas enamorado ¿no? –preguntó Ely tranquila sin alejarme de mis pensamientos.

-Sí, de verdad que sí. Y creo que la palabra “amor” no es suficiente para describir lo que siento por él.

-Samuel, yo jamás te había visto tan feliz y perdido al mismo tiempo. Casi nunca salías y menos en plan citas.-Hizo una pausa. Ella tampoco es buena con las palabras, así que más vale pensar.- No conozco mucho a Guillermo pero a ti sí, y para que tú te fijes en alguien hasta el punto enamorarte… debe ser un chico asombroso. Y lo quiero, ¿sabes por qué? Porque ha sacado en ti aquella sonrisa que no había visto desde secundaria. Quiero que seas feliz, él te hace feliz, y todos lo pueden notar por como tus ojos se iluminan cuando piensas en él.  Por eso quería hablar contigo ahora que estoy sobria… He planeado algo…

-Ely… -no es que no confiara en ella, pero sus planes no siempre salían bien. O salía avergonzado o enyesado en el hospital. Tal vez es exagerar… no, Ely está loca.

-Supongo que sabrás que yo no me enteré de que tú salías con Guillermo porque un avecilla me contó ¿verdad?

-Emmm… no.

-¡Exacto! Y creo que fácil decir quién me contó. –sacó un papel de su bolsillo y leyó- Rubén, Miguel Ángel, Frank, y quien di los detalles, Luzu.

-¡Sabía que me habías quitado el papel ese día! –dije casi gritando pero luego me tapé la boca, esperando que Willy no haya oído. Ely no evitó reír. Luego, me extendió la mano con el papel y yo lo tomé, aunque ya me sabía el número de todos.

Te Seguiré a Ti - WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora