Después de las maravillosas vacaciones de verano, sonó el despertador. Mi último curso en bachillerato de Artes, sentía mucha ilusión y ganas de saber que me deparará este curso, me encanta estudiar y superarme cada día.
Me doy una ducha rápida, me cepillo el pelo quitándome los enredos, lo alboroto con un poco de espuma y ni siquiera lo seco, me pongo un vaquero, una camiseta de tirantes blanca y las converse. Sigue haciendo calor y yo que soy bastante calurosa. Sin más demora voy hacía a la cocina a desayunar.
-Buenos días hija, espero que te vaya bien en tu primer día -como siempre está mi madre terminando de desayunar para ir a trabajar.
-Buenos días mamá, gracias -respondo sin más.
Tomo dos tostadas y una taza de café, agarro la mochila y salgo hasta el metro. Ya que mi instituto está a diez minutos en metro de Atocha que es donde yo vivo.
En el metro voy escuchando música, levanto la vista y está Bianca justo en frente mío. Bianca es una compañera de clase y la novia actual de mi primer novio, Álvaro, lo conocí en el colegio y siempre me gustó, en tercero de eso empezamos una relación. Teníamos muchas diferencias por ello decidimos cortar y quedar bien, pero sin ningún tipo de contacto.
A mi madre siempre le gustó Álvaro para mí, es muy controladora, siempre está pendiente de todo lo que hago y no me deja hacer a penas nada.
No tuve ningún otro novio más porque no me enamoré de verdad y no soy de las que están con uno cada noche.
****
Llego al instituto y antes de que toque el timbre veo a Julia.
-Te he echado mucho de menos -dice Julia mientras me abraza.
-Yo también, ¿qué tal las vacaciones? -le pregunto.
Julia es una buena compañera de clase y no he sabido nada de ella durante todo el verano.
-Las pasé con mi tía en su casa de Bélgica como cada verano ¿y tú? ¿En el campamento?
-Sí, volví después de mucho tiempo y fué genial -le respondo con alegría.
Toca el timbre y vamos a clase, las primeras 3 horas pasan rápido, lo único que explicó la profesora es lo que haremos durante el curso, las normas y nos dió el nuevo horario. También hizo hincapié en la selectividad, que era muy importante y que teníamos que centrarnos mucho durante el curso.
En el recreo, me llama Irene, mi mejor amiga.
-Sofía necesito verte.
-¿Qué hiciste ya? Como sabrás estoy en el instituto así que rápido porque tocará el timbre.
-¿Enserio? ¿YA? Ni me acordaba -se ríe.
-Me lo imaginaba, bueno me vas a decir que pasa -respondo con intriga.
-Nos vemos esta tarde cariño, esperame en el sitio de siempre después de tus clases de baile ¿vale? -me cuelga y me deja con la intriga.
El sitio de siempre es un banco donde cada vez que necesitabamos desahogarnos, íbamos ahí.
Las últimas 3 horas pasan más rápido de lo esperado y me dirijo al metro para regresar a casa.
****
-¿Dónde vas tan sola, preciosa? -suena una voz a mis espaldas.
Me doy la vuelta, es nada más y nada menos que el chico más chulo y más creído de todo el instituto, además no lo soporto, lo único que quiere es una noche conmigo.
-No te importa, déjame en paz -respondo borde caminando más rápido.
-Tan guapa y tan borde, anda ven conmigo, te lo pasarás bien -seguía insistiendo.
-¡No me hables, no me interesas o no te das cuenta! -me voy lo más rápido que puedo y entro al metro.
Llego a mi casa a las tres y media, como rápido y me dirijo a la academia de baile. Tengo clases de baile todos los días de cuatro y media a 6 y media, menos sábados y domingos.
-Buenas tardes, como echaba de menos esto -digo entrando a clase.
-¡Buenas tardes Sofía!, ¿qué tal el verano? -responde la profesora con alegría de verme de nuevo.
-Bailaba cada día en el campamento, así que bastante bien.
-Recuerdo que me dijiste que tenías clases de baile allí -me dice mientras pone en orden la clase y cambia algunas cosas de lugar-. Te eché de menos este verano.
-Yo también, no te imaginas cuanto.
Llevo cinco años en esta academia de baile y le tengo mucho cariño a la profesora, además que para mí no hay mejor profesora de baile que ella.
-Oli, mi amor -le digo abrazando a mi amigo que tanto extrañé.
-Sofi, cariño mío. Estás viva ay -cogiéndome en brazos y haciéndose el dramático.
Oliver es mi mejor amigo, baila como nadie y lo conozco desde que empecé aquí.
-Seguro que había muchos tíos buenos en el campamento -me dice levantando la ceja.
-Tendrías que haber venido, habrías ligado con alguno que otro -le digo con cara pervertida.
-El próximo año voy, ay dios, me vuelvo loco.
Es gay, por lo que hablar de tíos es su tema favorito, me entiende en todos los aspectos y tenemos mucha confianza.
Termina la clase de baile, súper divertida como siempre y voy hasta el banco donde Irene me debe estar esperando.
-Me tienes intrigada -digo abrazándola.
-¿Sabes quién me llamó para trabajar en su oficina?
-No estoy para adivinanzas -me pongo las manos en la cabeza-. Pero me espero cualquier cosa.
-Thomas, tía, Thomas. Este hombre que me trae loca del que tanto te hablé.
-Me imagino como va a terminar esto.
-Entiendes que es una de las empresas más importantes de Madrid y encima voy a ser su secretaria, ¡ENTIENDES ESO! -gritando de emoción.
-Me alegro mucho por tí, pero no la líes, porque me imagino que querrás algo más con ese tal Thomas, si lo intentas conquistar puedes cagarla y que te echen a la calle a la primera de cambio -respondo conociendo como es.
-Sofía en la vida hay que arriesgarse, no hay que ser una virgen amargada como lo eres tú -me contesta muy segura de sí misma.
-Te has pasado -le digo mientras me levanto del banco para irme.
-No te ofendas joder, ya se que somos muy distintas y que tú no harías lo que yo pienso hacer pero entiéndeme, ese hombre me pone y me atrae demasiado como para dejarlo escapar.
-Me voy. Mañana hablamos mejor, ya hoy la has cagado demasiado, gracias amiga -respondo algo dolida.
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¿Amor o Lujuria?
Lãng mạnSofía, con diecisiete años, es una chica buena, responsable, tranquila e inocente, con mucho carácter y algo insegura. Vive en Madrid con su madre, ya que su padre reside en Irlanda por asuntos de trabajo. Su vida da un giro de trescientos sesenta g...