Camino al instituto, en el metro y ya por fín mi madre me quitó el absurdo castigo.
Una semana sin verlo, sin saber nada de él ni de nadie. Mi madre está tan enferma que el primer día de castigo, no me dejó ir ni a baile y ni a teatro. Le dije que podía quitarme todo lo que quisiera menos mi pasión por el baile, sino me obligaría a decírselo a mi padre y él no se andaba con tonterías, menos con ella después de todo.Perdía horas de trabajo por llevarme y recogerme del instituto con tal de no verme con nadie, mucho menos con Irene. Ella pensaba que mi mejor amiga tenía que ver con mi comportamiento y mi cambio repentino en este último mes. Yo también me siento más cambiada, pero nadie tiene que ver con esto. Bueno, o eso creo porque desde que apareció Alex he hecho cosas que jamás había hecho.
Lo que más me extrañó fue la visita inesperada de Álvaro que según él, apareció por mi puerta ese mismo día que yo estaba castigada y encerrada. Me parece una estrategia de mi madre, ya que le pregunté y ella sigue insistiendo que debería de estar con él. Estoy cansada, en estos momentos me gustaría tener dieciocho años y perderla de vista de una vez por todas.
Salgo del metro y camino hasta el instituto. Entro a clase, me siento y abro el libro de inglés. Veo como Bianca se acerca hasta mi pupitre.
—Sólo espero que dejes a mi novio en paz —me dice como si yo lo estuviera acosando.
—¿Perdona? Mira yo no sé lo que te habrá dicho Álvaro, pero yo ni tengo ni tendré nada con él. Así que tranquila y ponle las cosas claras a tu querido novio —dije totalmente fuera de lugar, ya que no entendía porque me lo decía ahora, había pasado una semana desde ese encuentro.
—Ayer por la tarde me encontré a tu madre y me dijo que Álvaro seguía enamorado de tí, que estuvisteis juntos el martes pasado en tu casa y que lo dejara de una vez. Me quedé flipando y sin saber porque tu madre se mete en mi relación.
—Yo sí que estoy flipando ahora mismo, gracias por esto. Ya sé quién planeó todo para que Álvaro viniera a mi casa, lo que no sé porque él cedió tan fácilmente —suspiro.
—No entiendo nada, lo único que puedo decirte esque tu madre está muy mal —responde desconcertada.
—Mira, Bianca, tú siempre me has caído bien y yo te deseo lo mejor con Álvaro. Es buen chico, pero no entiendo porque cedió a las manipulaciones de mi madre. Me disculpo de todas formas —dije lo más sincera posible.
Suena el timbre y la profesora entra a clase.
—Siento atacarte sin saber lo que pasó, me parecía todo muy raro. Bueno hasta después.
Bianca vuelve a su sitio y yo me quedo pensativa y flipando cada día más con la madre que me tocó, necesito irme ya de ahí... No aguanto más.
En el recreo Bianca y yo aclaramos el mal entendido, le dije que debería de hablar con Álvaro y le explique que fue lo que pasó para que haga eso. Ella me dijo que así sería y que ya me contaría.
El día pasó lento ya que yo estaba totalmente desconcertada por todo. Llego a mi casa, por suerte no está mi madre como ésta última semana. Patatas fritas y huevos es una buena opción cuando en menos de una hora tienes que estar en la academia de baile. Termino de comer, recojo la cocina y me marcho.
Saludo a la profesora, a mis compañeros y a mi mejor amigo Oliver que en esta semana, es el que más me ha ayudado. Siempre me apoya y me dá los mejores consejos. Ensayamos las tres coreografías de Navidad. Me despido de Oliver con un tierno abrazo y le doy las gracias por estar conmigo cuando más lo necesito.
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Sin más tardar, desesperada por verlo, voy hasta su casa. Toco en la puerta varias veces y nadie abría. Sigo insistiendo, cuando casi me rindo y me voy...
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¿Amor o Lujuria?
Roman d'amourSofía, con diecisiete años, es una chica buena, responsable, tranquila e inocente, con mucho carácter y algo insegura. Vive en Madrid con su madre, ya que su padre reside en Irlanda por asuntos de trabajo. Su vida da un giro de trescientos sesenta g...