Capítulo 9

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Caminando lentamente hasta llegar a la puerta de mi casa, con miedo y rezando para que mi madre no estuviera, ya que a estás horas debería de estar en su trabajo. Giro la llave para abrir la cerradura y entro sigilosamente.

—Por fín apareces. ¿Qué mierdas hacías? —dice mi madre alzando la voz más de la cuenta y mirándome entre enfadada y asustada—. ¿Tú ves normal llegar a las diez de la mañana un día de instituto?

—Lo siento mamá, después de cenar fuimos al centro comercial se nos hizo un poco tarde y yo me quedé sin batería. Hasta que no llegué a casa de Irene no pude avisarte —miento.

—Me has hecho perder un puto día de trabajo, pierdes un día de clases y encima vienes con el cuento que te quedaste sin batería —grita quitándome las llaves de las manos—. Estás castigada que lo sepas.

—Mamá, nunca falto a clases. ¿No crees que soy bastante mayor para que me castigues por estar con Irene en el centro comercial? Me controlas toda mi vida, me... —no me dejó terminar la frase cuando me dá un guantazo dejándome la cara resentida.

—No repliques y para tu cuarto. No me molesta eso, sino que te vayas teniendo clase al siguiente día y lo peor que me avises a las dos de la mañana diciendo que estás en casa de Irene cuando yo llevaba toda la noche llamándote y esperando que me respondieras —en su mirada había fuego.

—Esta vez te pasaste y esto no se quedará así —dije con la mano en la cara y los ojos inundados en lágrimas—. Ojalá vivir con Papá, al menos él, me trataba bien.

De seguido y sin más tardar antes de que me respondiera o pudiera pegarme de nuevo salgo rápidamente hacia mi habitación encerrándome con pestillo.

No pude aguantar más y mis lágrimas cedieron por mis mejillas, cada vez con más fuerza. Me acosté en la cama, me sentía muy mal, me dolía todo el cuerpo y también estaba dolida por dentro. Me dolió que mi madre me hablara así y además me pusiera la mano encima. Sé que no hice bien en mentirle, pero llegó demasiado lejos.

Estando con Alex se me pasó completamente avisarle. En ese momento no pensé, me dejé llevar por la pasión y las ganas que tenía de él. Igualmente sé que aunque la hubiera avisado lo mismo sería porque el hecho de que falte un día a clase no lo soporta. Nunca lo hice, joder.

También sé que le dolió la última frase que dije, mi padre tampoco es un santo, al contrario. Pero jamás me puso la mano encima. Llevan seis años separados, al principio de la separación, estuve un año sin ver a mi padre ya que él se fue a Irlanda a trabajar en una de las empresas más importantes de allí. Yo en ese entonces tan sólo tenía once años y mi padre antes de marchar se disculpó conmigo, y me dijo que iba a hacer todo lo posible por volverme a ver. Ya que mi madre le quitó la custodia compartida por abusar con el alcohol, que eso sí es cierto, mi padre cada vez que llegaba del trabajo se emborrachaba y mi madre lo pasaba mal. Lo hacía porque sentía que no llegaba a fin de mes, trabajaba en un pequeño comercio donde le explotaban, se agobiaba y su única salida era el alcohol.

Tantas peleas y discusiones vieron mis ojos, tantas noches lloraba porque mi madre no le alzara la voz a mi padre para evitar que este le pusiera la mano encima bajo los efectos del alcohol. Después de un año sin ver a mi padre y extrañándolo porque al fin y al cabo era mi padre y en parte lo entendía. Consiguió lo que me prometió y ese año fue el primer verano que pasé en Irlanda, al ver que yo le pedía cada día ir a un campamento, me lo concedió y así fue como pasé el mejor verano y conocí a mi mejor amiga, Irene.

Mi madre fue mucho peor, ella no trabajaba, ya que no estudió cuando tenía que estudiar y no había trabajo en esa época. Esta mujer nunca me dejó hacer lo que me gustaba, miles de veces le dije que quería apuntarme a baile y siempre se negaba rotundamente. Quería que estudiara lo que ella quería estudiar de pequeña y no estudió. Ella quería ser médico, sueño frustrado. Mi padre la amenazó, le dijo "Si no apuntas a Sofía a baile y no dejas que sea feliz haciendo lo que le gusta, se queda en Irlanda conmigo". Mi madre tuvo que ceder y buscar una de las mejores academias de baile e inscribirme allí. Ella desde la separación se formó y ahora es diseñadora de interiores. Pudo mantenerme mientras estudiaba gracias a mi padre que le enviaba dinero para mí.

¿Amor o Lujuria?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora