Voy a clase de teatro, que tengo lunes y viernes de ocho a nueve.
Por el camino pienso en las palabras de Irene y por qué me ofendí, claramente porque lleva razón, estoy todos los días en mi casa encerrada estudiando y leyendo, mi madre no me deja hacer nada, me controla y tengo que hacer lo que ella quiere.
Este verano en el campamento, con Irene y todos los chicos de allí, pensé que no quería seguir viviendo como llevo viviendo estos años, quería darle emoción a mi vida y vivir cosas que no he vivido.
Aunque sin dejar mis estudios, para mí estudiar es lo más importante y no los dejaría por nada del mundo. A parte de eso lo que más me llena es la pasión que tengo por el baile y las clases de teatro en las que tanto me divierto.
El campamento, es el único sitio al que me deja ir mi madre en verano, llevaba 3 años sin ir por culpa de ella. Me deja porque mi padre vive en Irlanda, piensa que estoy con él en su casa y me "vijila". En realidad no es así, hace 5 años cuando me fuí por primera vez a Irlanda con mi padre, le dije que me aburría y que quería pasar el verano en un campamento, mi padre aceptó, además le pareció muy buena idea. Todo esto sin que mi madre lo supiera.
-Lo siento -me choco con un joven que no había visto en mi vida, voy tan metida en mis pensamientos que ni siquiera miro por donde voy.
-Se nota que vas distraída, ten más cuidado, sobretodo cuando cruces la carretera -me dice el joven dejándome un poco desconcertada
-Mmm sí, no mire por donde iba -respondo ruborizándome.
-Veo inquietud en tus ojos, ¿te sientes bien? -dice el joven dejándome más descolocada que anteriormente.
-No entiendo, no me conoces de nada y no sabes nada de mí.
-Perdón, no quería incomodarte. Soy psicólogo y a veces me es imposible no analizar, además me pareces una buena chica, puedo notarlo en tus profundos ojos verdes.
-No te pedí consulta así que deja de analizarme -digo borde y caminando más deprisa.
Pierdo de vista a ese joven tan raro y llego a teatro.
****
Mariana: Te amo, Javier.
Javier: Y yo a ti, Mariana. Es una lástima que nuestras familias no se soporten.
Don Ernesto: ¡Pero mira como vengo a encontrarte! ¡Con este idiota! (Empuja a Ernesto). ¡Suelta a mi hija o ya verás!
Una mujer y un anciano aparecen en escena.
Tía Elisa: ¡No se atreva a ponerle una mano encima a mi sobrino, infeliz!
Don Ernesto: ¡Es su sobrino quien debe quitarle las manos de encima a mi hija! ¡No quiero volver a verlos juntos o soy capaz de matarlo! (Toma a su hija de la mano y la arrastra con él). ¡Vámonos, Mariana!
Mariana: ¡Papá, por favor!
Se la lleva y el anciano niega con la cabeza.
Abuelo: Esto va a terminar muy mal.
FIN DEL PRIMER ACTO
-Muy bien chicos, estoy bastante sorprendido -dice el profesor-. El viernes haremos el segundo acto y a ser posible el tercero y último, ¿os parece bien? -pregunta esperando un sí como respuesta.
-Me gusta mucho esta obra para empezar, también me agrada Mariana, mi personaje -digo con entusiasmo
-Y lo haces muy bien, se nota tu esfuerzo y veo que has perdido timidez -añade el profesor.
****
Cuando por fín llego a casa, después de un día agotador, como casi todos mis días entre semana, sin parar un sólo minuto. Entro en la ducha, el agua caliente recorre mi cuerpo y es justo lo que necesitaba para relajar mis músculos tensos.
Suena el móvil, que dejé en el mueble al lado del váter, seco mis manos y lo cojo.
-Siento lo de hoy, no pensé que te sentaría tan mal -dice Irene apenada por las palabras de esta tarde.
-No te preocupes, dramaticé demasiado, no fue para tanto y en parte llevas razón.
-Sinceramente no me imaginaba esta respuesta -sorprendida.
-Estaba duchándome, mañana hablamos, me paso por tu casa cuando termine baile. ¿Te parece bien?
Quedamos en eso y nos despedimos. Acto seguido mi madre me llama para cenar. Termino de secarme, me pongo el pijama y me dirijo a la cocina.
-¿Cómo te fue el día hija? -pregunta mi madre nada más verme aparecer-. Mañana te pones una camiseta menos provocativa, se me olvidó decírtelo esta mañana porque llegaba tarde al trabajo.
-Me voy a dormir, estoy cansada.
-Come algo, no puedes ir a dormir sin probar bocado, Sofía.
-Mamá no tengo ganas de verdad, comí algo viniendo de teatro -miento para que me deje irme y salgo de la cocina.
Me tumbo en la cama mirando al techo, mis ojos se llenan de lágrimas, pestañeo y caen por mis mejillas, sin saber por qué. Quizá mi madre lleva razón, mi ropa es demasiado provocativa aunque según Irene mi ropa es de monja.
Puede ser que David siempre intente cosas conmigo por mi forma de vestir...
También pienso en el joven que me choqué esta tarde, las palabras que me dijo me dejaron desconcertada. Me gustaría saber quién será, dijo que era psicólogo, pero no lo había visto por aquí en mi vida.
Después de darle vueltas a todo, analizo las palabras de Irene. Entre David, el joven, Irene y mi madre; estoy totalmente confundida. Hasta que por fín logro dormirme.
****
Termina la semana, tan sólo la primera semana y ya tenemos muchos deberes, trabajos y fechas de exámenes fijadas. Todo lo llevo al día. Este sábado estuve con Julia en la biblioteca la mayor parte del día. Por la mañana empezando el trabajo de fundamentos del arte y dibujo artístico. Por la tarde terminando los deberes para el siguiente lunes. Y por la noche estuve leyendo un nuevo libro de poesía hasta quedarme dormida.
El domingo me levanté temprano para repasar cada asignatura y cada tema que hemos dado, sí, en la primera semana dimos como 3 temas de cada asignatura. Por la tarde estuve en casa de Oliver. Estuvimos ensayando el nuevo baile y eso sirvió para despejarme.
Antes de terminar el día e irme a dormir, estuve hablando con Irene, ella emocionada contándome que mañana sería el primer día en la empresa más importante de Madrid, llamada "Newness Company", menos mal que mi amiga sabía hablar inglés a la perfección gracias al campamento de verano en Irlanda en el cual nos conocimos hace cinco años y ella va cada verano desde que era una cría.
Yo le pedí disculpas por no haber podido quedar con ella desde el martes, le expliqué que estaba muy liada y que apenas tenía tiempo de nada. Lo entendió pero me dijo que el siguiente finde tenía que estar sólo para ella, le prometí que así sería.
También estuvo diciéndome que tenía muchas ganas de volver a ver a Thomas, que la traía tan loca, encima siendo su secretaria. Irene y Thomas se conocieron gracias a Alison, amiga de Irene, que por cierto me cae fatal, se lo tiene muy creído y es bastante misteriosa.
ESTÁS LEYENDO
¿Amor o Lujuria?
RomanceSofía, con diecisiete años, es una chica buena, responsable, tranquila e inocente, con mucho carácter y algo insegura. Vive en Madrid con su madre, ya que su padre reside en Irlanda por asuntos de trabajo. Su vida da un giro de trescientos sesenta g...