conocer al ejercito.

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Me levante excesivamente temprano de los nervios, me puse ropa comoda, ate mi largo pelo en una cola de caballo alta y me puse el lente de contacto.
Termine de prepararme y me fui al salon de los tronos a esperar a Daisuke, lo esperaba sentada en mi trono, al cabo de un rato de estar ahi escuche la inconfundible voz de mi amado mago dimensional que decia
-llegaste temprano- yo muy feliz por verlo a la cara le dije -si, es que estoy nerviosa- él no dijo mas nada pero su mirada se oscurecio y dijo -espero que Maia te trate bien, ella puede ser un poco agresiva, no soporta perder, es orgullosa y no le gusta recibir ordenes, pero si ganas su confianza sera una gran amiga, siempre y cuando no te ubiques como superior haciendoselo notar, no importa que seas superior en estatus social, tratala como tu par- él parecia preocupado por mi... O por Maia, no estaba segura, el hecho de no estar segura me molestaba un poco pero intente ignorar el tema, asi que asenti con la cabeza y empezamos a caminar.
En medio del camino decidi contarle de Hiro y le dije que conocia lo que pasaba con mis ojos, asi le conte tambien que me iria a entrenar, ademas le conte que haria el ritual, conte todo esto y él estaba con la mirada perdida en cualquier lado, ya enojada le pregunte algo que queria saber -¿vos tmbien tenes un pecado marcado en tus ojos?- él parecio reaccionar al tono enojado de mi voz, empezo a reir y por primera vez me respondio rapido -perdon oksiris, estaba pensando en Maia, igual estaba escuchandote, y no, no tengo pecado marcado en mis ojos, es diferente, yo tenia ambos ojos azules hasta que herede la magia dimensional de mi padre, la magia dimensional se ubica en la pupila de tu ojo y siempre es de color negro- yo estaba muy molesta porque estaba conmigo y pensaba en Maia asi que lo ignore en resto del camino.
Al rato de nuestro ultimo dialogo me dijo -estamos por llegar, por favor, no provoques a Maia, puede ser peligrosa si se enoja- cruzamos una puerta y habia una especie de enorme coliseo, éste estaba dividido en areas de combate, áreas con mesas, mapas de los reinos, estaban preparandose para una gran batalla y se notaba.
Cuando entramos todos en este coliseo se dieron vuelta a mirarme, ciertamente parecia que querian asesinarme, cortando esta atmosfera llego Maia, que con una personalidad muy diferente a la que conoci vino corriendo a abrazar a Daisuke.
Ellos se quedaron abrazados ignorandome y yo como para hacerlos reaccionar tosi muy fuerte, en ese momento se separaron, tanto Maia como Daisuke estaban ruborizados (nunca los habia visto asi) ella trato de ponerse firme y dijo -gracias Daisu por traer a la princesa, yo me ocupo- ella le regalo una sonrisa muy autentica y se dirigio a mi, me agarro de la mano y me arrastro detras suyo hasta una de mas mesas con mapas, en esta mesa habia 4 personas:
Una mujer rubia de ojos azules, un poco mas bajita que yo, delgada, vestida con un uniforme completamente blanco que tenia 2 medallas ubicadas a la altura del corazon (podia suponer por la descripcion de mi tio que ella era Maira Lee, la madre de Maia y 2da general del ejercito).
Despues habian 2 hombres y una mujer mas, yo me acerque con Maia hacia ellos y me presente diciendo -soy Oksiris Emmunur, un placer-
Un hombre alto, de ojos grises, pelo color chocolate y corto,  el cual tenia un uniforme negro sin medallas se acerco hacia mi y se arrodillo -princesa, mi nombre es Lei Kuro, soy el jefe de ejercito del reino, estoy a tu servicio- a pesar de arrodillarse no bajo la cabeza, me miraba a los ojos transmitiendome mucho cariño y le respondi con cariño (yo sabia quien era, habia sido el consejero de mi tio, estaba muy feliz de verlo) -mucho gusto Lei, vine a entrenar asi que hoy somos pares, siento mucho la perdida, a mi me dolio mucho lo que paso- todos los demas generales me miraron muy mal pero Lei seguia siendo cariñoso y dijo -recibi la historia de como paso todo por parte de la reina,  pero estoy feliz que vos estes aca, conta conmigo, niña- baje la cabeza diciendo que si y él se levanto (sentia al fin que tenia un aliado en el reino) despues de unos segundos dirigio la mirada hacia los generales (las personas de uniforme blanco) y empezo a presentarmelos -ella es Maira Lee, la segunda general del reino- la mujer rubia de ojos celestes se acerco y estrechamos las manos (se notaba que me odiaba), Lei ignoro la mirada amenazante de Maira y señalo al proximo hombre de uniforme blanco (este con 3 medallas) este tenia el pelo color chocolate como Lei pero tenia el pelo rapado tan corto que apenas se diferenciaba el color, ademas tenia ojos color cafe muy indiferentes, era como si nada le interesara, Lei dijo -este es Shu, mi hermanito- nos estrechamos las manos, pero no solo no senti amenaza en sus ojos, si no que no senti nada, él era indiferente a todo (era muy opuesto a Lei) , sin esperar que Shu diga nada Lei me presento a la ultima persona en la mesa -ella es Mei Kamiyoshi, la cuarta general del reino- ella tenia 4 medallas en su uniforme blanco, tenia unos ojos color miel similares a los de Hiro (esto me hizo sonreir, queria ver a ese chico por alguna razon), ella tenia el pelo largo y completamente lacio, esta mujer con una gran sonrisa me estrecho la mano diciendo -cuente conmigo, majestad- con esto finalizaban las presentaciones asi que dije -vine a entrenar, es un placer señores generales del ejercito, prometo acompañarlos en esta batalla- me di media vuelta y vi a Maia esperandome en una zona de entrenamiento del coliseo.
Pasamos el dia entrenando, me enseño muchas llaves en las diferentes del cuerpo, me enseño a aprovechar mi agilidad, sin embargo me era muy dificil aplicar todo lo que me enseñaba y siempre terminaba yo revolcada por el piso, raspada, lastimada, pero no me importaba, tenia que luchar por el reino, por alguna razon aunque su gente me odiara yo no los odiaba, yo queria protegerlos.
En un momento del entrenamiento Maia paro de pelear y me dijo -tomemos un descanso- y yo respondi en seguida -no quiero, puedo seguir- mi cuerpo estaba todo cubierto en sangre, no habia lugar de mi que no haya sido arrastrado por el piso pero yo queria seguir, asi y todo Maia insistio contra mi voluntad diciendo -en el estado que estas no podes aprender, ademas mejoraste mucho, vamos con mi madre, ella hace un té exquisito, ademas es una experta en pociones, aprendio a hacerlas de tu padre, él es el que hace las mejores pociones del reino, podria pedirle a mi madre que te haga un té que tenga algun calmante, debes estar dolorida- ella se acerco para agarrarme de la mano y llevarme pero me negué -yo puedo seguir- dije esto a pesar de que estaba mareada por la perdida de sangre, Maia me respondio en seguida diciendo -si te desangras y te moris va a ser mi culpa por lastimarte y me van a exiliar- Maia toco el cristal de su cuellos 2 veces y aparecio Lulu -subite arriba de él, tenes que aprender a montar a algun familiar, los soldados vamos a la batalla arriba de nuestros familiares, yo ya no podia negarme asi que me subi al lomo de Lulu cuyo pelaje blanco se tiño de rojo por mi sangre, el tigre se dio vielta para mirarme (notaba preocupacion en sus ojitos amarillos) y yo le murmure -estoy bien, vamos- lamio mi cara y empezó a caminar.
Cuando llegamos a la mesa de los generales Maira me sirvio un té, Lei limpio y vendo mis heridas, cuando me sente a tomar mi té pude ver un raspon en el hombro de Maia (eso significa de alguno de mis ataques fue efectivo) sonrei para mi misma, nadie vio mi sonrisa.
Al cabo de un rato me sentia mejor y le dije a Maia -¿seguimos?- ella me miro sorprendida por mis animos pero respondio fria -en un rato tenes que ir a las audiencias del pueblo, ya no hay tiempo- yo me deprimi un poco por esto asi que me emprendi camino hacia el salon de los tronos, cuando estaba por salir del coliseo aparecio mi padre, inmediatamente todos en el coliseo se arrodillaron y dijeron al unisono -bienvenido, rey luke- mi padre me miraba como preguntandose por que yo no hacia lo mismo pero lo ignore y le huce señas de que se corriera para que yo pueda salir, pero él no se movio ni un poco, parecia enojado asi que hablo en un tono de voz tan alto que lo escucharia todo el coliseo -mi querido ejercito supongo que ya se presentaron, ella es Oksiris, mi hija y unica heredera al trono del reino, espero que la hayan tratado como una princesa se merece- el coliseo quedo en silencio, nadie dijo nada enronces el rey se dirigio a mi
-Oksiris ¿alguno de los miembros de nuestro reino atento contra tu vida?- yo estaba pensando que debia decir y como, pero reaccione rapido arrodillandome y diciendo -no, padre, todos fueron muy amables, se nagaron a entrenarme y yo insisti, pero por mi torpeza me lastime- mi padre me miraba enojado pero no tuvo mas opcion que responder -esta bien entonces, pero con esa imagen no podes recibir al pueblo, mientras te estes entrenando no vas a recibir al pueblo en las audiencias- yo en seguida respondi -esta bien, padre- me padre se dio vuelta y se fue, se sintio un suspiro en todo el coliseo y unos segundos despues Maia me hablo desde atras -gracias- yo me di vuelta y la mire transmitiendole complicidad y diciendo -¿gracias por que?- ella rio y dijo -ya sabes, sigamos oksi- seguimos entrenando casi hasta que se hizo de noche, ella tuvo mas paciencia conmigo porque yo estaba lastimada, pero igual aprendi muchisimo.
Cuando estaba oscureciendo Maia me dijo -bueno, suficiente por hoy, mejoraste, Oksi- ella se dirigio a su madre haciendole señales de que se iba (igual todos estaban yendose ya) yo me sente en el piso del coliseo como esperando a que se fueran todos y cuando se iba con su madre Maia me dijo -¿no te vas?- yo respondi con una sonrisa -no, voy a quedarme un poco mas- ella me regalo una sonrisa y se fue.
Yo me quede ahi, sentada en el piso, repasando los movimientos que debia hacer en mi mente y de repente alguien me lanzo una chaqueta negra en la espalda y la voz de un hombre dijo -te vas a resfriar ¿por que no vas a dormir?- me di vuelta y ahi estaba Lei que en seguida siguio hablando -¿queres que tomemos un té y te pongo al tanto de como es el ejercito?- yo dije que si y él me ayudo a levantarme.
Nos fuimos hacia adentro del coliseo a una pequeña habitacion llena de mapas del mundo, las estrategias de batalla no eran complicadas para mi, siempre me gusto leer sobre eso en los libros de mi tio, Lei calento el agua, preparo un té para él y uno para mi, entonces me dijo -a diferencia de los demas yo no voy a tratar de matarte- puso la taza de té frente a mi y se sento con su taza diciendo -tenemos mucho para conversar-
Evidentemente él seria quien me ayude, expectante espere que él empezara a hablar.

Los Herederos Del PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora