5. Rayito de luz.

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Caminábamos por el pasillo del apartamento, Hinata era un poco mas alta que yo, sus facciones delicadas, sus pasos gráciles y delicados al igual que su cuerpo sus ojos perlados, definitivamente era una cambiante felina.

_Sakura- escuche que dijo cuando estábamos en la habitación de Naruto la cual era idéntica a la de Sasuke, solo que las paredes estaban pintados de color naranja- si gustas sientate- dijo mientras caminaba hacia el closet a lo que yo me senté en un extremo de la cama- que color te gustaría el abrigo, tengo varios y esta haciendo frío afuera- dijo mientras colocaba tres abrigos a un lado de mí. El que estaba mas próximo a mí era de color rojo con un sierre para abrirlo parecía suave al tacto con bolsillos mas para cubrir las manos del frío que para llevar objetos, el otro era verde aceituna y era igual que el primero, el ultimo era igual que los dos primeros solo que de color beich.

_Me gusta el beich- subí la mirada a su rostro y vi como alternaba su mirada del abrigo a mí para luego sonreír.

_Creo que te quedará bien- luego se volvió al closet y sacó un pantalón azul señido y unos converse del mismo color.

_Hinata... Como conociste a Naruto- pregunté y casi enseguida apareció un brillo hermoso en sus ojos al momento que un sonrojo se mostraba en sus mejillas y una bella sonrisa curvó sus labios.

_Naruto es el dueño de las Industrias Namikaze, viajó a Canadá por trabajo, pero ya nos conocíamos por facebook... Debo decir que desde que lo vi en sus fotos me enamoré de él aun si conocerlo en persona, empezamos a hablar por mensajes y nos hicimos amigos esto era antes de que el viajará a Canadá, acordamos en vernos para conocernos mejor- dejó de hablar con la mirada fija en algún punto de la habitación y un brillo en sus ojos perlados y un leve sonrojo en las mejillas- nos conocimos, le mostré la ciudad, comimos juntos, un día antes de que el regresara me confesó que se había enamorado de mí, se que sonará apresurado pero acepté ser su novia, después me ofreció venir con el a los Ángeles, en Canadá mi única familia es mi hermana pero ella ya esta casada, y yo no tenia nada mas que hacer allá, quiero intentarlo con Naruto no se... Pero siento que esto no es algo pasajero- termino de decir, suspiró y se volvió hacia mí con una sonrisa en su rostro- bueno te dejó para que te cambies- dijo a lo que caminó hacia la puerta de la habitación.

Me saqué la camisa de Sasuke que tenia puesta y cuando sentí que su olor abandonó mi cuerpo sentí un frío extraño ya que hacia frío afuera pero este no llegaba hasta la habitación, suspire mi cuerpo se estaba acostumbrando a su aroma, acerqué la suave tela a mi nariz y aspiré su aroma... A pesar de ser un poco serio y de que lo conozco de apenas dos días, Sasuke no era tan frío como aparentaba, podía ser tierno, gracioso, adorable, entre muchas cosas más, cuando sonreía se veía hermoso, una sonrisa de un niño inocente, idealista y pensar que había tenido una infancia tan cruel, me partía el corazón.

Me vestí y tomé la camisa de Sasuke que había doblado y puesto en la esquina de la cama, salí de la habitación y caminé hacia la puerta que daba a la habitación de Sasuke, entré y dejé la camisa en el cesto de la ropa sucia, escuché que abrían la puerta y su aroma llegó a mi nariz me volví y Sasuke estaba con los brazos cruzados sobre su pecho y recargado en el marco de la puerta, su pecho desnudo, su apretado abdomen, el bóxer rojo que se asomaba por el bermuda, mi cuerpo reaccionó al instante, un ronroneo amenazaba con salir pero lo detuve a tiempo, se acercó a mí con pasos cautelosos como un depredador analizando a su presa, paró cuando su rostro estaba a escasos centímetros de distancia, su aliento con olor a mentas chocaba con mis labios entre abiertos, bajó la cabeza enterrándola en la curvatura que formaba mi cuello y hombro, escuché como aspiró cerca de mi hombro y un jadeo salió de sus labios.

_Te ves hermosa, esa ropa te queda muy bien- dijo en un susurro- Sakura tengo que ver como esta la herida en tu hombro- dijo mientras repartía besos en mi cuello asentí sin poner queja alguna, sus manos se deslizaron entre nuestros cuerpos para poder bajar el sierre del abrigo, cuando termino de bajar el sierre metió sus manos dentro de este donde no llevaba nada de ropa solo tenía el sujetador, sus manos acariciaron mi cintura con suaves movimientos, luego subió  para llegar a mis hombros y terminó de quitarme el abrigo dejándome solamente con el sujetador sus manos tomaron el vendaje que tenía cubriendo la herida y sentí como lo retiró su atención se retiró de mí cuello y miró sobre mi hombro.

Entre Garras Y Colmillos🐺🌙(Editanto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora