One in a million | Simon Vargas y Nath Campos

S I M O N

Narra Simón.
Después de dejarle los boletos a Nath me fui al departamento, en una semana daríamos nuestro primer Auditorio Nacional y teníamos que ensayar para el.
Cuando llegue, Villa, Isaza y Martín ya estaban ahí, así que me uní a ellos.
Mar: Simón, ¿A donde fuiste?
Si: A darle los boletos a Nath.
Isa: Creo que alguien está picado con Nath...- Dijo divertido.
Si: Sabes que después de lo de Ángela no t.engo ganas de...
Vi: Lo sabemos, pero creo que ya es hora de que le des una oportunidad al amor.
Si: Tal vez, pero nadie dijo que tenía que ser con ella, mejor vamos a ensayar.
Los tres asintieron y no volvieron a mencionar el tema.
Al día siguiente desperté tarde, no tenía pendientes y me tomaría el día para mi.
Me estaba cambiando y sonó mi celular, Era Nath y al ver que era ella, respondí enseguida.
N: Hola Simón.
S: Hola, ¿Como estas?
N: Bien, escucha, hay una pequeña feria de libros cerca de la ciudad y tenogo ganas de ir, y como se que te gustan los libros, pensé en invitarte, ¿Que dices?
S: Si, fantástico, paso por ti en una hora.
N: Ok.
Colgué y me Aliste, Nath me parecía alguien sumamente diferente a mi, y por eso me causaba curiosidad conocerla.
Llegué afuera de su casa y la vi en su celular.
-Demonios, se ve muy linda- Pensé.
Subió al auto y me dio un beso en la mejilla que hizo que me paralizará un segundo.
-Como estas Monchi?
-Bien, bueno, necesito la dirección.
Me tendió su teléfono y nos dirigimos al lugar. El viaje transcurrió muy tranquilo, a momentos se hacía un silencio de esos cómodos. Hacíamos preguntas uno del otro, pero no es muy importante mencionarlas, sólo que una no fue la más linda...
-¿Como fue tu última relación?- Me preguntó.
Suspire y me dispuse a responder.
-Pues...Sólo diré que yo la quería mucho, pero el sentimiento no era mutuo.
-Oh...
-¿Y la tuya? Según entiendo eran una gran pareja, Ricardo se llamaba, no?
-Ramiro, y si, lo éramos pero la vida nos dijo que no éramos los correctos. Creo firmemente en que un día encontraré a alguien que me complemente muy bien.
-No pierdas esa esperanza, algún día nos tocará...
Nos miramos a través del espejo y me mostraba una sonrisa que no dude en responder de la misma manera.
Llegamos a la Feria, y como había dicho Natalia, No era muy grande. Pasamos de puesto en puesto, haciendo bromas y recomendandonos libros.
-Tienes un sentido del humor muy particular Simón- Me dijo.
-Eso dicen.
Reímos y nos dirigimos al restaurante donde comeriamos, ordenamos y saque la bolsa de libros que tenía.
-Odio este tipo de lecturas, no es lo mío, pero creo que en cierto modo te pareces a la protagonista- Le Di el libro y leyó el título.
-¿Ciudades de papel?
-Leelo y dime que tal.
-Gracias Moncho.
La comida siguió muy tranquila, era claro que está niña era un caso, uno que quería descubrir...