Salgo del ascensor y lo primero que veo es a Lucian con la carpeta que me había entregado en sus manos, mirándola pensativamente.
Alza su mirada cuando se da cuenta que el ascensor sonó, avisando mi llegada; salgo de él y camino un poco.
― Ni siquiera te has tomado el tiempo de abrirlo siquiera.― su mirada se posa en mí, era una mirada fría y pensativa.― Ni siquiera te lo llevaste.― me acusó mientras se enderezaba.― ¿Por qué?― comienza su lento y perezoso camino hacia mí.
― Porque...― su repentina calma me ponía los pelos de punta.― Porque no quería pensar en ello.―opté por hablar con la verdad.
Retrocedo cuando veo que Lucian no se detenía, mi espalda chocó con la pared que yacía al lado del ascensor, quedándome ahí mientras Lucian ponía sus brazos a cada extremo de mi cabeza, acercándose peligrosamente a mi rostro.
― Lo único que pido es que lo leas.―susurró despacio.― Y simplemente me ignoras.
―No me has dejado otra alternativa.
―¿Qué no te he dejado otra alternativa?― una carcajada carente de humor se escapa de su garganta.― Te he dado tiempo para que lo pienses.
― Y sigues presionándome.―elevé un poco la mirada, para contemplar sus ojos.― Aún diciendo que tengo tiempo de pensar.
― Eres tú la que no me obedece.
― Lo leeré en cuanto tenga tiempo.―respiro profundo, para tratar de calmarme un poco.― En cuanto se me dé la maldita gana.― siseé.
― ¿De eso se trata?― su nariz roza mi mejilla.― ¿De tu maldito orgullo?― su nariz comienza una caricia lenta y sensual sobre la piel de mi mandíbula.
Mordí mi mejilla interior para evitar soltar un suspiro de satisfacción.
― No se trata de eso.―mi voz sonaba suave y forzada.― Se trata de que debo pensarlo.
Y de un empujón lo alejo de mí, porque su presencia no me dejaba pensar y yo necesitaba mi cabeza fría para algo tan importante como era mi situación actual.
― Sólo enfoquémonos en el Proyecto Italia, en el trabajo.―digo mientras me aparto aún más de él.
Caminé hacia mi escritorio, acomodando mis cosas, me senté y encendí el computador.
― Si es eso lo que quieres...―murmura mientras camina hacia su despacho, dejando la puerta abierta.
Suspirando y algo más aliviada, comienzo mi trabajo.
***
Para la hora del almuerzo, Lucian sale de su despacho y se planta enfrente de mi escritorio.
Levanto la mirada.―¿Necesitas algo?―pregunto.
Asiente.― Ven a comer conmigo.― y como siempre, Lucian no pregunta, ordena.
Ruedo los ojos ante su aptitud.― ¿Es una orden o una pregunta?
Frunce el entrecejo y tensa la mandíbula, luego aprieta el puente de su nariz y exhala.
Está de mal humor.
― Solo responde.
― No.― me siento cómodamente, mientras cruzo los brazos por encima de mi pecho, para mirarlo detenidamente.
― Elizabeth...―su tono de advertencia no me pasa desapercibido.
― Lucian...― mi voz es calmada y perezosa.
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Señora Delacroix (#1) COMPLETA
RomanceNovela sin editar. Los negocios siempre irán primero en la vida de alguien como él. La vida del pequeño Eliot siempre será lo primero en la lista de alguien como ella. Dos vidas completamente diferentes, una orden y una propuesta será el cambio para...