3. Tracy JodidamenteLoca Powell

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Después de terminar todo el trabajo, dan las cinco de la tarde y por fin, mi día laboral acaba, sólo un día más para que llegue el bendito y hermoso fin de semana.

Tomo mis cosas, coloco mi abrigo y me retiro.

Después de 35 minutos en el crudo y cruel tráfico de Nueva York, llego a mi destino.

A la casa de mi mejor amiga y madrina de mi hijo, Tracy, quien cuida a Eliot cuando puede y le enseña cosas raras que mi querido hijo aprende con facilidad.

Golpeo la puerta y una muy risueña y despeinada Tracy me recibe. Parece agotada y agitada, su respiración es acelerada y sus mejillas estaban excesivamente sonrojadas. Rápidamente me doy cuenta de algo extraño sucedía.

 ― ¡Hey!―saluda incómoda, frunzo el ceño.―No te esperaba tan pronto.― y carraspea mirándome nerviosa.

Oh, Dios. ¿Qué le enseñó ahora?

― ¿Qué es? ―digo pasando por su costado, hacia el interior de su departamento.

Y lo veo.

Eliot está moviendo sus caderas, desnudo, mirando como se mueve su pequeño pene.

La miro.

― ¿Qué?―se encoge de hombros.― Sólo está bailando.

― Lo único que espero es que no me salga con un "Mami, mi anaconda aún es una culebrita" Porque te juro que te mato.

Mi querida y odiosa amiga, no hace más que reírse a carcajada limpia, lo que hace que Eliot nos miré y se dé cuenta de mi presencia.

― ¡Mami!― aquí viene, me preparo mentalmente para escuchar lo que tiene qué decir.― ¡Mami, mami!― corre hacia mí, me acuclillo para estar a su altura.― ¡Mi gusanito aprendió a bailar!― exclama mientras se tira a mis brazos, abrazándome con mucha fuerza y felicidad.

¿Qué dijo? ¡Ah! ¡Sí! ¡Mi gusanito aprendió a bailar!

A mis espaldas, siento la escandalosa risa de mi loca amiga.

Y yo... lo único que hago es morder mi labio para evitar reír y así, verme como una madre recatada.

― ¿Quieres ver el baile?― ¡Oh, Dios!

― No, no, hijo, está...

― ¡Sí! ¡Queremos verlo!― me interrumpe mi buena amiga Tracy LaJodidaTíaLoca Powell.

Eliot deja de abrazarme para tomar distancia y poder verlo.

Lo siguiente que hace es colocar sus brazos sobre su cabeza y comienza a mover las caderas mientras dice: "Muévete" mientras mira en dirección a su pequeño amigo.

No sé qué hacer, si reír por lo ridículo y gracioso que se ve al bailar o llorar porque de nuevo fue víctima de las estupideces de mi infantil amiga.

Tracy, lo único que hace es reír y grabar el momento épico.

Aplaudo cuando me mira sonriente, cuando me dice "¿Te gustó?" Sonrío de oreja a oreja y digo "Claro que sí, pero esto sólo tenemos que verlo tu tía y yo" Cuando asiente y se tira a mis brazos para decirme lo mucho que me ama, es cuando siento que estoy en el lugar correcto, que apesar de todo lo vivido, todo lo sufrido, estoy en el lugar y el momento indicado.

Porque Eliot, Eliot se siente como en casa.

Tenerlo entre mis brazos; ésa es la sensación de seguridad y paz que tanto he buscado, esa hermosa e increíble sensación de sentirte parte de algo bueno, de saber que perteneces a un lugar sin tener nada en absoluto.

Señora Delacroix (#1) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora