|2|Control vacío

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Jamie deslizó la llave por la cerradura con cautela, sólo deseaba pensar un poco. Encendió un nuevo cigarrillo y observó la decoración de su apartamento, algunas cosas eran a su gusto —la gran mayoría— otras no pero cuando se mudó ya estaban ahí. Se sentó en el reclinable e inhaló cansado. Comenzaba a tener jaqueca. El sitio estaba en quietud, todo parecía estar en control, pero Jamie no lo sentía así. Tomó una libreta del buró y encendió una luz tenue. Comenzó a trazar, dejando escapar un suspiro de frustración.

Damon caminó a su apartamento arrastrando los pies por los pasillos, cerró la puerta tras de él con pesadez, su cuerpo resentía todas las noches de insomnio y mala alimentación pero no le preocupaba. Se dirigió a la ducha y trató de ignorar su reflejo en el espejo, se dijo que aún no perdía su buen aspecto y sonrió con cansancio, risa momentánea al notar que sólo le quedaban dos píldoras, esa mañana estaba seguro que tenía reservas. Rebuscó entre los frascos, las cajas. No soportaría una noche más de esa manera, necesitaba esas píldoras, necesitaba dormir, sentirse tranquilo. Esa dosis no le serviría en absoluto. En un arranque de desesperación arrojó los frascos contra la cerámica y dejó su espalda deslizarse hasta el suelo. Angustiado se aferró a sus rodillas y se repitió incesantemente que sólo tenía que esperar a mañana, las conseguiría y todo estaría bien.

Sólo bebería hasta vomitar para tratar de aminorar el tema de las píldoras. Su estómago se contrajo, observó el temblor de sus manos y rezó a todas las deidades para que la sensación de sentirse en un mundo irreal y extraño no llegara pronto,

Durante la mañana siguiente Jamie observaba la taza humeante de café junto a su cigarrillo matutino. No había intentado dormir, era casi el alba cuando fue a la cama. Su mente estaba en otro sitio. Aún sostenía el block en el que estuvo trabajando, bajó la vista hasta el esbozo, cayó en cuenta que había trazado una escena representativa de lo que había acontecido en el parque.

Jamie observó el block por última vez antes de cerrarlo y levantarse. Las cosas con su pareja no iban bien, ella salía con alguien más y él se sentía culpable porque en lugar de preocuparse era cómo si le quitaran un peso de encima. Ella nunca fue la clase de pareja que necesitaba, pero sí una prueba de su "nueva vida".

Damon desorientado y helado hasta los huesos se puso de pie con dificultad y caminó hasta el inodoro para vaciar el estómago, nada más que alcohol. Aún con la resaca y el mareo se dirigió al sofá, tomó su chaqueta y abrió ligeramente la cortina, la luz del día le lastimaba las retinas. Revisó la nevera aún sin tener apetito, pero no encontró nada. Su estómago ardía y se sirvió un vaso de leche. Observó el desorden a su alrededor y tratando de no sentirse más miserable salió a la calle. No quería mirar, pero sabía por el sudor en sus palmas que sus manos no habían dejado de temblar.

Al salir de inmediato el ruido lo estremeció, su ansiedad aumentó tanto que podía escuchar los latidos incesantes en su pecho. Caminaba tambaleante hacia el consultorio médico que le prescribía recetas falsas para surtir las píldoras.

—Todo se pondrá bien —se repetía en una especie de mantra. Caminó por la autopista hasta llegar al puente, observó su inmensidad y su intenso color amarillo. Cuando comenzó a subir, el vértigo se acrecentó, la altura pronto surtió efecto y pese a que había llegado ya al final de las escaleras su cuerpo no resistió. Sus rodillas impactaron el suelo y vació el estómago junto al palpitar incesante en su cabeza.

Jamie recorría la ruta de los autos en el mismo puente, mientras su acompañante revisaba su móvil con una sonrisa. Eran conscientes de que todo acabaría en cualquier momento pero ninguno quería ser el que pusiera fin a la relación. Al volver la vista al frente ambos observaron a un joven vomitando sujeto a la barandilla, Jamie lo reconoció de inmediato y se sorprendió al verlo así, la joven se cubrió la boca con repulsión mientras Jamie se dirigía allá de prisa, pero ella lo detuvo —¡No, nos meterás en problemas, es sólo un adicto! —Jamie se dejó guiar contra su voluntad porque en su mente resonaba una palabra que creyó haber olvidado; Sólo un adicto. Pasaron de largo no sin que Jamie dejara de mirar. Era Damon.

BROKEN (Jamion) Jamie Hewlett/Damon AlbarnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora