Flug se terminó de inyectar la última dosis de calmantes. En un par de minutos empezarían a hacer efecto las seis dosis y, si no le daba un ataque al corazón, estaría curado en una semana. Solo podía usar su brazo izquierdo, eso le complicaba la tarea, estaba solo en su habitación. No podía culpar al pobre osito de salir corriendo nada más ver la aguja de la jeringa, ya bastante había visto para ahora obligarlo a soportar más de verlo en ese estado, aunque la ayuda le vendría bien.
A duras penas alcanzó el ungüento sobre la estantería. Ahora venía la parte difícil. Tenía que aplicar una gran cantidad de esa sustancia por su espalda, no sería muy complicado si no fuera porque él solo no podría. Cada movimiento hacía que la piel de su espalda se moviera, plegándose y estirándose dolorosamente. Jadeó dolorido y agotado cuando se hubo quitado la camiseta, no se sentía con fuerzas para soportar el dolor de quitarse el vendaje improvisado que le dio 5.0.5. y mucho menos para lo que vendría después.
Tomó su camiseta, la metió en su boca con la intención de ahogar sus gritos y tener algo que morder que no fuera su lengua o el interior de sus mejillas. Poco a poco retiró las vendas.
—Maldita sea— se quejó exhalando con irregularidad. Si pudiera gritaría sin control, pero no puede, no puede porque Black hat lo golpearía. Aprovecharía cualquier signo de debilidad para explotarla hasta la tortura.
Los quejidos se mezclaron con el sonido de la venda despegándose de la piel pegada con la sangre seca. Tomó aire y no lo soltó hasta que se quedó con la espalda desnuda y dolorida.
—Es usted un estúpido.
La voz de su jefe a su espalda le asustó, contrayendo su cuerpo de la sorpresa, dejando escapar un incontrolable jadeo de dolor. No se dignó a encarar a su jefe por ello no supo que su gesto era de todo menos hostil.
—Lo sé, señor. Lo sé. — suspiró.
Sin saber si seguía ahí comenzó a tratarse con el ungüento la herida de su espalda, aunque sería más correcto definirla como una quemadura espantosa, hinchada y con cortes por toda su piel. Uno, dos, tres, hasta la cuarta vez que lo intentó no llegó a tocar la piel. Iba a ser una verdadera tortura si no podía moverse para aplicar la crema.
Black hat se adelantó para arrebatarle el tarro. Flug miró aquel acto violento con incredulidad para cambiar su gesto a sorprendido cuando vio a su jefe quitarse los guantes y aplicar el ungüento hasta derramar parte en el suelo.
—Traiga, no soporto ver tanta incompetencia.
Colocó al científico dándole la espalda y quitando esa molesta bata de en medio, acercándose más.
—No, no es necesario.
Flug gimió de alivio al sentir la cura en aquella quemadura inaccesible para él, un alarido que pagó caro pues un sonrojo violento apareció en su cuerpo. Su jefe no reaccionó de ninguna forma en particular mas estaba centrado en "reparar" a ese estúpido empleado suyo.
—Debe tratar generosamente la zona o no hará efecto. Ni yo ni la empresa puede permitirse un científico con una lesión así, buscar sustituto solo nos haría perder un tiempo precioso.
Black hat pasaba repetidas veces las manos por el cuerpo de Flug, un cuerpo surcado de cicatrices y lunares a partes iguales, duro y pálido y no era precisamente que el chico fuese un hombre gimnasio, el cuerpo de Flug estaba acumulando una odiosa tensión que aún en ese limbo en el que se encontraba seguía tensando sus músculos, quizás eso explicaba sus temblores, sus movimientos toscos y su poca flexibilidad. Su piel comenzaba a tomar un color enfermizo a causa de no salir y darle un poco el sol. El villano del sombrero no puedo evitar preguntarse si arreglando ese problema aumentaría la productividad del científico.
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Villainous- Se mi maestro [Lemon Paperhat]
FanfictionLos humanos son débiles, patéticos, inservibles, Black hat no tenía ninguna duda de ello. Pero ningún imperio vive para siempre, hasta un inmortal puede hallar obstáculos superiores a él. Quizás todo el daño que ha provocado durante tantos años se l...