Never Tear Us Apart

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No es fácil.

Enamorarse nunca lo fue.

Probar los labios de algodón con sabor a pomelo fue un reto.

Acariciar con ímpetu la sedosa piel besada por la luna con un sendero de lunares tatuados tal constelaciones, le costó día tras día de cortejo.

Tan difícil conseguir su amor.

Pero tan fácil perderlo.

Whisky en su diestra y entre los dedos de la mano izquierda reposa un cigarrillo humeante.

Observa el movimiento nocturno de la ciudad sin prestar atención realmente. En su mente se repite una y otra vez el rostro de Yuuri.

Recuerda a la perfección los preciosos ojos que tanto adoraba observar llenos de lagrimas amargas que corren como ríos de dolor hasta perderse al final de su barbilla.

Duele.

Duele saber que destrozó a quien le entregó un amor puro y sin prejuicios.

Inhala el humo del cigarrillo y lo exhala segundos después, sorbiendo al instante de su licor ambarino.

Le prometió tantas cosas y al final todo ello se fragmentó junto al corazón de su gran amor.

Cuan idiota.

Cuan ingenuo.

Recuerda como llamó a su compatriota y le invitó a beber.

Copa tras copa fue perdiendo los sentidos y su juicio se nubló. Sabe que el alcohol no es pretexto válido para haber tomado de la nuca al ruso menor y adentrar su lengua en la humedad cavidad.

Arroja al suelo el riedel cuando las indebidas caricias de infidelidad llegan a su mente en un torbellino que destroza su alma.

Grita frustrado y la ceniza del cigarrillo ensucia sus bien lustrados zapatos.

Cae de rodillas, sus manos se dejan caer sobre los cristales y sangra pero el único dolor que siente está en su alma.

Lo perdió todo en un instante.

Lo perdió por su cobardía.

Prefirió los muslos nevados de la juventud al corazón sincero de un ángel. Fue débil y por ello está pagando con dolor, dolor puro y desgarrador.

Grita con todas sus fuerzas el nombre de su gran amor pero son palabras al viento.

Él no lo escucha.

Su garganta raspa mientras lágrimas furiosas recorren su rostro y como si fuera una burla su mente trae el recuerdo de Yuuri con una preciosa sonrisa al lado de otro hombre.

Pero, ¿Qué derecho tiene de reclamar si él ya no es suyo?

No, no es suyo, no más.

Aún así quiere ser egoísta y tener su amor para él solo.

Pero es una pelea perdida y la odisea que se crea en su mente le provoca dolor y un sabor amargo trepa por su garganta.

La cruda realidad se ríe en su rostro y escupe lo que desea negar con todas sus fuerzas.

Jamás podrá recuperar el amor de Yuuri.

❄️

Hellooooo~

Lamento la demora, el trabajo no me deja tiempo ni de respirar. Intentaré hacer espacio para actualizar más seguido.

Espero les guste este capítulo tan cortito.

Les amo mucho

Se despide

Elliot ♥