Las Bestias Del Ocaso

Capítulo 6: El Vuelo del Gorrión

—Un paraíso terrenal —dice un padre entusiasmado bajando de su camioneta llena de víveres y equipaje.

—Creo ha tenido mejores días —comenta una joven mientras se acomoda el gran sombrero en la cabeza.

—Y por eso estamos aquí, para ser responsables de nuestro planeta —dice convencida una madre saliendo del asiento del piloto.

—¿Qué tanto ha cambiado desde que pasabas tus veranos aquí papá? —pregunta un jovencito llamado Pascal.

—Ehm... la verdad bastante, antes había más vegetación y animales.

—¿Qué es ese olor? —Pregunta una pequeña niña tapándose la nariz.

—Seguramente el agua cristalina y estancada —dice la joven con tono sarcástico.

La familia baja su equipo y dedican parte del día a montar su campamento, hay un amplio valle que baja suavemente hasta un arroyo muy precario. Las demás casas de campaña, asadores y áreas de descanso están esparcidas por toda la zona, mucha gente está visitando el lugar.

Un orientador se acerca y le da información a los padres.

—Buenas tardes, soy Alan el coordinador de esta área, los invito a participar en la limpieza del arroyo en 20 minutos, les prestaremos el equipo. Los más pequeños tendrán que estar con un adulto durante todo momento.

—Muchas gracias Alan, enseguida nos uniremos a ustedes.

El coordinador se marcha y los padres se organizan con sus hijos. A Pascal le toca ir con su papá a limpiar la zona media del valle mientras su mamá, su hermana y su hermana menor irán juntas en otro grupo que limpiará a la orilla del río.

—Papá, ¿Por qué te gustaba venir tanto aquí de niño?

—Cuando tenía la edad de Misha tu abuelo me trajo aquí a ver la migración de los gorriones príncipes.

—¿Esos gorriones cómo son?

—Son aves pequeñas, más pequeñas que el tamaño de tu puño, tienen el estómago amarillo brillante, las alas, cabeza y espalda de un azul muy bonito. Parecen pequeños príncipes con una larga capa de azul terciopelo sobre una armadura brillante de oro... ah y también tienen una pequeña cresta de plumas como si fuera una corona.

—¿Cuándo es la temporada de migración?

—Es en esta época, pero su hábitat se deterioró demasiado y ahora están en peligro de extinción —dice el padre mientras mira al cielo con la esperanza de ver alguno.

Padre e hijo recogen por un buen rato la basura hasta que la mamá se acerca.

—Pascal, ve a cuidar a tu hermana, está por el arroyo.

Pascal deja a sus papás dialogando sobre algún tema sensible, encuentra a su hermana menor Misha a unos metros. Está agachada mirando el riachuelo detenidamente, el sol se refleja en destellos sobre el delgado manto de agua.

—¿Qué haces Misha?

Misha señala al piso, en dirección a una pequeña ave de pecho dorado y alas azules que está pico arriba y respira débilmente.

—Es un Gorrión príncipe —dice Pascal.

Misha levanta al gorrión con las manos, de entre sus dedos se escurre el agua fría del arroyo. El gorrión apenas respira inflando débilmente su pecho con el pico abierto.

—Está enfermo —se lamenta Misha.

Pascal siente una profunda tristeza por el pequeño y bello animal, por todo lo que había alrededor, una sombra moribunda de lo que fue antaño, poco a poco abusada y de tanto dar está por extinguirse. En lo más profundo de su corazón desea sanar ese lugar y a esa ave.