Capítulo 14: El Llamado

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Anthony está junto a su padre en un elevador antiguo pero muy elegante. Su progenitor observa cómo escurren gotas de sangre desde su brazo.

—Estás goteando —le extiende un pañuelo desde el bolsillo interno de su impecable saco.

El elevador se abre y una joven rubia de aspecto estoico entra al elevador.

—Señor Shelley, ya he solicitado el acceso a nuestra puerta.

Ambos caballeros se mueven para dejar un espacio en medio que ocupa la recién llegada.

—Hola Jenna.

—Anthony.

—Primer asunto importante ¿No?

La chica no hace ninguna expresión, sólo mira al frente como una estatua.

—Debes estar orgullosa de cuánto has avanzado en la vida: de la mejor cazadora de la generación a secretaria de mi padre.

—¿Y cómo te ha ido en el campo, Anthony? Escuché que estabas en tu primera misión en solitario.

Jenna nota el brazo herido de Anthony y luego lo mira a los ojos con burla.

Enfadado Antony toma un estuche de piel del bolsillo de su gabardina, al abrirlo revela varias ampolletas, jeringas y unos delgados instrumentos metálicos. Escoge una ampolleta con aguja de su chaqueta y se la inyecta cerca de la herida con una mueca de ardor.

El elevador sube sin ir a ningún lado hasta que suena una pequeña y aguda campana.

—La puerta está lista señor.

Jenna levanta un pequeño medallón clavado al elevador mostrando una cerradura, el padre de Anthony saca una llave de su ropa y la introduce girándola un poco, la puerta se abre mostrando un túnel de piedra con poca iluminación y lleno de plantas trepadoras. Anthony extiende la mano dándole el paso a Jenna.

—Bienvenida al palacio de las mil puertas o antiguamente llamado el palacio de los Vientos.

Los túneles se entrecruzan y dividen con muchas puertas a lo largo de las que salen y entran más personas.

—Esto está más tranquilo que de costumbre —menciona Anthony.

—El acceso está restringido por el momento hasta que inicie la reunión —comenta su padre.

—¡Turner Shelley! —un hombre que sale por una puerta detrás de ellos saluda con gusto al padre de Anthony.

—Neal Stoker, ¿Los fríos por fin te dieron tregua para abandonar ese castillo?

Se abrazan.

—Nunca, tienes suerte de no tener que lidiar con inmortales sanguinistas, tendré que salir corriendo de aquí de regreso al trabajo.

—¿Saliste sólo por un rumor?

—¿Bromeas? Si realmente es el Hannu quiero estar cuando inicie el apocalipsis.

Shelley sigue derecho pero Stoker se acerca a otra puerta.

—¿A dónde vas?

—A la cumbre... a la puerta del...

—No, ¿Qué no te dijeron? Esto ya no es un asunto sólo de la mano derecha, todos estarán presentes. El llamado será en tierra neutral, no en el Lux Ex Urbe.

Turner mira a Jenna con ojos enfurecidos y sigue a Neal.

—El ojo lo vió y notificó a los restauradores y a la gran armada. Fue tan ingenuo de nuestra parte creer que algo así quedaría entre los cazadores.

Las Bestias Del OcasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora