Una historia más

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Cristal estaba en su habitación cambiándose de ropa, un pantalón de su abuela cuando era joven, uno que era muy bonito, y una blusa junto a un escote negro por fuera que era de cuero, quien la ayudaría a protegerse, tomo su capa negra, colocándoselo, pero algo faltaba, su nona le abrazo por última vez con una sonrisa entregándole un bello collar de familia.

Velous estaba esperando con ansias aquel encuentro, aquella noche llego algo tarde, al parecer o quizás era parte de su plan, la noche estaba llegando a su fin y el asesino estaba mirando a su presa, todos sonreían.

Robert había salido a la cocina por un poco de agua y tomo una navaja guardándolo en su chaqueta, tomo una taza de té, estaba nervioso ante lo que haría, la suerte quizás no estaba a su favor, el señor Velous, acaba de entrar a la puerta, miraba a todos lados buscando a su víctima, la ya comprometida Perts estaba caminando hacia las escaleras con sus dos amigas quienes se quedaron en su habitación mientras avanzaba hacia dicha víctima, mirando a su alrededor que nadie la viera, camino hacia la habitación deteniéndose al oír a su marido hablar con el señor Velous, la señora Perts se escondió en la habitación de al lado, Robert bajo de las escaleras con el señor velous al hacer un cambio al contrato, quizás sus macabras mentes no eran iguales, el señor velous pensé en que mejor manera de hacerse socios, quizás eso los beneficiaria, la señora camino por el cuarto, y se dio cuenta de algo extraño, tomo un libro al cual le recordó a su penúltimo marido, se llamaba el arte del engaño, pero a quien pertenecía dicha carta, soltó el libro mirando alrededor del cuarto, Jhordan, aquel muchacho que había vuelto de la guerra, hace unos días, casi todos lo evitaban, porque siempre estaba escondido, él era el hermano menor de Robert, siempre había deseado a su hija, la señora Perts salió de la habitación y miro como Jhordan entraba a la habitación de su hijastra, ella no dijo nada solo se fue a su cuarto, pensando en la idea de cómo estaría manchada y la tendrían que botar de la casa.