PROLOGO

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No tengo miedo- decía ella mientras veía la luz de la muerte, sintiendo el helado viento pasar por sus mejillas, ella sabía que era la hora, sabía que en cualquier segundo moriría, pero no podía irse así, mire por última vez los ojos de su adversario, quien le sonrió amigablemente, como lo hacía desde que era una niña, nunca dejo de sonreír aun en los momentos difíciles, aun mas si conocía a su adversario, su vida se iba y así se fue con una sonrisa hermosa, que mostraba su piel blanca, sus ojos marrones claros, el asesino salió corriendo dejándola en la cama, con un gran charco de sangre.

Una historia másWhere stories live. Discover now