Capítulo 22

156 21 22
                                    

Los días pasaron, de una forma extraña… pero escalofriantemente normal, al parecer hubo daños estructurales muy graves en mi escuela, todo parecía desfavorecerla, su ubicación no era precisamente la adecuada, era grande pero con bajos materiales, el fuerte viento ocasiono derrumbes por las calles para llegar a ella, las devastadoras ráfagas de aire junto con la pesada cortina de agua que la acompañaba crearon más problemas con los techos de lámina de las canchas y otros edificios, al parecer nadie murió, todos fueron evacuados en cuanto los helicópteros llegaron, yo no tuve mucha suerte, el edificio donde me encontraba era viejo y por ende, frágil, el techo donde me encontraba cayó sobre nosotros, algunos salieron, otros como yo solo quedamos inconscientes por el golpe de los escombros.

Los primeros días fueron muy duros, debo decir, muy duros a verdad, mis padres insistieron que hablara con un psicólogo pero no lo vi necesario.

Durante esos días me quede sin escuela, a consecuencia del accidente la cerraron, la cerraron hasta asegurarse que estuviera en mejores condiciones, en las condiciones que tanto presume la escuela.

No me conformo con cosas tan sencillas y banas, así que investigue por mi cuenta, busque información acerca de Luck y Elizabeth en internet, pero nada, al insertar sus nombres en Facebook me aparecían otras personas, nunca di con su perfil, al igual que Cat, no encontré nada.

Las semanas pasaron, yo seguía obsesionado con una idea que es posible que jamás existiera, este tipo de recuerdos, usualmente la gente dice que los iras olvidando, que solo fue una pesadilla por un mal momento, pero no sucedió así, recordaba todo con mucha claridad, mis compañeros angustiados pidiéndome alguna clase de ayuda, Kelly muerta…
Kelly… por mi obsesión la había olvidado por completo.

Al parecer los días no mejorarían para mí, era algo lógico que perdería un año entero de la escuela, tenía que buscarme un trabajo, ahorrar el dinero para mis estudios y seguir con ellos por supuesto.

Tomé mi billetera con los escasos tres dólares que había en ella y salí de mi casa rumbo a la de Kelly, crucé la calle de mi casa y ahí estaban los buenos vecinos, más bien un banco de víboras preguntando si todo estaba bien, era obvio que no se preocupaban por mi salud, ellos se angustiaban por ese ser llamado curiosidad, querían saber qué fue lo que paso con la gran escuela de prestigio y como mejor enterarse si no es con una de las víctimas de los hechos.

Como un mecanismo de defensa sin dejar de caminar contesté secante.


_Estoy bien… no pasó nada grabe, todos estamos bien.

Los murmullos pronto eras suaves palabras a lo lejos, caminé por la orilla de la carretera admirando los árboles y los animales, saqué unos auriculares y reproduje un clásico de clásicos Bohemian Rhapsody de la banda Queen.

Un par de calles más y me encontraba en una franja de casas blancas con dotes cafés, 115 el número de la placa, toqué un par de veces el timbre, esperando una respuesta.

Salió detrás de la puerta el señor Woods vistiendo un traje elegante de Skapinho, una voz alegre.

_Hola Zack, cuanto tiempo.

_No es tanto señor, apenas pasaron unas semanas.

Frunció el entrecejo.

_Hijo, ha pasado más de dos meses desde la última vez que te vi por aquí.

Era verdad, el tiempo me pasó volando, más por el hecho de que investigaba a un par de personas que ni siquiera existían.

Me apene un poco y bajé la cabeza.

_Lo siento señor, estaba ocupado con algunas cosas.

_De seguro estabas buscando algún nuevo instituto, mi hija lo encontró, lo único malo es que se tuvo que alejar un poco, pero, al menos no perderá un año.

Mis ojos saltaron del suelo al rostro del señor Woods.

_ ¿Irse?_ pregunte deprisa.

_Lamento que ella no te haya dicho nada, cambio un poco después del incidente.

Según los médicos a ella también la encontraron inconsciente entre los escombros.

_ ¿A dónde fue?

El señor Woods se acomodó un poco la corbata, era como si le incomodara hablar del tema.

_ Una de sus tías vive en Alabama, la escuela… es publica,  pero Kelly lo tomó bastante bien, me encanta esa niña, nunca la oyes rechistar de nada, recibe con muchas ganas lo que se le da.

Me decepcioné, estaba ahí con la intención de verla, ahora ella estaba en otro estado, un estado que quedaba al otro extremo del país.

Su padre pudo ver mi agonía o mejor dicho, sin exagerar mi tristeza, me invitó a su casa a tomar algo de café u un buen desayuno, le di las gracias y salí de la casa.

También hace varios días… o meses no hablo con Elliot, caminé hasta su casa, se encontraba más lejos pero no quería gastar mi dinero en transporte público, mejor disfrutar el paisaje “O querrás decir disfrutar de lo tacaño que eres” recordé que Kelly siempre me decía eso cuando la acompañaba caminando a su casa.

Una casa pequeña, miel con los colores desgastados por el tiempo, el jardín amplio, lo crucé y toqué la puerta.

_Ya voy.

Se escuchó el gritó de una mujer mayor, seguido de varias cosas que se caían y muebles que eran arrastrados, la puerta se abrió.

_Holaaaaa, Zacky.

Seguido de un pequeño gritó de alegría la señora Murray me apretó las mejillas.

_ Cuanto tiempo.

La charla con ella fue casi similar a la que tuve con el padre de Kelly, la única diferencia es que Elliot no se fue a Alabama, si no a Canadá, fue un poco cruel para mí que ellos no me hayan comentado nada, después del hospital me volví un poco hostil y no era por síndrome postraumático como los médicos lo dijeron, era por el simple hecho de que yo no creí su versión de la situación, se lo que vi, se lo que sentí.

Es normal que ellos creyeran que yo necesitaba ayuda, es posible que ellos creyeran que estaba medicado, en eso, cobra sentido de que no me hayan dicho sobre sus planes “No, podemos hacer que empeore” seguramente eso pensaron.

La madre de Elliot estaba confiada pues Elliot tenía un hermano que se dedicaba a la caza y pesca, vivían de eso y vivían bien, su madre me entregó una bolsa de galletas y me despedí con un fuerte abrazo.

De caminó a mi casa no pude evitar darme una vuelta por el bosque donde solía jugar con Elliot, miré cada árbol con nostalgia.

Después de un rato, algo triste, melancólico diría yo, me regresé a mi casa, pasé casi todo el día tumbado en mi cama, esperando a que alguna solución llegara a mí, a que las cosas se resolvieran rápido, junto con el tiempo. 

They Exist (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora