((☕))' O16

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커피 || impulso


Bien, tal vez había sido una mala idea el ir a su casa.

Sí, había sido una muy mala idea.

Mis manos comenzaron a temblar, cosa que no era de esperarse en cuanto el timbre de la casa resonó por el calmado lugar. Yo en verdad no quería tocar, no había pensado en las consecuencias. Pero lamentablemente mi mano pensó antes que mi cabeza.

Y ya me encontraba mentalmente preparada para ser recibida por una persona desconocida que no sea JungKook.

Iba presentándome mentalmente, mientras me balanceaba con mis pies de atrás para adelante.

Y tal como lo predije, por primera y única vez, otra persona me recibió. Un chica de casi mi edad, que me miraba con cejas enarcadas e indiferencia.

Bien, ahora sabía de donde salía la frialdad de JungKook.

Me daba miedo su presencia, tenía un aura de superioridad, o al menos esa imagen se había creado en mi cabeza al ver como iba vestida.

Vestido, tacones y accesorios que prácticamente costarían más que toda mi existencia junta.

Lo curioso aquí era que, esa chica no era la misma de la cafetería. Y sumando datos en mi torpe cabeza, sólo me daba un indicio de que podía ser un familiar suyo.

O al menos eso creí.

Me daba mucha vergüenza el hecho de mantener contacto visual con ella, tal vez sería porque si nos comparábamos, ella sin duda alguna se vería mil veces superior a mí.

Y aunque eso me dolía en cierta parte, era la verdad que tenía que asimilar.

Trastabillé con mis pies, y sonreí forzosamente. No hacía falta decir que me sentía extremadamente incómoda, pues en esos momentos lo único que hacían mis manos eran temblar.

Nuestras miradas junto con el silencio duraron bastante tiempo, yo no quería comenzar porque sabría que me moriría de la vergüenza. Sólo le estaba dando de manera indirecta la luz verde para que ella comience; y gracias a mi suerte, así lo hizo.

—¿Quién eres? —alzaba sus cejas examinándome de pies a cabeza. Bien, eso no me gustó en lo absoluto.

¿La razón? Porque con ese simple acto me daba a entender que yo no era nada comparada a ella, y aunque sea verdad en cierta parte, eso no le daba el derecho a tratarme de esa manera.

Tal vez estuviera exagerando en demasía con una simple mirada, pero me puse a meditar sobre esa posibilidad muy tarde.

—¿JungKook? ¿S-sabe donde está JungKook? —mis mejillas se habían tornado por alguna razón de color carmesí. A estas alturas no podía sentir más vergüenza y nerviosismo juntos. Mi manos sudaban, empecé involuntariamente a tartamudear, y no dejaba de balancearme con mis pies en la acera.

¿Qué recibí a cambio? Su risa, como si mi avergonzada pregunta haya sido el mejor chiste del mundo.

¿Correr sería maleducado en esos momentos? No lo sabía ni me importaba, eso era lo único que quería hacer en esos momentos. Correr, correr de la humillación en la que yo misma me había metido.

—¿Tú eres...? —esperaba que respondiera, pero muy lejos a eso, yo solo borré la sonrisa que forzosamente creaba en mi rostro.

Me molestó eso.

Me molestó mucho.

¿Quién era? Una pregunta con una respuesta fácil.

"Hola, yo soy la chica que recibe a JungKook todas las madrugadas cuando tiene un golpe, y que tiene unas inmensas ganas de besarlo cuando me visita, mucho gusto."

coffee - lizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora