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커피 || dolor




Y sollocé, como nunca antes lo había hecho. Sentía cómo cada lágrima que salía dentro mío eran miles de cuchillos hacia mi corazón, miles de recuerdos, miles de sentimientos tan difíciles de explicar.

Lo quería, lo amaba, quería estar entre sus brazos como alguna vez lo hice, pero me contuve, necesitaba a TaeHyung, él me reconfortaría, él me haría saber que mi decisión valía la pena.

Mis pies solo corrieron, dejándolo atrás y sin siquiera voltear de vuelta, me dejaba llevar por mi propia voluntad y por primera vez creí que eso era lo correcto. Incluso si era lo que menos quería.

Escuché sus gritos, rogando porque volviera, pero mi mano tapaba mi rostro, no debía mostrarme débil, no frente a él. Contuve las ganas de corresponder todos sus sentimientos, me sentía una basura por tan solo dejarlo de lado, por romperle el corazón, porque no era gratificante, no encontré ni un atisbo de alivio lastimar a la persona que más amaba. Pero ese día sería egoísta, pensaría en mí primero, porque tal vez, era más fácil amar a alguien que a uno mismo.

Mis piernas llegaron al punto de temblar, mi rostro era un desastre y ni siquiera me importó, no lo pensé, solo me lancé a los brazos de mi salvador, de TaeHyung. Lo rodeé entre mis delgados y débiles brazos como nunca antes lo había hecho, apretándolo aún más fuerte en cuanto me correspondió el gesto, escondí mi rostro como un asustadizo niño entre su cuello buscando protección, cariño, y lo único que se pudo escuchar en todo ese patio fueron mis lloriqueos, lloraba como una pequeña, le mostraba mi lado más vulnerable a TaeHyung escondiéndolo de JungKook. Porque no importaba, a él no le importaba verme hasta de la peor manera, él sacaba lo mejor de mí.

Sabía exactamente cuál era la razón, y sin embargo, se quedó callado y escuchando nada más que mis bajos lloriqueos, no dijo nada al respecto, tal vez porque sabía que no era necesario, y solo se había dedicado a sobar mi espalda con delicadeza, escuchando silenciosamente mi agitada respiración rogando porque toda esta pesadilla terminara de una buena vez.

—Todo va a estar bien, Lice... Ya lo verás... —acarició suavemente mi cabello, podía sentir su mano tocar cada uno de mis mechones, y lo disfrutaba, no era el toque en sí, era él quien lo hacía, me hacía sentir segura, que después de tanta guerra, por fin existía una paz, y tenía por nombre a Kim TaeHyung. 

Sorbí mi nariz, y lo observé, observé a detalle la perfección de su rostro, sus pequeños lunares perfectamente escondidos, su piel tan suave y tersa, sus delgados labios, sus pequeños ojos mirándome de la manera más sincera, más dulce. Y sentí que por primera vez, no podía merecerlo. Sentí que fue ese momento el que hizo aclarar por completo a mi corazón, como si miles de sentimientos se hubieran reunido en aquel momento, miles de emociones, de explicaciones. Ahora lo entendía.

Porque como si de una luz llena de explicaciones se tratase, entendía que yo no los merecía. Que ellos no eran mi destino ni mucho menos yo lo era para los dos.

Es mejor volver a tu antigua vida, ahí no había problemas, ¿Cierto?

No los había, pero mi decisión ya era una, y esta vez no la iba a cambiar.

Porque en vez de dejarlos ir, tal vez era yo quien tenía que hacerlo.

Y negué, contradiciendo y forzándome a creer de que había una solución para todo esto, ya no existía, no más. Solo quedaba un plan, y ese era desaparecer de sus vidas. Tal vez así no hacía daño ni estorbaba a nadie.

coffee - lizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora