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커피 || paseo




Así pasó todo, compartiendo un íntimo beso en medio del pasillo de una casa ajena.

Mis manos se dirigieron sin pensarlo hacia los bordes de su camisa, sus manos fueron a mi cintura. El beso fue largo, tranquilo y amoroso.

Pero conforme los minutos pasaban, el beso se volvía húmedo y caliente. Tal como lo había imaginado, sus labios eran suaves, y me trataban con gentileza, como si tuviera miedo a lastimarme. No quería que se alejara, quería quedarme en ese momento por siempre. Pero nuestra falta de respiración fue el único causante de nuestra separación.

Nuestras miradas se unieron, yo tenía el cabello alborotado, los labios hinchados y con un líquido brilloso sobre ellos por su culpa. Me avergonzaba que me vea así, pero a él pareció importarle poco por la sonrisa que esbozó. Con la gran cercanía de nuestros cuerpos, me dediqué a observar por una vez más su rostro. Todo él era, verdaderamente ilegal, sucio, y provocador. Siempre había sido consciente de lo hermoso que él era, y el hecho que me haya besado me parecía algo carente de sentido.

Pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando me volvió a besar. Esta vez, sus manos bajaron lentamente a mi cintura pareciéndole cómoda la posición, ladeó un poco su cabeza para tener más contacto conmigo, mientras que yo tímidamente tocaba su pecho.

No tardó en juntar nuestras lenguas, mientras que un rubor acompañaba mi rostro al sentirlo. No sabía muy bien como debía manejar esa situación, y traté lo mejor que pude de seguirle el ritmo. Y por como mordió mi labio inferior, supuse que lo había hecho bien.

El sonido de una puerta cerrarse provocó que no separáramos casi inmediatamente. Ambos dirigimos al unísono la mirada al pasillo, y caminamos lentamente hasta el tope de la escalera, todo esto sin pasar por alto el hecho de que su mano estaba entrelazada con la mía. Al parecer TaeHyung había dicho adiós a la casa por como vimos el primer piso vacío.

Eso significaba que solo estábamos él y yo en medio de esa enorme casa. Claro estaba que en cualquier momento alguien podía venir. Y yo probablemente tendría ganas de morir por la vergüenza. JungKook, al igual que yo, había pensado en esa posibilidad. Lo noté por como caminaba, obligándome a seguirlo gracias a nuestras manos, hacia la puerta de salida trasera.

No sabía a dónde planeaba ir, pero lo iba a hacer conmigo.

Se metió a una especie de oscuro lugar, y lo que creí era un estacionamiento. Solo para prender un auto y dejar que suba con él.
Mi rostro de confusión era notable, tenía ganas de decirle un millón de preguntas pero creí que en ese momento no era necesario.

Sus manos se dirigieron al timón, la luz del auto de prendió de manera instantánea mientras yo me daba la tarea de abrocharme el cinturón. Un suave aroma a violeta inundaba todo el auto, siendo combinado involuntariamente con el distinguido perfume de JungKook.
Mi respiración ya se había calmado, y un notorio suspiro de cansancio salió de mis labios sin poder evitarlo.

Se notaba concentrado en manejar la carretera, y el simple hecho de hacerlo me daba una bonita vista de su perfil, y también de su ceño ligeramente fruncido. Claro que no pasó por alto aquel soplido que salió por mis labios.

—¿Estás cansada? —desvió por un segundo la vista de la carretera solo para verme, como si diera luz verde a mi corazón para acelerarse nuevamente.

No iba a mentir, lo que más quería en ese momento era tirarme y dormir toda un eternidad. Y si eso era equivalente a la pregunta que me había hecho JungKook, entonces sí, estaba cansada.

coffee - lizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora