s e i s

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Era pasado de media noche cuando Jin pudo tomar un respiro en su labor de bartender, odiaba el hecho de tener que ser él único por la decisión de Namjoon de correr al otro mesero debido a sus celos.

A Jin le parecía ridícula la aptitud de Namjoon, pero más que su ex novio era su jefe, y no se encontraba en la mejor situación económica luego de volver del servicio militar; su bajo rendimiento había anotado muy malos puntos en su cartilla, y aquello sumado a su nula universidad era obvio que le costaría conseguir un trabajo con tan buen sueldo.

No importaba la exigencia o los coqueteos que recibía, Jin podía con eso. Sabía de antemano el tipo de escoria que eran en su mayoría los clientes de ahí, no podía fiarse de una cara bonita siendo que se encontraba en un bar, le había costado mucho lograr lo que ahora tenía como para perderse en un hombre.

No señor, Jin prefería morir solo y - si al menos le gustaran - con diez gatos antes de rendirle cuentas a alguien. Tenía muy larga experiencia con las malas relaciones y estaba cansado de creer que un día un hombre lo amaría de verdad, porque sí, aún luego de todo Jin creía en el amor.

Porque lo sentía, aunque no tuviera la misma intensidad cada vez que veía a Namjoon. Y al mismo tiempo se sentía decepcionado, el saber que Namjoon era muy abierto no justifico nada al enterarse que se había tirado a la mayoría de los chicos que prostituia, aquello fue un golpe bajo para Jin puesto que convivía con todos los que trabajan ahí.

Luego de su recorrido mental por el pasado suspiro cansado, se sirvió un poco del te que siempre llevaba en un termo y bebió con calma pues todos parecían entretenidos con el espectáculo que Jungkook daba en el escenario.

No tenía mucho que había comenzado y los espectántes ya gritaban que se quitara el disfraz de bombero. Jungkook parecía disfrutarlo, siempre contento y con una mirada feroz, tocandose frente a todos.

Jin lo aceptaba, Jungkook era un niño muy atractivo.

Con un cuerpo fuerte y fornido, era alto y su cabello azabache resaltaba su tono de piel, tenía un tanto de rasgos gruesos, lo suficientemente masculinos sin llegar a ser agresivos. Sí Jin aceptará una salida con Jungkook nadie se daría cuenta de la edad...

- Tal vez. - Soltó bajito en respuesta al "Ya veremos" de Jungkook.







...







- D-detente... - Hoseok tomó unos mechones de cabello castaño y lo hizo mirarlo.

- ¿No quieres que te la chupe? -

- Por dios Taehyung... - El menor estaba de rodillas frente a la aún cubierta erección de Hoseok, lo tomó de las axilas y lo subió
-sorprendió de lo liviano que era- de nuevo a su regazo.

Taehyung acarició los cabellos en su nuca y Hoseok cerró sus ojos disfrutando del toque. Había pasado tanto desde que alguien lo había confortado así...

- Tengo que irme. - Le dijo y Taehyung asintió siguiendo sus caricias.

- ¿Vendrás mañana? -

- No. - Respondió tajante.

- Qué bien entonces, porque mañana es mí día de descanso y te aseguro que ninguno aquí te hará sentir como yo. -

- Pareces demasiado seguro de ti mismo. - Murmuró ya sintiéndose relajado.

- No por nada soy tan popular aquí. -

- ¿Debo preocuparme por eso? - Preguntó volviendo a su conciencia y mirando al castaño.

- No, estoy limpio. Siempre uso condón. - Finalizó dando un beso en la punta de la fina nariz de Hoseok.

- De acuerdo. - Se levantó de la cama y Taehyung se ocupó de volver a abotonar su camisa y acomodar su cabello.

B U G A .vh/ym/jnkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora