v e i n t e

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Para ser la primera vez en el mando SeokJin no dudaba mucho en como actuar, años de dominación se reflejaron en ese momento, cuando tenía a Jungkook de espaldas, metiéndole sus chuecos y largos dedos hasta estimular lo profundo de su cavidad. El pelinegro ni siquiera tenía el cuerpo descubierto SeokJin simplemente había bajado un poco el pijama para exponer su terso trasero. Los jadeos dulces lo estaban volviendo loco, nunca se había sentido de esa manera, pero dios lo perdone, lo quería joder.

Jin seguía vestido, con la erección endurecida dentro sus pantalones, sus ojos encantados de ver sus dígitos desaparecer y como los testículos del menor temblaban cada vez que arremetia contra su punto erógeno.

- ¿Quieres apresurarte? - Pidió lastimoso, sus manos acariciando su propio falo con rápidez mientras SeokJin tardaba años en dilatarlo, era cierto que nunca lo había intentado de esa manera, pero había sido el él dominante en muchas ocasiones y aunque el asunto de las premicias fuera complicado, él era mil veces más rápido que SeokJin.

- No entraré hasta que estés listo, tus paredes siguen tensas. -

- Juro que voy a eyacular si te mantienes así... Mierda papi, date prisa. -

Aquello provocó al mayor espasmos a su intimidad, sus dedos moviéndose más rápido y abriéndose como tijeras para estocar en paredes profundas, Jungkook dejo de sonar dolido para hacerlo en goze. Entonces retiró sus dedos, a lo que el otro se quejó y al mismo tiempo se dio un respiro. Jin desabrocho sus pantalones, solo bajándolos lo necesario para liberarse y notar el presemen humedecer todo su glande. Era obsceno el como Jungkook tensaba su entrada a propósito, como si rogara ser llenado. Era genuinamente fantástico. Guió la punta al inicio, deteniéndose unos momentos para acariciarse ahí, y entonces adentro el principio.

- Ah, maldita sea... - Soltó Jungkook cuando su interior era forzado al lleno. Dolía como nunca había sufrido antes, pero eso mismo lo hacía malditamente excitante. Enterró su rostro en la almohada y mordió sus labios, logrando que estos sangraran un poco entre sus dientes. - Dios, dime cuanto falta... -

SeokJin estaba perdido en un mar de nuevas sensaciones, siendo cálidamente aprensado cuando se empujó lento, avanzando con cuidado hasta que su cadera estuvo completamente pegada al trasero firme y sus testículos se rozaban con los colgantes de Jungkook.

- Estás tan estrecho... mgh, bebé... -

Se quedaron quietos unos momentos, al menos hasta que la espalda de Jungkook dejó de estar tan tensa y su respiración parecía más normal, SeokJin se acomodó de rodillas, tomando la cintura de Jungkook para tenerlo medio sentado sobre sus muslos y luego levantó sus caderas.

- Mmm ¡sí! - Gimió el menor siguiendo en su labor de tocarse, su espalda estaba erguida y su retaguardia dispuesta a los movimientos del mayor, quien lo sostenía con fuerza, dejando sus dedos marcarse en su piel, con la cabeza hacia atrás y la de Jungkook en sus hombros, sus piernas hacían todo el trabajo, como prácticando sentadillas pero dando el impulso en su zona pelvica.

Supo que había dado justo al manojo de nervios cuando la fuerza en la columna de Jungkook falló y se dejó caer, pero era firmemente sostenido por SeokJin que la perdición de sus sentidos le importó en lo absoluto. Por primera vez en mucho tiempo Jungkook se sentía seguro. Y quizá era por vieja costumbre, pero la entrada de SeokJin se tensaba cada vez que Jungkook lo apretaba, era contradictorio a lo que estaba haciendo, pero no por eso menos placentero. Y era tan novedosamente placentero que no bastó de mucho tiempo para que sus bolas se tensaran.

- Voy a correrme... - Siceó en aviso sin dejar de moverse, más rápido, más profundo.

- Hazlo dentro... ¡Ah, sí!, ¡Ahí! - Se movieron a la par, Jin estocando en un mismo ángulo y Jungkook dando ligeros saltitos mientras se masturbaba. - ¡Papi! - Gritó gimiendo cuando el órgasmo le llegó, tiras de viscoso y caliente semen manchando sus sábanas y entonces se desplomó.

Una sensación sublime recorrió toda la espina dorsal de SeokJin, Jungkook lo había estrechado con tal delicada fuerza que al correrse su semilla se soltó y se mantuvo ahí durante varios segundos, hasta que el vacío era tan abrumador que se vio en la necesidad de retirarse, entones Jungkook cayó sobre la cama, con el trasero expuesto y sus piernas separadas, su cavidad interna ante la sucia mirada del mayor, que disfrutaba de la escena de ver su semen salir y resbalar entre sus muslos.




...





¿Cuándo fue la última vez que se sintió así de contento?

Quizá poco menos de diez años, cuando seguía en la escuela media y pensaba que bailar más que un sueño, era su destino. Ó cuando Dahyun le dio el sí y las primeras semanas fueron una maravilla para después convertirse en nada. Al respecto, ¿qué se supone haría con Dahyun?

Esa misma mañana, cuando se despidió de Taehyung entre mimos y dulces besos creyó estar en el paraíso, el castaño había sido lo suficientemente meloso como para mantener a Hoseok con una sonrisita que no pudo disimular frente a su novia, y lo peor era que esta la creyó mérito propio. Las cosas eran un desastre, y Hoseok sabía que si dejaba pasar el tiempo serían peor. No paraba de pensar en su familia, en como reaccionaría su padre cuando se enterara que estaba liándose con un chico, lo que diría su madre cuando se supiera que Dahyun ya no sería su adorada nuera, lo que ambos dirían de de él y su manera de llevar la vida.

Pero muy dentro de él él sentimiento de estar haciendo lo correcto para si mismo lo tranquilizaba, y al mismo tiempo lo aterraba, porque sería la primera decisión que tomaría por si mismo y esperaba para su bien -y el de Taehyung-. No tenía nada planeado, desde como plantarle a Dahyun la ruptura, establecerse con Taehyung y finalmente hablar con su familia. Sí, Hoseok era un desastre.






B U G A .vh/ym/jnkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora