d i e c i s i e t e

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Una vez Taehyung se retiró del lugar su mente lo atacó, y estaba completamente asustado. Sin querer admitirlo sabía que mucho de lo que le dijo Namjoon era verdad. Años atrás, cuando llegó a la ciudad como un foráneo lleno de sueños, se vio engañado por el amor de un desconocido que lo llevó a la vida callejera, y sí Namjoon nunca hubiera aparecido seguramente sería un adicto ó estaría muerto. Le debía la vida, no podía fallarle.

Bastante había sido la gratitud que mostró para con él la primera vez que le falló. Pero estaba convencido de que su presencia en el mundo no fue con el simple motivo de ofrecer su trasero por un poco de dinero, claro que no, debía haber algo más. Creía en el amor, ¿pero cómo podía enamorarse cuando ni siquiera tenía amor propio? ¿y quién sería capaz de enamorarse de él?

Lo intentó por años, que alguien viera más en el que un servicio sexual, al pasar del tiempo estaba tan acostumbrado a lo que hacía que ya no buscaba complacerse, quería ser querido. Jamás conoció a su padre y su madre siempre pareció tener más interés en otros hombres que en él o sus hermanos. La única persona que una vez lo amo estaba muerta y enterrada en Daegu, su abuela siempre dijo que tenía algo especial, que no todas las personas nacían con esa chispa y esa belleza.

Pero qué importaba la belleza cuando los demás no ven más que eso en ti. Seguramente en otros medios podría llenar ese vacío con una vida bonita a lado de quién lo amara. Pero Namjoon tenía razón, un hombre con moral y buenos sentimientos no iría a esos lugares. Nadie dentro lo salvaría, y tampoco fuera. Sus sueños estaban destruidos, si fuese una persona valiente se atrevería a suicidarse. Pero su vida no podía ser tan insignificante, no, por algo vino al mundo. Solo quería una señal, que el destino le hiciera saber su motivo.

- Lo s-siento... - Se disculpó tartamudo cuando había dado contra la espalda de alguien.

- ¿Taehyung? - Hoseok tenía un peinado estilizado y una camisa blanca bien arreglada. Taehyung lo miró con confusión, su seño fruncido mientras miraba a Hoseok, luego miró su alrededor, edificios enormes en una zona que él ni siquiera conocía. Estaba tan ensimismado que no notó que había caminado sin rumbo.

- ¿Dónde es aquí? -

- El centro. - Respondió el pelirojo con obviedad. - ¿Te perdiste? Puedo llamar a un taxi para que te lleve a casa, lo haría yo, pero soy un pésimo conductor y no tengo auto. - Contó con gracia y una pequeña sonrisa, pero aquello no hizo sonreír a Taehyung. - ¿Estás bien? -

- No. - Reveló negando un poco con la cabeza, Hoseok lo examinó con la mirada, luego llevó su mano a su frente para sentir su tibia temperatura.

- ¿Estás cansado, tienes hambre? - Preguntó con precaución mientras su mano descendía hasta su mejilla, Taehyung se congeló ante la caricia.

- No lo sé. -

- ¿Estas ocupado? Porque ahora mismo es mi hora de almuerzo. ¿Quieres comer conmigo? - Ofreció sonriente y dejo las mejillas de Taehyung, sin esperar respuesta lo tomó del brazo para guiarlo.

No caminaron más de dos cuadras cuando llegaron al lugar, era un jardín con espacios recreativos, Hoseok lo llevó a unas mesas de madera, justo debajo de un árbol floreado y a lado de un grupo de bailarines callejeros. Había algunas personas observando el acto y Hoseok parecía entretenido con el mismo.

- ¿Te gusta bailar? - Preguntó en el intento de entablar una conversación.

- Antes me gustaba. Me hubiese encantado dedicarme a ello, pero mi familia nunca lo aprobó y terminé por estudiar finanzas. -

- ¿Porqué no lo hiciste si era lo que querías? -

- No siempre podemos hacer lo que queremos Taehyung, la vida es así. -

- La vida es injusta. - Pensó en voz alta y Hoseok sonrió con lástima, luego sacó un recipiente con comida.

- Es algo sencillo, pero juro que es delicioso. - Aseguró y en medio de ambos dejó la comida.

- ¿Tú lo preparaste? -

- No. Yo soy un asco en la cocina. - Contó y tomó los palillos para ofrecerle a Taehyung, haciéndolo probar un poco.

- ¡Esto está delicioso!, ¿tú madre lo hizo? - Preguntó con gusto y Hoseok negó sin mirarlo. Taehyung ladeo el rostro.

- Lo hizo mí novia. - Declaró casi en murmuro. Taehyung no terminó de masticar cuando se obligó a tragar el bocado, miró hacia el frente, a las personas normales, con envidiables vidas normales, y luego se levantó.

- Debo irme. - Dijo con decepción y Hoseok también se levantó para con rapidez sostenerlo por el brazo.

- Entonces dejame llamar un taxi para que-

- No. - Le cortó. - Puedo hacerlo yo sólo. - Tan pronto se zafó del toque comenzó a caminar.

- ¡Taehyung espera!, si es por lo que dije, no debes incomodarte, no tiene importancia... -

- ¿Qué no tiene importancia?, follamos casi cada noche de desde que te conozco y acabo de comer lo que tu novia preparó. Eres un idiota si creés que esto no tiene la mínima importancia. - Espetó molesto y siguió su camino.

"Los hombres que vienen aquí tienen el dinero suficiente para tener una doble vida." Pensó citando las palabras de Namjoon, y con su antebrazo limpió las lágrimas de vergüenza y decepción que corrían de sus ojos. Parecía que el destino se esperaba en recordarle su imprudencia.






...






Apenas llegó al local las represalias de Namjoon lo atacaron. Jimin no podía ser negarse y simplemente debía ensayar una rutina para cubrir el número de Jungkook. Pocas eran las ocasiones en las que el chico no se presentaba y en su lugar otros debían hacerlo. Pero Jimin sintió unas dudas enormes cuando tampoco se presentó SeokJin.

Era un secreto a voces el hecho de que el bartender se estaba involucrando con el bailarín, y por la mierda que Jimin no quería creerlo. Cuando Taehyung se lo contó hizo oídos sordos y enseguida pensó que la distancia que le tenía el pelinegro debía ser por eso. Sabía de antemano la fama de promiscuo que tenía Jungkook, incluso dudaba que Taehyung nunca se haya acostado con él.

Las personas comenzaban a llegar y el tuvo que abandonar el escenario, el chico que remplazaria a SeokJin ya empezaba a atender la barra libre. Namjoon dejó en su camerino el atuendo que usaría y Jimin estaba tan agradecido de poder usar unos pantalones de cuero con tirantes en lugar de lencería. Terminaba de ponérselos cuando interrumpieron en el lugar, solo fue cuestión de mirar por el reflejo del espejo el como Yoongi cerraba la puerta con pestillo.

- ¿Alguna vez te he dicho que tienes unos muslos de ensueño? -

El peliazul se acercó a sus espaldas, sus manos le acariciarón el trasero y luego lo abrazo por la cintura. Jimin sonrió y siguió cepillando su cabello.

- Creo que lo he escuchado un par de veces. - Soltó con dulzura y Yoongi recargo el mentón sobre su hombro, besando su mejilla y prolongando la caricia.

- ¿Vas a cubrir al estúpido de Jungkook, verdad? - La molestia en el tono de voz era evidente, Jimin asintió ignorando el punzate dolor de recordar al pelinegro. - ¿Y como vas a cubrir éstos? - Preguntó con lástima mientras sus dedos recorrían las marcas y heridas en el torso de Jimin.

- Con maquillaje, aunque dudo poder disimular las cicatrices, pero a distancia nadie va notarlo. Además Namjoon confía en que soy el único que puede hacer esto, tú sabes que no puedo negarme. Ahora espera ahí sentado y déjame terminar de arreglarme. -

El peliazul hizo caso a regañadientes, dio un último beso en su mejilla y lo soltó para luego tomar asiento como dijo Jimin, miro atento como terminaba su maquillaje y daba algunas ondas a su cabellera rosa. Estaba divino con el torso descubierto y los pezones erectos, Yoongi quería que el espectáculo comenzara sólo para deleitarse con las caderas de Jimin en movimiento.









B U G A .vh/ym/jnkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora