d o c e

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No debería sentirse tan bien.

Es decir, los besos sobre su cuello, las mordidas a sus botones y el como tomaba su tiempo acariciando su interior se sentía demasiado bien... sus largos y expertos dedos conocían cada parte erógena y lo usaba a su favor.

Lo incómodo de la posición era lo que menos le importaba a Jin cuando tenía a Jungkook prácticamente sobre él. Debían ser silenciosos, cuidadosos.

El deportivo sólo estaba escondido entre un jardín de arbustos altos y cualquier auto que se orillara a la carretera podría fácilmente encontrarlos.

Y aquello era tan excitante.

Jungkook había empujado el asiento del copiloto hacía atrás y enseguida se había hecho paso entre las piernas del mayor, de a poco lo había despojado de sus pantalones y bóxer, pescaba los botones entre sus dientes aún bajo la camisa rosa palo que traía.

- Me pones tanto hyung... -

Aquél comentario, sumado a los dígitos hundidos habían dado un estímulo grato en su vientre bajo y el pre-semen humedecía su carmín glande.

- Lo que sea que vas a hacer... Por favor hazlo rápido... -

El pelinegro dejó un beso casto en sus labios y luego se separó para bajar sus pantalones, en menos de lo que Jin captó ya tenía el comienzo del pene de Jungkook en su entrada.

- Ah... - Suspiró dejándolo entrar de a poco para sentirlo completo y cuando tocó fondo ambos soltaron aire muy pesado.

- Te sientes tan bien, tan caliente y apretado... - Jin se deciso en goze, dejando a Jungkook hacer lo que quisiera con su cuerpo, abrió más sus piernas y luego lo rodeo con estas.

Era diferente, era abrumador. Vaya que Jin tenía historial sexual, no había algo que lo sorprendiera pero Jungkook por algún motivo era otra cosa, podía sentir el cuidado y respeto que le tenía, quizá por el hecho de ser su mayor. Sus movimientos eran rápidos, desesperados, hormonales.

Jungkook estaba consumiendo y tomando todo lo que quería porque era chico aún y eso es lo que hacen las personas jóvenes. Estaba encantado con los gestos de placer del mayor, con su voz chillona y sus mejillas rosadas. Era un sentimiento de dominación que nunca había experimentado, y le fascinó.

- ¿Te gusta así, te gusta ahí? - Jin no respondía, se movía a corde y había comenzado a masturbarse.

- Ya no aguanto... dame más -

El pelinegro lo sostuvo de la cintura, Jin alzó sus caderas y Jungkook se enterró sin dejar de moverse, estaba abusando de la suave piel en su próstata y Jin no pudo más.

- Ah!... Joder... ¡JUNGKOOK! - Se vinó caliente y las tiras de semen mancharon todo su torso, había salpicado su barbilla y Jungkook limpió esos restos mientras se movia con lentitud al llenar al mayor.

Se besaron pausadamente y sus lenguas se acariciaban, sus cuerpos sudaban pero los espasmos habían cesado y la ocasión terminó.

- No estuvo tan mal, ¿no creés? -

- Llévame a casa, niño. -








...








- Parecen contentos. - Dijo el padre de Hoseok viendo a Dahyun seguir a la señora Jung a la cocina.

- Lo estamos. - Mintió el pelirojo volviendo a fingir ver el partido en la televisión.

- Sabes Hoseok, creo que es un buen momento para sentar cabeza. Los años pasan, tu madre y yo no tenemos la misma fortaleza que antes, Jiwoo vive lejos y casi no vemos a los niños, sería agradable ver a mis nietos dando lata por la casa. -

- Tanto Dahyun como yo estamos de acuerdo con la unión libre y no estamos listos para tener hijos. Ya lo hemos hablado papá. -

Su padre simplemente firmo una línea con sus labios y vio la televisión. No era que tuvieran una mala relación, pero Hoseok no tenía muchos recuerdos de haber pasado tiempo con su padre, era común pasar el día con su madre y hermana para finalmente verlo molesto a la hora de cenar. En realidad no había conexión y ya.

Hoseok había decididó visitar a sus padres- total ya iba tarde al trabajo- y dar la imágen del hijo promedio y ejemplar. Qué vieran y creyeran que su vida era buena y normal. Con una linda casa, un buen trabajo y una hermosa mujer.

Al menos hasta que sus dudas cesarán.

- Bien, la comida está servida. -

Dahyun ocupaba un viejo delantal de su madre y le sonreía mientras iba en su dirección y le tendía la mano.

- Vamos a comer, mi amor. -

B U G A .vh/ym/jnkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora