Tres días después de adentrarnos en altamar, cada vez comenzaba a tomarle más sentido a esa aventura. me contaba todos los días sobre lo que se había hablado de los descubrimientos españoles mientras yo estaba ausente y, por lo que decían, ahora España se estaba convirtiendo en un reino muy próspero y eso solo con haber dominado dos islas, ya que decían que los nativos de esas tierras eran guerreros bárbaros.
—Son un montón de salvajes, han matado a tantos hombres portugueses y españoles que han aterrorizado hasta a los mejores militares— me dijo Dallon—No me sorprende en lo absoluto, hablamos de la armada española y sabes bien que está conformada por un montón de cobardes, suerte que nosotros tenemos un mejor ejército— terminé de colocarme las botas de cuero y me miré en el espejo.
Usaba el atuendo de capitán solo cuando era absolutamente necesario, pero el resto del tiempo prefería llevar pantalones y camisa de marino común y corriente, toda esa enredadera de lazos y listones sujetos a mi cuerpo, combinados con la incomodidad de tener que usar las mallas blancas y los zapatos de cuero bajo eran terribles para poder dirigir un barco como Dios mandaba, lo único que parecía hecho para conservar mi aspecto de capitán era el sombrero con esa enorme pluma roja y la espada que se sujetaba perfectamente a mi cinturón.
—Luces como pescador— me dijo Dallon, claramente burlándose de mi. Ambos nos conocíamos desde que yo tenía dieciséis años, cuando los dos teníamos el sueño de viajar por el mundo sin que nada ni nadie nos lo impidiera, aunque muchas veces solo nos insultaban gritándonos malditos pescadores. —Un pescador con un sombrero adornado por una pluma bonita y una espada lista para rebanarte el cuello— Dallon sonrió.
—¡Barco a la vista!— sin importarme nada, salí del camarote a toda velocidad a los pocos segundos de dado el grito. Llegué hasta la cubierta y rápidamente subí hasta el timón, donde el primer maestre Swan sostenía el catalejo contra su ojo derecho, apuntando hasta un montón de niebla que se alzaba a unos metros de nosotros —¿Barco amigo?— cuestioné, este se giró y me miró. Bajó el catalejo y noté que se encontraba completamente pálido —Piratas— susurró.
Las velas negras fueron lo primero que apareció de entre la espesa niebla, seguido de la bandera pirata. Sentía la rabia corriendo por cada vena, cada gota de sangre en mi interior parecía quemarme para exigir matarlos a todos. —¡A los puestos de combate! ¡Carguen los cañones!— grité. Aún teníamos unos tres minutos antes de ser alcanzados por los piratas.
Los hombres comenzaron a correr para cumplir mis órdenes, en todas partes se hacían nudos, se tomaban las armas, las pistolas y se cargaban los cañones, listos para atacar. —¡Podemos huir, Josh! ¡El barco es veloz, no nos alcanzarán!— me dijo Dallon intentando seguirme el paso mientras cargaba las balas en el cañón principal.
—No huiré de unos estúpidos piratas— contesté introduciendo la pólvora —¡¿Qué ganarás con provocar una pelea con piratas?! ¡Matarás a los hombres!— continué haciendo mi trabajo, echando miradas rápidas para calcular cuanto faltaba para estar al suficiente alcance de los piratas. Su barco era muy veloz, y Dallon tenía razón, no nos alcanzarían si abriéramos las velas y continuáramos con nuestro rumbo, pero no lo haría.
—¡Tenemos una misión, Josh! ¡Aún tienes tiempo!— me gritó este. Faltaba un minuto para estar a su alcance. —¡Sé que tenemos una misión, pero no por eso no puedo matarlos a todos!— una vez que el cañón estuvo perfectamente listo corrí hacia el timón —¡A mi señal los volaremos en pedazos! ¡Si es que logran alcanzarnos quiero que invadan el barco y maten a todos, no importa que sean anciano, mujer o niño! ¡Sin prisioneros!— les ordené a los hombres, que lanzaron un grito de aprobación.
—¡Josh! ¡Los vas a matar!
—Si está asustado puede esconderse en mi camarote, primer oficial, pero si sobrevivo a este ataque le advierto que no conservará su cargo— Dallon me miró como si estuviera loco, a la par que se escuchaba la primera detonación de un cañón pirata. Nos habían alcanzado. —¡Fuego!— grité. Entre el bullicio de las explosiones y los gritos de los hombres noté como Dallon soltaba un suspiro y desenvainaba su espada, listo para atacar.
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Captive
Fanfiction[J + T=Joshler] "Amor entre olas, peleas y polvora" Portada: Joshuaddictions う 翁こり夜 がれス履