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Esa noche, al bajar a dejarle la comida a Tyler, este no estaba tirado en el piso como era su costumbre, si no que sujetaba el fierro de la reja con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos.

—¿Qué pasó allá arriba? ¿Dónde está mi hermano?— fue lo primero que preguntó en cuanto me vio. No parecía estar racionalizando las cosas como siempre, estaba inquieto. Dejé la cena sobre un montón de paja con toda la lentitud que me fue posible, dejando a Tyler rechinando los dientes.

—Nos encontramos a unos españoles ¿No lo escuchaste?— pregunté, tomando mi taza de té con increíble paciencia —Solo escuché un montón de alboroto y pies corriendo— confesó este, que se había relajado un poco y por fin había soltado los barrotes.

—¿Y mi hermano?— volvió a preguntar —Está bien, no atacamos a nadie y ahora aceleramos el curso, llegaremos a nuestro destino pronto— Tyler se sentó en su respectivo montón de paja con una horrible expresión de fatiga en su rostro. Pude ver como Tyler se serenaba y su cerebro volvía a a trabajar con la misma frialdad de siempre.

El punto débil de Tyler parecía ser su hermano.

—Al nuevo mundo— dijo de pronto, sonriendo. Mi mano se abrió a causa de la impresión, dejando caer así un trozo de queso que estaba comiendo. Tyler enarcó una ceja —Nuestra fabulosa expedición es hacia el nuevo mundo ¿No?— eso ni siquiera sonaba como una pregunta, sabía que no importaba que lo negara. Tyler ya tenía la certeza de a dónde íbamos.

—¿Cómo lo supiste?— pregunté impresionado —Dijiste que nos habíamos encontrado con españoles, y hoy en día todas las expediciones que hacen los españoles es hacia el nuevo mundo— Tyler se encogió de hombros y tomó un panecillo de la charola de la cena.

—Cambiaste el curso al norte ¿No? Sentí el cambio— me dijo este, regocijándose con la satisfacción de haber desenvuelto otro misterio —Creo que los españoles están siendo atraídos por los indios a un montón de baratijas, si vamos un poco al norte puede que encontremos dónde guardan el oro— Tyler llevó su mano al mentón y me miró directamente a los ojos.

—Dame un mapa— su orden fue tan inaudita que tuve que procesarla unos segundos antes de echarme a reír —¿Por qué te daría un mapa?— pregunté sonriendo, cosa que a Tyler no le agradó —Quiero ayudarte, imbécil— repuso este, completamente serio y con una expresión de odio profundo hacia mi.

Algo hubo en él, no en su mirada, que me hizo asustarme un poco. Introduje mi mano dentro de mi chaleco hasta sentir el papel que siempre cargaba conmigo. Desdoblé cuidadosamente el mapa y se lo entregué a Tyler, que lo colocó sobre un montón de paja y comenzó a inspeccionarlo minuciosamente.

Miré su rostro concentrado: fruncía mucho el ceño, se mordía los labios y a momentos pasaba su lengua por estos. Aún así parecía entenderle perfectamente bien al mapa.

—Nos estamos dirigiendo hacia el norte, no sé cuantos ángulos, pero si no me equivoco, vamos a llegar a este punto— Tyler señaló un punto vacío del mapa con su dedo. A millas de distancia de el último trazo marcado y hecho por nativos.

—Nos estás dirigiendo a una muerte segura— me dijo Tyler, completamente serio. Tomé el mapa y tracé una ruta con mi dedo —Seguiremos este curso cuatro millas más, después veremos qué tan bien están las cosas, y si algo va mal cambiaremos la ruta— Tyler señaló otro punto en el mapa, un poco más cerca a Inglaterra.

—Aquí fue donde los atacamos— me dijo. Siguió recorriendo su dedo unos centímetros más que de inmediato reconocí como na trayectoria que habíamos seguido después del enfrentamiento. Tyler paró en otro punto y me miró directamente a los ojos, haciéndome estremecer. Este sonrió un poco y desvió su vista al mapa —Estamos aquí, creo— susurró.

De pronto fui más consciente de él, de la forma en la que su rostro era iluminado por las antorchas y el pequeño fantasma de la sonrisa que me había dirigido.

Tomé el mapa y me puse de pie de un brinco —Tengo algo que hacer, buenas noches— dije a toda velocidad, ajustando mi chaleco un poco y saliendo-no-escapando de donde se encontraba Tyler, sorprendido por mi reacción.

Ni siquiera yo sabía que era lo que había pasado. A mi nada me asustaba. No al gran Josh Dun.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2018 ⏰

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