G I A N F A R

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—Aparte de stalkearme en las redes, darme like a una foto antigua también me sigues—reconocí su voz al instante.

Con tan solo unas pocas palabras y una sonrisa fueron suficientes para ponerme roja.

—Lo del like a s-sido sin querer y no te he seguido—aclare con cierta timidez. —M-me ha invitado una amiga. 

Mire al Mallorquín reir. —Pues no veo a tu amiga.

—Allí —señale a mi amiga y su acompañante, qué aún se besaban.

Nuevamente lo escuche reir y luego sentarse a mi lado.

—Entonces te hare compañía.

Levante mis hombros y le di una sonrisa de lado, mientras terminaba mi trago.

—¿E-estas solo?—le pregunte.

—No, los chicos están allá—señalo a su grupo. —Les dije que iba al baño.

—Deberias volver, se p-preocuparan qué demores tanto en los baños.

Negó levemente. —Tomaré eso como qué no me quieres aquí.

—¡N-no! Nada de eso, solo e-es que..—

—Vayamos a bailar—propuso mientras se ponia de pie. 

—Estoy algo c-cansada, no puedo siquiera p-pararme.

Escuche una carcajada.

—Estás pasada de copas, no cansada—agarro mi brazo y me ayudo a pararme.

—¿A donde v-vamos?—pregunte a sentir que caminaba.

—Iremos a avisarle a los chicos que te llevaré a casa.

—Es que v-vine con Karla, n-no puedo dejarla—dije mientras señalaba hacia la pista.

—También la llevaré si desea.

Asentí mientras buscaba mi teléfono.

Lamento haberte dejado pero Saul me invitó a su depa, vuelvete con el chico que hablabas. O con mi hermano, llamalo, ¿vale? Te amo y eres la mejor. Karla. 
Pd: mañana me cuentas todo, estrellita.

Joder. Si tengo a la peor amiga de la historia.

Miré a Marco con una sonrisa.

—Es tu día de s-suerte—le mostré el mensaje.

—Vale, vamos.

...

Una vez en el auto de Marco apoye mi rostro en él vidrio. Mientras miraba con admiración las estrellas.

Él viaje fue silencioso, solo se sentían nuestras respiraciones.

—¿Podrias parar él carro?—pregunté mientras suspiraba.

—¿Quieres vomitar?—fruncio su ceño.

Negué. —Es la hora perfecta para ver las estrellas.

No dijo nada, estaciono él carro a un lado de la carretera y se bajo. Imite su acción.

Nos apoyamos sobre éste y miramos al cielo.

—Aquella—señale una estrella. —Es una de las qué más brilla en él cielo.

Me acerqué para mostrarle. El también lo hizo, quedando casi pegados el uno al otro.

—Vega—susurre.

Lo contemple al voltear. Su rostro estaba perdido en él cielo y noté cierta admiración.

—Es una bonita noche—dijo aún mirando al cielo.

—Si qué la es. Aquella, es Altair, decimosegunda más brillante.

Sonrió. —Hasta con alcohol en sangre sabes todo de las estrellas.

Levante mis hombros.

—Es un don.

Escuche una leve risa.

—¿Tu en que puesto estas?—escuche decir.

Asimilé que habla de la estrella cuál corresponde a nombre.

—Alhena es la cuadragésimo primero estrella más brillante.

—Tu brillas mucho mas para ese puesto.

Mis mejillas se tornaron rojas.

Luego de un rato, nos encaminamos a casa. 
Ya estaba casi por amanecer y necesitaba llegar a mi dulce hogar.

—Gracias por trarme—le sonreí.

—No fue nada, me la pase genial mirando estrellas—metió las manos en sus bolsillos mientras me acompañaba hacia la entrada.

—Yo me la pase bien también y te agradezco por eso.

—Podriamos salir otra vez, si quieres—preguntó algo tímido.

—Claro, me encantaría.

Asintió con una sonrisa.

—Nos vemos—lo saludé mientras movía mi mano en su dirección.

Imitó mi acción y se subió al carro, mientras lo miraba marcharse.

Al llegar a mi puerta, sonreí. Marco era un buen chico en todo sentido y me estaba empezando a agradar mas de lo debido.

A L H E N A || Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora