Y I L D U M *Penúltimo capítulo*

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Diciembre.

Él tiempo habia pasado tan rápido, qué ni cuenta notamos qué ya estabamos a casi fin de mes.
21 de Diciembre, para ser exactos. Pronto se acercaban las fiestas y las vacaciones. Los examenes pasaron volando, ya casi había terminado de cursar mi año. Después de haber rendido una de las materias qué me había quedado pendiente.
Los entrenamientos de Marco ya se iban acortando y tendría sus vacaciones en unos días.
La relación cada vez fue de mejor en mejor, no la perfecta, eso es obvio.

Amarro mi cabello suelto, cuál había cortado hasta la altura de mis hombros, y lo arroyo en un rodete despeinado.

—¡Buenos días!—saludo entrando a la casa de Karla.

Karla yace tirada en él sofá y Borja parece traerle una pildora junto un baso de agua.

—Son la una de la tarde, Alhe—dice mi amiga.

—¿Que pasó?—pregunto cuando la noto algo enferma.

—Tiene fiebre y ha vomitado toda la mañana—informa mi vecino.

Junto mis cejas. —Ayer estabas perfecta.

Ella bufa y levanta sus hombros.

—¿Deberiamos llevarla al doc?—cuestiona preocupado.

—¡No!—chilla ella parándose y luego cayendo nuevamente al sofá. —¡Joder!

No termina de hablar cuando agarra él bote de basura y vomita en él.

Hago una mueca de asco y miro a Borja.

—Llamaré a Kate—aviso sacando mi celular de la chaqueta.

Mi amiga ruega qué no lo hagamos, mientras solloza y intenta incorporarse.

—¡Creo qué estoy embarazada!—grita sin fuerzas.

Abro mi boca y dejo mi celular caer al suelo.

No soy capaz de articular ni una palabra, Borja tampoco. Karla tapa su rostro con ambas manos y se enrolla en él sofá.

—Amiga...—susurro boquiabierta.

—No quería qué me vieran asi, no quería qué lo supieran hasta qué estuviera segura. ¡Pero los dos son unos tercos!—menciona sollozando.

Miro a Borja, qué sigue sin reaccionar y me acerco a él. Le doy un zape(golpe) en sus manos y lo obligo con la mirada a qué diga o haga algo.
Parece reaccionar y se queja cuando le pego. Suspira pasando una de sus manos por su cabello y se acerca a ella.
Se sienta a su lado y también hago lo mismo, del otro lado.

—No se qué hara este idiota, pero yo te ayudaré en lo qué sea—admito en su oido y apoyo mi cabeza en él hueco de su hombro.

—¡Hey!—enuncia eufórico. —Seré un idiota, pero soy el novio de tu mejor amiga y padre de su hijo. Así qué cierra la boca, estrella.

—¡A mi no me haces callar!—reprocho.

—¡Ambos pueden callarse, esto es serio!—nos interrumpe Karla, esta vez, su sollozos son llantos.

Acaricio su espalda y Borja besa su cabeza, atrayéndola hacia él. Se separa al segundo qué vuelve a agarrar él bote de basura y vomitar en él.

Kate me llama unos minutos después, cuando vio la llamada y le pido disculpas por eso.

—Mañana iremos a lo de Kate, sin peros—le advierto señalándola.

Ya esta más calmada, dejo de llorar y de vomitar. Ya es casi las tres de la tarde cuando me levanto se su sofá y me despido de ellos.

(...)

Al llegar a mi apartamento pongo la cafetera a funcionar y me preparo unas tostadas. Marco dijo qué llegaría en cualquier momento y jure qué lo esperaría para comer.
Pero me levanté tarde y no almorze.

Sirvo el café en mi taza y preparo las tostadas con mermelada. Escucho la puerta abrirse y luego cerrarse, seguido de un chillido de Marco avisando qué llegó.

Saluda con un beso en mi mejilla y le sonrío. Deposito una segunda taza en la mesa, llenándola con café y entregándole el plato con las tostadas.

—Tengo una noticia para darte—menciono mientras le doy un mosdisco a mi tostada.

—¿Que noticia?—pregunta curioso.

Tomo un sorbo de café y le miro.

—Veras, hoy fui de Karla, estaba Borja—empiezo a hablar.

—Si, aviso qué no llegaría al entrenamiento. ¿Karla esta bien?

Asiento. —Sobre eso.

—¿Qué con eso?

—Esta embarazada.

Cuando escucha mis palabras, abre sus ojos como platos. —¿Embarazada?

Asiento nuevamente.

—¿Karla?

—No, yo—digo con ironía.

—¿Tú?

Llevo mis manos a mi rostro y bufo estresada.

—¿De quién estábamos hablando?—le pregunto entre suspiros.

—De Karla—responde confundido.

—¿Eres inútil o qué?—reformulo obvia.

—Ohhhhhh

Aplaudo cuando finalmente logra entender.

—Karla esta embarazada—repite.

—Joder, tu a veces me pones—menciono tirandome hacia atrás.

—¿Te pongo?

—¡Loca, Marco! Me pones loca—chillo queriendo reir por su reacción.

El mallorquín carcajea.

—Pero también te pongo en ese sentido, no me mientas.

Blanqueo mis ojos. —Qué no se puede hablar contigo. No eres serio.

—Tu tampoco lo eres.

—Es qué esto si lo es, mi mejor amiga esta embarazada. Es serio.

—¿Y qué con eso? Es un bebé, no el fin del mundo—dice levantando sus hombros. —Borja es un buen muchacho y apuesto qué será buen padre.

—Es verdad, lo se—le doy la razón. —¡Pero pasamos por esta situación!—chillo riendo.

Tapó mi boca para no reir. Recordando cuando lo hicimos sin protección y pensé qué estaba embarazada.
Largo risa tras risa y contagio a Marco.

—Seremos buenos tíos—enuncia.

—¿Tú dices? 

Marco asiente. —Eso se verá.

—Tendrás qué cambiarle los pañales.

—¡Eso no, mujer!

—¡Sera tú sobrina, no tendrás otra opción!

—No estoy listo para eso—dice riendo.

—Lo estarás, te enseñaré.

Marco hace una mueca y deja de reír.

—Lo hare con nuestros hijos—comenta con una sonrisa.

—¿Quieres hijos?—pregunto de la misma forma.

—Claro que sí. Quién no quiere un hijo de la mujer qué ama—termina y literalmente, muero de ternura.

Me lavanto de la silla y me acerco a él.

—Eres todo un cliché—susurro cerca de sus labios.
—Pero aún así te amo.

—Y yo a ti, Alhena.

Cuando deja de hablar le plato un beso en los labios y luego me abrazo a él.

(...)

A L H E N A || Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora