Capítulo once: Líneas asíntotas.

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Las llamadas ya no eran tan recurrentes y los encuentros habían mermado a sólo convertirse en unos cuantos días al mes, tal vez tres días o cuatro, pero no más. La incomodidad era palpable, ya no existía aquel salvajismo ni la pasión por la que empezaron esa tóxica relación.

Justo ahora estaban tomando una taza de café, los dos se miraron intensamente a los ojos y no dijeron nada, Law volvió su vista a la espumeante taza de cristal y la meneó un poco. El ambiente pesado era cada vez peor, cada vez más asfixiante.

— Me iré de aquí —la voz cortada del muchacho opaco el insoportable silencio. Le observó que tenía su mirada fija en sus nudillos—. Me iré mañana a primera hora, tomaré el tren de las ocho de la mañana.

No comentó nada al respecto, no colocó comentario alguno sobre la mesa, sólo dejo que el silencio creciera exponencialmente y terminará de remarcar la fuerte fuerza de voluntad del chiquillo delante de él. Luffy se había convencido que Torao le detendría, le diría que no se fuera, que no debía separarse de él, pero no, el hombre que tenía en su norte, no decía nada ni movía un músculo y eso fue lo que terminó por decidir su destino.

No se terminó la bebida, no hizo nada más y dejo escurrir silenciosamente sus lágrimas, no sintió unos brazos protectores ni una brisa de cariño, era verano y la casa parecía que estuviera en pleno ártico. No dijo más y se levantó del asiento, tomó de sus bolsillos una caja negra y junto a ella colocó las llaves que le habían sido regaladas. Ningún brazo le detuvo la puerta cuando la atravesó con el corazón hecho añicos, ninguna voz profunda le pedía que se quedara a su lado. Había acabado todo, en el trayecto se preguntó que sí de ser posible, no hubiera discutido con su hermano ese día y no habría acabado en la discoteca esa noche, de ser así nunca hubiera conocido a Law y no estuviera en ese momento con los ojos rojos e hinchados, la gente no le vería raro y su corazón estaría tan sano y entero como en esa mañana que paseaba por la facultad.

Negó y siguió caminando sin mirar atrás, sin dejarse llevar por los sentimientos ácidos por aquel chico de ojeras y nombre raro, se negó a regresar a dónde estaba sentado unos minutos atrás, su película de colegiala enamorada fue cortada de un tajo cuando el de ojeras no se movió ni un milímetro de su lugar. Y se negó a olvidar esa experiencia, jamás podría dejar de lado a ese hombre, a esa persona que le había hecho sentir que era el cielo y lo había entregado a las llamas del infierno.

Tendría que excusarse con Dragon por negarse a ser el nuevo director y tomar el pasaje a la mañana siguiente, también tendría que contarle todo a Sanji, su amigo de la infancia y pedirle hospedaje en dónde ahora vivía el rubio. Tendría que renunciar a todo por ser un niño estúpido, por dejarse engatusar por un hombre que lo sabía todo y le dejo hacer lo que quería, aún sabiendo que terminaría sufriendo. Volvería a empezar a estudiar, nada que tuviera que ver con medicina, claro estaba, no sabía qué y no era época de exámenes de ingreso. Tendría que trabajar y seguir adelante, ya conocía a la esposa del médico y se negó a seguir a su lado. Recordaba a la peliverde sonriendo de oreja a oreja en el consultorio de su padre. La chica después de tantos años había quedado embarazada, veía con alegría efímera la sonrisa pura y como lo cogió en un abrazo desprevenido y cariñoso, tal vez deseaba y amaba más a Law que a cualquier cosa, pero no sería alguien que destruyera una familia por sus caprichos y por eso era que se iba de ahí, en unos años tal vez regresaría, o tal vez no. Nadie tiene el destino comprado.

Su corto periodo de vida con ese hombre, fue como una asíntota, estaban tan separados uno del otro, ni siquiera sabían de su existencia, pero en algún punto de su trayectoria se encontraron, coincidieron, pero fue tan efímeros como la unión de esas líneas, para volver a separarse en caminos distintos, remarcando tan desafortunado parecido con esa forma, como ellas, que se separan y jamás vuelven a juntarse. 


CONTINUARÁ...


Bueno, un capítulo más para que esta ¿angustiante? historia termine, espero que haya sido de su agrado, y también espero que haya podido manejar bien este tipo de situación. ¡Nos estamos leyendo! 

El amor es sufrimiento. [LawLu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora