Capítulo cinco: Vectores.

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Chasqueó por cuarta vez en ese descanso, estaba harto de la situación, hacía ya unas cuantas semanas que se había visto con el tipo de ojos metálicos y cabello oscuro. Las visitas y citas recurrentes, siempre terminaban en lo mismo, comer una que otra cosa, ver una película, serie, y tener sexo. ¡Estaba harto! Él ya no quería sólo hacer eso.

Su mejor amigo lo observaba con el rabillo del ojo, desde hace un tiempo el chico se ausentaba por la tardes, tenía unas tenues ojeras y lo había visto frecuentarse con ese hombre varias veces. En esa ocasión su curiosidad fue aún más grande. Pensando distraídamente, '¿Qué era lo que estaba pasando con ese par?'.

Siguió comiendo su almuerzo, restándole importancia al asunto, al final de cuentas ese tipo era un cabrón, pero Luffy podía ser lo más persistente y cabrón que aquel hombre. Sonrió con malicia al lucubrar una muy mala idea por su mente, pero eso sí, sí alguien se le ocurría lastimar a su mejor amigo se le vería con él. Al final no era ni más ni menos que el mejor discípulo del mejor espadachín del país.

Y sí aquel tarado terminaba lastimando el frágil e inocente corazón de ese chico, no sabría lo que pasaría, pero no podía amenazarlo, no aún, no cuándo no tuviera ni una sola prueba plausible que ellos mantenían alguna especie de relación.

— ¡Eh, Zoro! —Sintió cómo alguien picaba su mejilla con un poco de fuerza—. ¡Despierta!

— ¿Qué quieres enano de goma? —Golpeó la mano del chico para apartarla de su cara.

— ¡Que sea flexible no quiere decir que sea de goma! —Gritó con las mejillas infladas—. Además ya no estoy tan enano. ¿Cómo era que te decía Sanji? —Colocó su mano en su frente tratando de pensar, hasta que logró recordar el mote del cocinero—. Ah, sí, ¡Cabeza de musgo!

— ¡Ya verás, enano!

Luffy tomó sus cosas para poder correr y en el paso llevar al chico a su salón antes de que terminara perdiéndose y quedará fuera de la clase de nuevo. Para Zoro había sido bueno estar en la misma universidad que Monkey, al final seguirían en contacto, aunque a veces era un dolor en el trasero.

— ¡Ya llegamos a tu salón! No quería que te perdieras —espetó el chico de la cicatriz bajo el ojo—. Nos vemos en la salida. ¡Y no te pierdas!

— ¡Qué te den! —Fue lo único que se abstuvo de decir el chico peliverde, al observar cómo su mejor amigo iba caminando feliz hacía sus clases. 

CONTINUARÁ...


¿De dónde se conocerán Zoro y Law? 
¿Les está gustando el fic? ¿Ya adivinaron de
que va la trama? 

El amor es sufrimiento. [LawLu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora