Una amistad muy especial

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—¡Charlie! ¡Charlie! ¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron?

—¡Pat! ¡Pat! Espera, espera... Primero cálmate, respira profundo...

—Pe-e-eero... ¿Doctora qué no lo ve? ¿Algo le hicieron? ¡Charlie!

Cuando nos acercamos al área de Medicina Legal pudimos ver a Charlie desde una de las ventanas de una de las salas contiguas. Se veía algo aletargado, por lo que seguramente tuvieron que sedarlo como hizo Tommy para realizarle las evaluaciones médicas pertinentes. El problema es que su amigo Pat al verlo en ese estado, casi enloqueció de nuevo pensando que le había pasado algo muy malo. Afortunadamente la doctora Swan sabía cómo controlarlo:

—Pat... Tienes que calmarte. Charlie está bien, sólo se ve un poco sedado. Por su condición no pueden evaluarlo de otra forma, se alteraría demasiado.

—¿Qué no ha pasado ya por mucho? ¿Tienen que seguirlo molestando? ¡Tenemos que sacarlo de aquí ahora, doctora!

La doctora Swan se acercó al alterado joven y con voz suave, pero con carácter le instó a calmarse de forma muy seria.

—¡Pat! ¡Cálmate! Quiero que me escuches...

—Pero...doctora...

—Respira conmigo... ¡Mírame! Inhala, exhala, inhala...exhala... Pat, respira conmigo. Cierra los ojos, respira profundo. Anda, Patrick. Sabes que no puedes dejar que tus emociones te controlen. Debes mantener una actitud calmada y asertiva. No puedes llegar amenazando, ni gritándole a las personas. Sé que te preocupas por Charlie y él nos necesita mucho en este momento, pero si tú mismo estás ansioso y muy alterado, no vas a poder enseñarle a él a controlar sus emociones. ¿Me comprendes, Pat? ¿Quieres ayudar a Charlie?

—Sí, doctora Swan. —respondió Pat mucho más tranquilo.

La doctora se acercó a Gus y a mí y nos pidió disculpas:

—Les pido disculpas en nombre de Pat. Similar a Charlie, Pat presenta una condición de TEA, claro que en su caso es el síndrome de Asperger. Los cambios bruscos y los sucesos que son emocionalmente intensos lo desbordan; por eso lo ven algo alterado, pero él no es así. Es un buen amigo de Charlie del centro donde trabajo y lo traje conmigo porque sé que Charlie necesita el apoyo de sus amigos en estos momentos.

—Podemos comprenderle, doctora, pero es importante que lo controle porque todos los que estamos aquí trabajando lo hacemos por el bien de los ciudadanos, nosotros "somos los buenos", los que atrapamos a los criminales...—Le respondió Gus muy serio.

Yo me acerqué a Pat y le extendí mi mano como un gesto para romper un poco la tensión, aunque él me seguía mirando con mucho recelo y no parecía tener ánimo de estrechármela, igual me le presenté:

—Mi nombre es Jonathan Cooper, detective asignado al caso de los Peterson y temporalmente soy el custodio de Charlie. He cuidado de él desde que le encontramos en la escena del crimen, incluso se quedó en mi departamento anoche. Mi deber es protegerlo y asegurarme que esté bien física y mentalmente.

—¿Cree que él pueda correr algún peligro luego de lo que sucedió? —Me preguntó la doctora Swan al escucharme.

—Las circunstancias son muy confusas por los momentos, doctora. Charlie estaba en la escena del crimen, le hallamos en el maletero del auto, no sabemos por qué razón los que asesinaron a sus padres no le hicieron ningún daño físico a él sino que lo metieron allí. Quizás trataron de secuestrarle...

—¿Estaba en el maletero del auto? —Preguntó la doctora Swan y luego se quedó un instante pensativa hasta que me dijo algo que me sorprendió— No creo que hayan sido los asesinos los que metieron a Charlie en el maletero del auto, fueron sus padres.

CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora