XV - El brazalete encantado

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                        "En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser"

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                        "En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que queremos ser"

—William Shakespeare

Dos días después

Jueves, 02 de febrero. 2017

Entonces...–Digo, mientras intento entender–. ¿Hay desterrados con poderes y desterrados sin poderes?

Sivor Asiente–. Así es. Algunos fueron desterrados de los reinos por no poseer algún poder, los otros han sido desterrados por delitos; creo que eso fue un gran error

Frunzo el ceño–. Claro que es un gran error, aquellos que fueron desterrados por delitos están llenos de ira y resentimiento, tienen sed de venganza–Opino

–Exacto. Pero los reyes se dieron cuenta de ello muy tarde, la taza de población en los desterrados fue aumentando, hasta el punto que, nos han declarado la guerra intentando encontrarte a ti y a North–Dice, un escalofrío me recorre

– ¿Ahora los que cometen delitos graves qué les sucede?–Inquiero, Sivor traga grueso

–Los ejecutan–Dice al cabo de unos instantes, se me hiela la sangre

– ¿Q-qué?–Susurro, él me da un asentimiento con la cabeza, sus facciones se vuelven tristes

–Pero son culpables ¿Qué más se les puede hacer?–Dice él

–Una audiencia–Aporto–. Puede haber personas que han muerto por ser inculpadas–Sivor asimila la idea.

–Tienes razón–Dice pensativo. Sivor miró por la ventana de mi todo terreno, pues me dijo que le diera el aventón a la casa, los demás lo dejaron varado en el instituto.

– ¿Qué te pareció la ciudad?–Inquiero cambiando el tema, a la vez, miro por el retrovisor para inspeccionar si puedo rebasar el auto que tengo en frente

–Es genial, todo es diferente. Aunque extraño a la manada, es genial estar acá con ustedes–Dice, le echo un vistazo y me regala una sonrisa, yo también le sonrío

–Me gusta tenerlos aquí, no solo por mi seguridad, sino también porque me caen bien. Han hecho tanto por mí y North, que estaré eternamente agradecida–Él me amplía su sonrisa, me detengo frente a la casa en la que actualmente habita.

Es grande y muy bonita, de colores blanco y beige, es majestuosa, nunca he entrado así que no sé cómo es por dentro, sonrío porque desde aquí veo una baywindow

–Everest–Me llama Sivor, me giro para encararlo, él sonríe–. ¿Quieres pasar?–Pregunta, sonrío ampliamente

–Claro que sí

Gracie se ríe de algo que dice Mónica, su risa contagiosa hace que riamos. Llevo en su casa alrededor dos horas, almorcé acá y... Joder

Everest: La elegida [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora