Capítulo extra.

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(Cuando Dante era bebé aún)

-Stephen-

Bien, les haré un resumen de mi vida junto a Sacatha desde el momento en que la conocí. 

-Todo comenzó cuando...

-No seas dramático, chico de tatuajes, ve al grano. 

-Cállate, ya fue tu turno de contar casi toda la historia, dame el protagónico a mí un momento. 

-Sabes que eso no va a pasar cariño- me guiña un ojo y pestañea repetidas veces. 

-Cómo les contaba, era lo más irritante del mundo, terrible como ella sola, me fastidiaba hasta los cojones pero aquí estoy, pidiendo fecha para casarme con este grano en el culo.

-Más respeto, sigo aquí estúpido- me golpea el brazo y ruedo los ojos.

-¿Ahora me recuerdas por qué nos estamos casando?

-no nos casamos aún, exagerado- dice obvia- tenemos un hijo hermoso y en los papeles dice que soy mamá soltera! Es atroz, parezco desamparada y tú mi amante.

-Pero soy el mejor amante, cariño- le beso el cuello solo para provocarla.

-ya basta, estamos en público- dice dándome un manotazo.

-Después de que accedieras, rogaras en realidad, a hacerlo en una plaza, me sorprende que digas eso- digo pasando mis manos por sus piernas.

-Basta o te dejo sin nada por dos semanas- da su veredicto final y me alejo como resorte. Que atroz, luego de tener a Dante estuvo casi dos meses sin dejarme tocarla, este caballero estaba dispuesto manchar su espada pero la damisela estaba con sus complejos y depresión post parto. Mujeres, quién las entiende.

Bueno, últimamente se resume en dormir casi nada porque el bebé despierta por las noches y duerme en el día. Es un amor. Aunque, la verdad, lo mejor que me ha pasado en la vida son ellos, si les pasara algo...moriría, son mi vida.

-Emmily cuándo llega?- pregunta viendo con interés una revista de autos.

-En dos días, viene con tu amigo- digo bufando en broma.

-Qué celoso eres, es como mi hermano y además tengo un hijo contigo que nació por parto normal, qué más quieres?- me miró indignada luego de mencionar el parto.

Vaya que dolió. Casi me deja sin brazo y sordo esta mujer. Río y me golpea por segunda vez.

-Cómo a ti no te dolió la concha, fácil es burlarse.

-Dejé los celos con Jefferson y tú cuando lo único que me preocupaba era volver a verte para poder protegerte- le digo. Se queda callada hasta que nos toca entrar.

-...lamentablemente tenemos fecha en ocho meses- dice el señor del registro y yo bufo fastidiado.

-Y para este mes tiene algo?- Suelto luego de un silencio. Scatha me mira casi atragantandose con su saliva.

-Quizá algo tenga, debo llamar para confirmar así que si me deja su número, le aviso en caso de que se libere una hora.

Lo anoto y se lo entrego. Dejamos la fecha más próxima anotada por si acaso no se libere nada.

-Que agobio, te imaginas no se liberen horas y esto sea para el próximo año?- pregunta.

-Seguirás cómo mamá soltera y yo como tu amante, lo sé, tranquila, hay que ir a casa antes de que mi madre se vuelva loca con el pequeño Dante- la abrazo por los hombros y caminamos hasta el auto que, pasó de un convertible a un auto familiar. Es increíble cómo ha cambiado mi vida, si alguien me hubiese dicho que estaría hoy con un hijo de la mujer más pedante del planeta, no lo creería.

STEPHEN. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora