Capítulo 1: Lujuria

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Hilo rojo del destino.

¿Qué sucedería si desde un inicio él hilo rojo del destino no fue fuerte?

.

A las orillas de la cuidad de Karakura, el reloj marcaba las doce del día, la luz del sol se filtraba a través de esas cortinas blancas acompañadas de un fuerte viento. Al adentrarnos a la habitación, se podía notar tanto ropa masculina, cómo femenina sobre toda la habitación, haciendo un camino hasta la cama.

Dos cuerpos sudados y desnudos estaban sobre ella, moviéndose mutuamente para satisfacerse, una delgada sabana blanca cubría solamente sus partes intimas. Entre ellas se podía notar una cabellera negra, esparcida por toda la almohada. Arriba de esa cabellera estaba una de color naranja.

El sonido de los besos y el como poco a poco ambos se iban marcando sobre su piel, era algo que a ambos los llenaba de placer, un placer que era prohibido.

—I-Ichigo...

Suspiro la mujer cuando sintió la boca de su amante sobre sus pechos, sin duda alguna amaba estar con él. Solamente sus encuentros eran una vez a la semana, aunque poco a poco esas fechas se iban haciendo más concurrentes. Aunque apenas se habían visto el lunes, el día de hoy era viernes.

Dentro de ese apartamento ambos dejaban de ser los mejores amigos, eran los esposos que debieron de haber sido desde un principio. Aunque ¿Desde cuando dio inició su relación? Fue un mes después de que el Matrimonio Kurosaki-Inoue llego a su fin ¿Quién fue lo que los orillo a dar el primer paso? La monotonía, el estrés, los sueños rotos, el falso "Hilo rojo del destino" con los que ambos se vieron atados.

El hombre de cabellos naranja besaba una y otra vez la boca de la mujer de cabellos negros, sus bocas estaban desgastadas, y sus manos sudorosas, corazones complacidos, pero una mente insatisfecha.

—R-Rukia...

Gimió él hombre, ambos ya sabían que estaban apunto de llegar a su clímax, el hombre abrazo más fuerte a su amante y con un fuerte movimiento supo que la mujer ya había llegado a su clímax, al igual que él.

En cuanto ambos terminaron se dieron un último beso, el hombre se puso de pie y quito el preservativo de su miembro, hizo la prueba para ver si todo estaba en orden.

—No se rompió —dijo el hombre, cuyo nombre era Ichigo.

La mujer dio un suspiro de relajación, de nueva cuenta estaba libre de quedar embarazada, se puso de pie y comenzó a vestirse. Ichigo miro como poco a poco ella cubría su delicada piel con ropas.

La mujer de nombre Rukia no dejaba de pensar en la culpa, al salir por esa puerta volvía a ser la señora Abarai, cuanto daría por volver el tiempo y poder estar así al lado de Ichigo. Solamente con Ichigo experimentaba el verdadero orgasmo, nada que ver con Renji que solamente pensaba en él.

—¿No me dirás nada? —pregunto Ichigo, la mujer simplemente evitaba verlo a los ojos. —Rukia

—Sabes muy bien que nada de esto esta bien —dijo Rukia, en ese momento tomo su teléfono para ver si todo estaba en orden. —Estoy casada

—Eso ya lo se —hablo Ichigo mientras bajaba su mirada. —Ya te dije que puedes hacer

Rukia se quedo pensativa unos momentos. Pedirle el divorció a Renji no era una buena opción, aun su hija Ichika estaba pequeña, necesitaba de su padre como de su madre. Eso sin contar que su hermano mayor la odiaría de por vida. Aunque a su vez no dejaba de sentirse culpable, el matrimonio de Ichigo termino desde hace tres años, los mismos en que ambos se volvieron amantes.

—Hoy te toca ver a Kazui ¿No? —cambio de tema Rukia. No quería que de verdad le hiciera caso a Ichigo.

—Será en tres horas más —respondió Ichigo, también Ichigo comenzó a vestirse.

—Aun no haz pensado en volver con Inoue —habló Rukia. Tenia la esperanza de que Ichigo se olvidara de ella con otra mujer.

—Si estas pensando que de esa manera te dejaré —respondió Ichigo, Rukia abrió sus ojos sorprendida ¿Acaso leía sus pensamientos? —Estas mal, ya lo intente y solamente le hice daño

Rukia bajo su mirada, ¿por qué no podía ser una mujer normal? ¿Por qué no podía dedicarse a su familia? ¿Por qué Ichigo tenia que volver?

—Ya sabes lo que te diré —dijo Rukia.

Mientras que el hombre de cabellos naranja solo suspiro, ya sabia al pie de la letra las palabras que diría Rukia. Simplemente no quería hablar de esas cosas con su amante, estaba cansado de verse a escondidas, estaba apunto de llegar a su limite.

—Hmp, mejor platícame ¿Cómo va tu hija en la escuela? —pregunto el pelinaranja.

Rukia le miro unos segundos, estaba sorprendida que no haya seguido con la discusión. Pero otra cosa que le sorprendía era que preguntará por su hija, jamás lo hacía. —Va perfecta —respondió. —Como era de esperarse de un Kuchiki la mejor de su clase

—Deberás, me habia olvidado totalmente de Byakuya —hablo con ironía, Ichigo se puso de pie y mando un mensaje de texto, ese mensaje era para la señora que le ayudaba con la limpieza del apartamento. —Como siempre un tío exigente

Rukia soltó una ligera risa, camino unos cuantos pasos hasta terminar al lado de Ichigo. Rukia era mucho más bajita que Ichigo, así que lo abrazo y termino recargada en su pecho, Ichigo por su lado tomo sus hombros y la apego más a su cuerpo.

Cuanto daría Kurosaki Ichigo por solamente una noche amanecer con ella, que por una noche ella se olvidara de su familia, pero, se vale soñar ¿No? Aunque duela más que nada se vale. Su "hilo rojo del destino" cuando se conocieron no fue tan fuerte, y ahora ambos sabían que ese hilo rojo los estaba obligando a estar juntos.

El "hilo rojo del destino" le importaba poco si Rukia estaba casada, si ambos tenían ya a sus hijos, los problemas de la familia Kuchiki. Simplemente se sentían atraídos uno con el otro, era una atracción que ninguno podía evitar.

Cada uno soportaba una cruel rutina, cada uno aguantaba sus ganas de verse como amigos frente a los demás. Pero todo eso lo dejaban atrás cuando entraban a ese apartamento (adquirido por Ichigo), simplemente volvían a ser adolescentes, se entregaban a la lujuria y avaricia. Ambos olvidaban sus responsabilidades.

—Tenemos que volver —dijo Rukia, se recargo más al pecho de Ichigo, la verdad no se quería separar de ese pecho. —Ichika vuelve de la escuela en dos horas

—Tienes razón —respondió Ichigo. —Tengo que ir con mi hijo.

—Siento que tienes muy descuidado a Kazui —habló reprochando Rukia.—Cada cuando lo vez ¿Dos veces al mes?

—No puedo ir cómodamente sin que Orihime me insista que quiere volver conmigo —respondió Ichigo cerrando sus ojos. —Me esta estresando, ya me he cansado de decirle que no volveré con ella

—Kazui necesita de ti —hablo Rukia apegándose más al cuerpo de Ichigo. —Esta pequeño y necesita un modelo a seguir, siempre habla en la escuela que su padre es su héroe, pero que como no viven juntos solo te ve muy poco.

—hum ¿Quién te dijo eso? —Pregunto Ichigo, no esperaba que su hijo tuviera esa imagen de él.

—Ichika, te recuerdo que van en la misma escuela —respondió Rukia. —Volvamos Ichigo

Antes que nada, ambos se dieron el último beso de la semana, Ichigo la tomo de su rostro y ambos se besaron de una manera muy tierna.

—Espero que algún día podamos estar juntos —dijo Ichigo mientras acariciaba el cabello de su amada. —Te amo

—Te amo yo también Ichigo —respondió Rukia.

La cama distendida se quedo, era la única cómplice de las innumerables noches de pasión que ambos tenían, al igual que las paredes que encerraban los besos y caricias. En el momento en que ambos crucen la puerta, ante la sociedad serán amigos, un par de muy buenos amigos que se conocieron por casualidad. Ambos al cerrar la puerta sellaran el amor que se sienten por otra larga semana.

Hilo rojo del destino (IchiRuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora