-Capítulo 1.-

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Los chicos necesitaban un descanso de la escuela, después de todo, una ciudad como San Fransokyo a largo plazo podía causar muchos problemas en general, tanta tecnología podía provocar estrés y mucho más enfermedades. Estaban en vacaciones y debían aprovechar, no estaba nada mal aislarse de ese lugar y respirar algo más puro, ¿y qué mejor que salir del país a un lugar completamente aislado?  Sería maravilloso al menos por unos días.

O eso creían los demás.

Hiro, por su parte, se negaba a dejar la ciudad y peor si se trataba de ir a otro país. Sí, muy lindo el convivir con amigos y familia, pero no, gracias. Prefería mil veces su habitación, y perfeccionar a Baymax, que muchos arreglos le faltaban. Además de que nunca había salido del país, ¿qué pasaría si se perdía? No no y no.  Se negaba.

—Oh, vamos Hiro. ¡Va a ser muy divertido, e inolvidable! Sólo di que sí, además no te puedes quedar solo en la casa, tía Cass irá también... ¡Hasta Mochi va a viajar!—  Mencionó Honey Lemon, entrelazando sus manos como súplica, mientras el gato dormía gozoso entre las sábanas de Hiro.

Sin embargo, a pesar de las constantes súplicas que incluían hasta a una Go Go amenazante y un Wasabi nervioso, Hiro se negaba rotundamente. No sabía por qué, pero no le agradaba la idea de salir a un lugar que no le era familiar, prefería más su rutina aburrida, pero pacífica y segura.

Posó su vista de nuevo en el papel sobre del escritorio, ignorando a todos. Su labor era mejorar al robot;  sin ninguna interrupción. El problema no era trasladar a Baymax, simplemente no quería ir. Podía cuidarse solo.

—Ya dije que no iré. —Espetó; Pero era muy tarde.

Ya estaba en el avión. Así es, señores y señoras; Hiro Hamada salía por primera vez del país.

Bufó, tratando de calmarse y asomándose para ver a través del cristal el ahora maldito pero hermoso horizonte. Estaba demasiado alto, tal vez no era buena idea mirar hacia abajo. Aunque a Hiro le daban igual las alturas, podía soportarlo... O no. Sintió de pronto como si sus entrañas se apretaran, lo que lo hizo regresar lo más pronto la mirada dentro del avión.

–No fue buena idea... –Murmuró y cerró los ojos con fuerza.

Respiró profundo, manteniendo la calma. Prácticamente lo llevaron a rastras al aeropuerto, y por puro milagro logró tomar algunas cosas, entre esas cosas a Baymax, (se las había ingeniado para eso) ropa y algo de mucho del dinero de las peleas robóticas que frecuentaba. Ilegales, pero lucrativas. Ya vería la forma de cambiarlos. 

Miró a tía Cass; Se veía tan tranquila cuidando de su gato... Claro, ni siquiera le fue difícil hacer el trámite para traerlo. Ella no viviría sin él. Comenzabaa pensar que quería más a Mochi que a su propio sobrino.

Se quedó un tiempo pensando en todo el berrinche que hizo durante el camino hacia el aeropuerto y durante todo el día, ¿cómo iba a estar contento de que lo llevaran a un lugar que nunca en su vida había visto? Según Honey Lemon estarían en un lindo hogar completamente alejado de LO QUE ERA SU VIDA DIARIA. 

¿Cómo rayos se acostumbraría a eso? ¡Ni sabía cuánto tiempo estarían allí! Esperaba que no todas las vacaciones; No podría soportarlo... ¡Qué tortura! Y más tortura con el viaje... Era de madrugada, estaba cansado. Llegarían en la mañana, suponía, pero eso no era lo peor: Después de tan agotador viaje seguirían viajando más hasta llegar al supuesto pueblo que había contado Honey.

No no no no, ¿por qué los demás también estaban de acuerdo? ¿Por qué tenían que aceptar viajar? ¿Acaso no tenían que estar con sus familias, y tía Cass trabajando en la cafetería? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!

•"I Can't Help It..."• -Higuel. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora