Dia 1

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Robin desperto decidido a arreglar las cosas. Se fue de casa antes de que regina despierte por lo que cuando la morena abre los ojos observa con tristeza el vacio a su lado.
—debi suponerlo— niega e intenta olvidar eso mientras se levanta y hace la cama. Se da una ducha, se arregla y baja para hacer el desayuno para sus niños. Era costumbre hacer un campamento para esas epocas y ya que en storybrooke solo habia una primaria, secundaria y preparatoria se unian todos, asi que en dos dias mas tendria su casa libre de niños por cinco días.Como madre apreciaba el tiempo libre pero no le gustaba para nada el hecho de sus bebes lejos de ella, asi que esos dias los mimaba de mas.
Luego de llenarlos de besos se dirige al trabajo. El día fue tranquilo por lo que se concentró en llenar unos papeles Hasta que unas flores llegan a su escritorio...Mejor dicho llenandolo, cada pequeño rincon estaba llena de ellas.
Sonrie como boba enamorada mientras las olfatea.
—tipico locksley— no nota la tarjeta ni a sidney feliz afuera.
Cuando llega a casa tropieza con una caja clavandole el tacon a la que molesta patea a un lado.
—estúpido chico del correo— al entrar nota todo oscuro y con velas, por fin, curiosa camina por la sala hasta encontrar a robin en traje con una rosa rosa en la boca y una comida detras.
—odio el rosa— es lo primero que menciona inconscientemente.
El rubio lo sabia, pero cuando fue a la floreria se habían acabado las rojas, no habia moradas y si ese problema tuvo con las comunes ni quiera conseguir una negra.Da una forzada sonrisa y tira la rosa al fuego.
—y ahora no hay. ¿porque no traes la caja que hay afuera?—.
—¿la dejaste tu?— abre los ojos y regresa rápidamente en sus pasos intentando que no se note que la habia destruido. Cuando entra la deja en la mesa ignorando la mirada de robin y la abre notando un hermoso vestido verde bosque.
—robin es...Precioso. Gracias, y gracias por las flores de hoy, mi oficina esta hermosa con todas ellas— levanta el ramo con una sonrisa y observa confundida como cambia su semblante hasta ponerse serio.
—¿Que flores? Mi unica flor era la que esta en el fuego— le arrebata el ramo hasta encontrar una tarjeta, rolar los ojos y dejar el ramo en la mesa.—mañana recuerda felicitar a Sidney—.
—¿mm?— abre sus ojos y al ver la tarjeta regresa la vista al rostro derrotado de robin—no es para tanto, olvida esas flores, las quitare mañana, comamos—.
—¿¡que lo olvide!? Regina, me pase la mañana buscando esas estupidas flores pero parecian desaparecidas de la faz de la tierra, asi que debi traer una estupida, estupida rosa rosada que odias mientras el tipo que te quiere lleno tu maldita oficina, y no no las quites, de todas formas te gusta. Olvidalo, me siento un idiota— murmura y suspira jugando con el borde de la copa sin mirarla, su rostro lucia cansado e impotente.
La de ojos cafes lo observa con lastima y toma su mano, le daba ternura todo esto aunque también se sentia algo derrotada, nada parecia salir bien para ellos.
—flores, no flores, me haz regalado en 8 años lo de todo esa oficina y mas. Ahora ladrón,Tengo un hermoso vestido y pienso usarlo— besa su mejilla y se dirige a cambiarse. Quedaba tan bien como si lo hubiera comprado ella misma, tenia un escote generoso y un corte en el muslo. Aun asi ya no se sentia tan sexy como antes, pero no dejo que eso la molestara. Se dirigio a la sala para encontrar al hombre que amaba, decidio olvidar sus temores por una noche, quizá esta semana iba a funcionar y seria todo como antes, realmente lo  queria.
Luego de varias copas terminaron subiendo entre besos a la habitación,  caen en ella y el comienza a tocarla,  a quitarle el vestido totalmente seguro de que jamás se separarían.
Muerde su lobulo haciéndola soltar un gemido mientras jugaba con sus pechos,  la  necesitaba tan mal.
—Robin para— regina logra hablar contradiciendo sus propios deseos.
—¿qué?— El murmura y la observa frustrado.—¿Que pare? Regina cariño,  te quiero tan mal,  por favor no hagas esto—
Ella niega observandolo tristemente y lo empuja lejos de ella.— será mejor si duermes... —
—En el sofá,  si— gruñe y se dirige afuera cuando se gira a mirarla.
—¿hice algo mal?—
—No,  todo es... Perfecto,  como siempre— susurra regina para darse la vuelta y escuchar el ruido de la puerta cerrar. Llora al pensar en lo felices que eran,  todo estaba arruinado y era la única en darse cuenta.

—Regina te amo,  quiero verte feliz.  Por supuesto puedes salir con mi hermano,  yo lo empuje a ti— tink le dice para luego abrazarla.
—Pero... Es tu hermano y... Yo no puedo con esto tink, no necesito otro corazón roto— murmura al recordar a daniel,  jamás lo superó.
—¿Sabes lo que necesitas?— Al ver su rostro niega y luego sonríe— Amor regina,  necesitas amor,  no me importaría empujarte a él,  se que encajaran—
Regina niega con una sonrisa,  tuvo un par de citas con robín desde que la atrapo leyendo en aquel café y se sentia bien,  pero no podía llegar a mas,  no cuando el pasado la atormentaba,  se excusó diciendo que era por tink(Rose ) pero no sucedió,  ella era feliz con eso.

Luego de su enfrentamiento con la rubia estaba perdida,  no sabía que hacer,  entonces literalmente choco con robin cuando caminaba distraída por la calle.
—¿Regina? Oh por Dios ¿Estas bien?— La observa preocupado buscando alguna nariz rota,  un ojo morado o algo asi.
—Si robin,  estoy bien,  no fue nada solo.... Me ire ahora— murmura intentando apresurar su paso pero el la toma de la muñeca.
—milady¿Por qué ya no atiendes mis llamados? Crei que teníamos una conexión aqui... Supongo me equivoque—
—no te equivocas— fuerza una sonrisa— pero es mejor asi— y con eso ella huye.
No fue si no dos meses después luego de que robin fuera a muchas citas aburridas que se la encontró. Estaba en el bosque con una carta de su madre,  al parecer una dolorosa.
Comenzaron a hablar,  la conexión jamás se perdió era.... Difícil.
Una vez que ella aceptó ir a una cita con él no sabía dónde la iba a llevar,  y jamas espero esto.
—¡demonios robin! No hay manera que yo haga eso— murmura asustada al ver la pista de hielo, si jamas fue a patinar fue por una razón.
—milady,  solo una vez,  prometo sera divertido—
—me caere— asegura y niega— yo no me metere a esa cosa—.
—¿confias en mi?— Le da la mano para que se sostenga y sonríe marcando esos preciosos hoyuelos ¿como ella podía resistirse a eso?.
—Si me muero será tu culpa— de por respuesta con una sonrisa y toma su mano.
El la lleva con cuidado a la pista y la sostiene de la cintura.
—deslizate con cuidado,  un pie delante del otro,  frenas asi— demuestra y la sostiene sabiendo que se tambaleaba y perdería el equilibrio.
—¡Lo dices como si fuera fácil!— ladra ella muy en desacuerdo de estar fuera de su zona de control,  de algo que no dominaba.
—Lo digo como si no es imposible— pronuncia con suavidad.
Ella toma aire y comienza a deslizarse,  cuando ya lo tenia robin decide soltarla de imprevisto.
—¿¡Que demonios haces!?— grita regina y comienza a perder el control,  estaba por caer al suelo pero robin es mas rápido agarrando su cintura y girándola para sostenerla contra él.
—Te tengo majestad— y sonríe de forma presumida.
Ella jadea y comienza a pegarle.
—¡idiota!¡idiota idiota idiota!— golpea su pecho y lo observa enojada.
El la para y le sonríe.
—¿terminaste? Ni lo senti—
—quiero irme de aqui— murmura,  odiaba ese lugar,  solo traia malos recuerdos.
—solo una vuelta mas,  ¿por favor? Prometo no soltarte—
—lo haces y te arrancare el corazón— amenaza apretando su brazo mas de lo necesario.
—disculpa majestad,  que miedo— niega divertido. Luego de eso la hace dar algunas vueltas pero no la volvió a soltar,  apreciaba su vida.
Luego cuando estaban sacándose los patines el habla.
—¿quieres ir por un cafe?—
—tu no te rindes,  ¿verdad locksley?— pregunta con una sonrisa descarada mientras se colocaba sus botas.
—No,  no realmente. Soy bastante persistente cuando algo me interesa—

—¿yo te intereso?— Se lame los labios.
—Con todo respeto milady, habría que ser idiota para no notarlo— y con eso la ayuda a levantar y van a tomar un cafe.
Habían ido a tomar unas copas a la casa de robin cuando el se acerco demasiado acorralandola contra el mueble,  su respiración se acelera y se prepara mentalmente para tener esos labios sobre los suyos pero.... El bastardo solo paso de largo.
¿¡como se atrevía!? La hacía ponerse todo un maldito lio de nervios y su corazón muy agitado para no hacer nada al respecto. Ella niega y lo empuja suavemente.
—debo irme—
—¿tan pronto?— pero eso jamas tiene respuesta. 

Regina extrañaba cuando todo era mas fácil,  era consciente que ella era la mayor culpable de todo esto pero no podia hacer nada,  su madre era muy convincente y no quería otro daniel en su vida,  no él. Además luchaba contra sus propios miedos que la jodian a cada momento además que robín... El jamás tenia tiempo. Quizá esto solo fue la punta del iceberg.
Odiaba tanto,  tanto amarlo pero no poder hacer que todo vuelva a ser como antes,  si,  ella era la culpable,  quizá jamás debió casarse,  ahora era todo más doloroso. Cierra sus ojos aguantando las lagrimas y se duerme,  aun quedaban 6 dias.

El amor no es suficiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora