Día 7

144 18 2
                                    

Su encuentro con su madre no ayudó a sus nervios, estuvo todo el día fuera preocupando a Robin, básicamente conducio hasta que el cansancio le ganó y tuvo que estacionar a una orilla para dormir. Apenas salió el sol conducio de regreso hasta un café y se digno a contestar los mensajes de Robin con un simple "Estoy bien." Al tener la batería baja suspiro y dejo que se apague el aparato infernal, cuando regrese debe tomar una decisión y probablemente deba vivir con las consecuencias.
Quedarse con Robin y asumir el riesgo para él y para su familia que conlleva y superar el dolor que le causó, o alejarlo y vivir el resto de su vida infeliz.
No, ella no podía, no queria vivir sin Robin, estaba segura que en cuanto le diga lo enfrentarían juntos y se reirían de esta locura de Semana mientras ella este en los brazos de su amado.

Con ese pensamiento conduce a casa luego del almuerzo sin esperar el encuentro.
Cuando entro a su hogar vio a un Robín con un rostro que contenía una furia inmensa como nunca vio.
—Mira quien se digna a aparecer.— Pronuncia con sarcasmo.

—Lo siento, debia irme yo... — No puede acabar porque Robin negó levantando su mano en señal de que pare, se dirige al sofá y se sienta en una esquina, siendo seguido por la morena que se sienta en la otra punta.

—Tienes un amante, ver a nuestra familia feliz te hizo sentir culpable sobre como la arruinaste.— Acusa observándola con resentimiento.

—¿Qué? ¿De que hablas?.— pregunta con confusión.

—¡Oh, no te hagas la desentendida! Estuve pensando tantas razones por las que podrias separarte de mi, y fue la única que tiene lógica, tienes un amante y no importa que haga para intentar recuperarte, volverás a él.— En sus ojos se podía ver el sufrimiento que le provocaba ese pensamiento.

Regina simplemente solto una risa y lo observo incrédula, le dolia que el amor de su vida pueda pensar eso... Pero entonces lo entendió, ella hizo lo mismo hace semanas atras.

—¡No hay nadie más! Nunca haría eso, no a nuestra familia.— Hace una pausa y lo olfatea para simplemente tragar saliva tristemente.—¿Estas borracho?.—

—Apenas bebi. ¿Si no hay nadie más entonces que es? ¿¡Por qué me odias tanto!? Nunca consideraste siquiera aceptar al final de la semana, ¿Verdad?.— Al notar su silencio el hombre fuera de si se ponía más furioso,  se levanta y golpea la mesa a la vez que grita.—¿¡Verdad!?.—

—¡No! ¡No lo hice! No podía.— suelta de repente algo asustada por el grito y con lágrimas en sus ojos.

—¡Merezco una explicación! ¿¡Qué hice para merecer esto!? ¿Ya no me amas?.—

—¡Cuanto te amo no es el problema Robín! ¡Te estoy dejando porque te amo!.— Suelta de la nada y comienza a llorar. Se levanta y da una vuelta por la habitación negando con su cabeza. Si había reconsiderado siquiera el hecho de perdonarlo se fue al demonio cuando llegó. —Lo arruinaste, tú y tu problema con el alcohol, lo arruinaste.— odiaba culparlo pero era cierto y ya no se podia guardar más la verdad.

—¿De qué hablas? ¿Qué arruine?—
su ira disminuyó para dar paso a la confusión.

—¿Crees que soy una idiota? Eres un borracho, nos endeudaste, ¡Pusiste en peligro a esta familia por tus idioteces! ¿Sabes que es lo peor? ¡MI JODIDA MADRE LO SABE! Estamos arruinados Robin, tiene pruebas de un asesinato contra ti. Aquella noche, golpeaste a un tipo que estaba "Robandole" a Marian. Las cámaras te siguen hasta un callejón donde solo estan los dos y luego hay un cadáver.— había visto las pruebas esa misma mañana y no había sabido que hacer con aquella información.

Su esposo estaba palido como un papel y si no estuviera tan enojada tendría lastima.
—Yo no, yo... Lo iba a solucionar, no quería preocuparte. No mate a nadie, Regina, tienes que creerme.— Su tono de voz era tan desesperado que le rompía el corazón.

—Ese es el problema. Somos un equipo. Pude ayudarte, pudimos salir adelante juntos pero decidiste jugar al heroe.— Agacha su cabeza y deja sus lágrimas salir con libertad.
—Lo se, te creo. Pero Cora sabe como destruirme. Todo lo que quiere para no hundirte es nuestro divorcio. Quiere volver a tener el control sobre mi.—

—No lo hagas, Regina, milady, ella no puede ganar, saldremos adelante.—

—Lo hare. Y no solo por esto Robin, si no por el hecho de que me mentiste. No soy suficiente para ti, no puedo darte un hijo y eso pesa, tú mismo lo dijiste. ¿Y sabes que? Yo no soy como mi madre, te quiero lejos, no estas atado a mi, encontrarás a alguien sin tantos problemas que cargar. Te dije, era demasiado para ti, es demasiado para todo el mundo.— Logra decir entre sollozos explicando su verdadera razón. Ya no le importaba que la vea rota, estaba rota.

Pero Robín se altero, no podia permitirlo.
—¡No me dejas entrar! Golpeame, gritame, meteme a AA, ¡Pero no me dejes! Eres suficiente, siempre lo fuiste. ¿Y qué si no puedes darme un hijo? Puedes darme tú corazón.—

—¡No lo entiendes! Cada día junto a ti es una pesadilla, me cuestiono todo, me culpo, estoy inestable. ¡No puedo seguir asi! Los niños merecen una mejor madre.— Por primera vez en una semana, Regina Mills estaba mostrando la verdad de su corazón, pero Robín estaba ligeramente alcoholizado y con una desesperación increíble.
Se acerca a ella demasiado rápido y la toma por las muñecas con fuerza apoyándola contra la pared para inmovilizarla.

—¡NO PUEDES DEJARME! Solo, no puedes, mejorare por ti.— Ruega gritando lo primero.

La morena traga duro tratando de no hiperventilarse.
—Sueltame.— dice con firmeza sin poder concentrarse en nada más que no sean sus muñecas.

—¡No!—Robin estaba tan decidido a no dar el brazo a torcer que no notó la fuerza que ponia en ello.

—¡Sueltame! Robín, SUELTAME—Grita comenzando a entrar en pánico. Seguía atrapada y se le comenzó a dificultar respirar.— ¡Dejame ir!,  dejame ir, maldita sea— Sus gritos y lágrimas ya salían sin control, incluso cuando un Robin asustado sin saber el ataque de panico que acababa de despertar la suelta esta lo empuja golpeando su pecho varias veces para luego deslizarse por la pared hacia el suelo y abrazarse a sí misma mientras se mecia.
—Eres como él, eres Leopold.— Susurra sin mirarlo, ella dejo de estar ahi, su cuerpo y mente se transportaron a la trágica noche donde Leopold intento matarla.

—¿Milady? Mierda. soy yo, Robin, vuelve a mi, lo siento.— Estaba asustado, pero cada vez que la tocaba ella se estremecía y rogaba que no le haga daño, al no saber que hacer llamo al hospital.
Una vez que le confirmaron que venían se agacho frente a ella. Fue una mala idea porque en cuanto ella noto la presencia masculina comenzó a gritar que no la toque, que no le haga daño y de su propio miedo se levantó y corrió lejos de él cubriéndose a sí misma con sus brazos en un debil intento por protegerse.

El Rubio sabia lo ocurrido, pero jamás había imaginado cuánto daño le había hecho Leopold a su dulce mujer. Lloró de impotencia, él causo eso  debió dejarla ir por las buenas, se merecia alguien mejor, Robin Locksley rompió su promesa.

NO ME MATEN.
En el próximo cap aparecera el flash de la charla de Cora. Por cierto, disculpen cualquier error de contexto, hace chingos no lo escribia y no me acordaba todo😂💔
Lamento la tardanza, prometo tardar menos de  un mes para la próxima.
Un beso lleno de magia.

El amor no es suficiente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora