Acababa de entrar al consultorio de Archie, apenas cerró la puerta detrás de ella solto sus lágrimas llamando la atención del psicólogo.
—¿Regina? ¿Qué sucede?.— sus cejas estaban en señal de preocupación mirandola sobre sus lentes, carraspea, se acomoda los anteojos y se levanta dejando su libreto atras. La acompaña al sillón y le da un pañuelo para sus lágrimas.—No quiero hacerlo, no quiero separarme de lo mejor que tuve en mi vida.—
—Entonces no lo hagas.— dice simplemente el hombre.—Eres una mujer adulta y nadie puede obligarte.—
—Ojalá fuera tan simple.— murmura.—ayer quise... Tener relaciones con Robin, y lo obligue a decirme Marian.— Su rostro se torna rojizo y traga saliva, sentía que el tiempo pasaba con más lentitud, se avergonzaba de actuar asi, pero sobre todo se odiaba por ser tan débil como su madre lo dijo. ¿Qué clase de mujer hace eso con su marido?.
—¿Lo hizo?— pregunto el psicólogo con toda la parcialidad que requiere un asunto frágil.
—No. Quiero decir, lo intentó, pero no pudo.— ahora ella lo miraba, con profundidad, trasmitiendo un dolor inimaginable.
—¿Cómo te hizo sentir eso Regina?.— ella no responde, por lo que le da paso al hombre que luego de acomodar sus anteojos carraspea. —Creo que avergonzada, no eres la primera ni la última mujer que recurre a algo tan humillante cuando no se ama a si misma, pero tu esposo actuó bien, aunque te haya dolido y te hizo sentir aun peor, no merecías eso, él no te freno porque no quiera estar contigo, fue un, no así, quiero a Regina, no a Marian. ¿O me equivocó?.— Nuevamente se hizo un silencio de su parte y él continúa.—
Me sorprende que tú, sobre todas las mujeres lo haga, con tu historial.— Presiona sabiendo su historia con Leopold y como la llamaba.—No tiene nada que ver, Eso esta fuera de mi vida.— Salta a la defensiva con rapidez.
—¿De verdad? ¿Y porque te quieres divorciar? ¿Por qué estas en un lugar tan miserable de ti misma? Aun esta esa parte de ellos en ti y te afecta Regina, los traumas que no quisiste trabajar comienzan a salir nuevamente, ¿Cuál fue el disparador? ¿Quizá el alcohol de Robin? ¿Fue violento? No, el no fue violento ¿Verdad? ,¿Quizá tú lado "defectuoso"? No solo una persona puede ponerte asi, eres adulta, no dejes que destruya tú vi...— Archie la había presionado demasiado porque sabía que era la unica forma de trabajar con ella, en el momento que se paro con rapidez agarrando su bolso supo que funcionaría.
—¡No tienes derecho a esto! ¡Se lo que hago y porque! Ni siquiera debi venir, No me esperé para la próxima cita.— Y con eso la morena huye del consultorio. Pero había algo que no fue errado, bueno, bastantes cosas.
Cora Mills estaba de nuevo en su vida y siempre que regresaba, Regina entraba en un pozo tan malo como cuando era adolescente. No tenía las fuerzas para enfrentarla porque no se trataba de ella, se trataba del hombre que amaba y como los condenó sin darse cuenta. Estupido Robin, si no lo hubiera hecho, no le hubiera mentido, no hubiera sido cruel, Cora no tendría con que meterse bajo su piel, a ella nunca le gusto su esposo, y ahora que podía sacar una ventaja lo haría, su madre iba a ganar una vez más.Flashback:
El Rubio estaba por demás ansioso. Iba a hacer la gran pregunta.
Henry y Roland eran sus pequeños complices. Sabia que se veía algo rápido, teniendo en cuenta todas las piedras en el camino y las ideas y vueltas, pero eso no importaba, sabía perfectamente que era la mujer de su vida, tendrían un espléndido futuro porque eran Almas gemelas. No podía decir como lo sabía, solo estaba completamente seguro, lo sentia. Aunque no vivían juntos oficialmente, pasaban la mayoría del tiempo en familia, por que asi se sentia.Habían preparado una gran cena en el patio, dejando la casa a oscuras. Cuando Regina entro cansada del trabajo observó extrañada el inusual silencio y oscuridad.
—¿Henry? ¿Estas en casa? ¿Robín?.— llama algo preocupada. Entonces siguió avanzando y vio velas Blancas que la llevaban desde la sala hasta su habitación donde un maravilloso vestido se encontraba junto a una carta. Sin poder ocultar su sonrisa abre la carta."Milady, con este vestido te conoci y asi necesito que estes, recordándome a cada instante lo maravilloso que es estar a tú lado. Pontelo y sigue las velas Rojas como tu vestido para la siguiente sorpresa, pero no te coloques ningún zapato o pendiente."
Sonrio y se lo colocó de forma obediente, aun recordaba ese hermoso dia en el que su vida cambio. Sin soltar la carta sigue las próximas velas tenues que apenas e iluminaban la oscura casa.
El iluminado camino la llevo al cuarto de henry donde se encontro con unos zapatos negros con plataforma roja nuevos y una carta negra a su lado. Sonrio y los puso en sus pies con facilidad abriendo la carta.
"Ni siquiera necesito verte para saber que te encuentras hermosa. Según se una mujer no esta completa sin pendientes o colgantes, ¿Verdad? Sigue las velas Negras, porque el negro es tu color milady."
Regina estaba cada vez más ansiosa, pero con obediencia siguió hasta la habitación de Roland donde un par de Collares y pendientes se encontraban esperandola junto a una carta verde.
Repitiendo las acciones se los coloca y abre la carta."No te impacientes milady, ve hacia el patio, esta vez no hay velas, sabrás encontrarnos."
Tras esto camino hacia al patio y pequeñas lágrimas de felicidad se escapan por sus mejillas al ver a sus dos hombrecitos con un traje y una rosa cada uno que le entregan.
—¡Papi te espera afuera gina!.— dice con emoción Roland y henry abre la puerta dejando ver un patio cubierto de luces, una mesa elegante y a su amado parado observandola con una orgullosa sonrisa en sus labios y las manos detrás. Ella estaba por correr a sus brazos pero el hace señas para detenerla y se arrodilla.
—Oh Dios.— Jadea y se cubre la boca, esto estaba sucediendo, se asusto, su matrimonio con Leopold fue sumamente horrible, y no queria eso de nuevo... Pero el no era Leopold, era Robín, un hombre maravilloso.
—Regina Mills, ¿Me quieres hacer el esposo más feliz del mundo?.— pregunta sacando una pequeña cajita con un anillo.
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Regina entro a su casa luego de un dia agitado y encontró la oscuridad como aquella vez.
—¿Robin?.— vio las velas y trago saliva. Comienza a seguirlas hasta que ve las paredes del pasillo iluminadas por luces navideñas y fotos familiares colgadas de ella. Primero era una de Un bebé Henry con ella, fue el dia que decidió adoptarlo. Una pequeña lágrimas de felicidad se resbaló por su mejilla pensando en como creció su pequeño. Esta foto fue seguida por un cartel escrito.
"Entonces la Reina adoptó al príncipe para no sentirse sola, pero algo faltaba para estar completa... "Comenzaron a aparecer una serie de fotos locas con Mal, tink, Emma, killian, y todos sus amigos, pero al final fue una con Robin. Apenas empezaban a salir y tink les saco una foto cuando se besaron con ternura, fue su mejor momento. La acaricia con nostalgia y no puede contener el llanto.
"La reina encontro a su ladron y su caballero y jamas estuvo triste otra vez."Siguió una foto de Roland y ella, otra de Roland Robin y ella y finalmente los cuatro juntos, había fotos de navidades, años nuevos con la familia de Robin o con su hermana Zelena, de la boda, ellos juntos en su luna de miel y una de las más recientes fue un día de campo.
El último cartel fue uno que decía.
"No empujes lejos a los que amas, quiero ver esa sonrisa de por vida."Y Robin apareció en escena con un ramo de flores.
—No estoy listo para dejarte ir.— murmura agachando su cabeza.
La morena comienza a llorar sin parar y lo empuja cuando quiso abrazarla.
—No puedo, no puedo Robin, lo siento.— Entonces corrió fuera dejando plantado al hombre que amaba.
Cuando se estaba metiendo al auto nuevamente alguien toca el vidrio y limpiando sus lágrimas lo baja sin siquiera ver.
—Robin, ya te dije que... — pero una voz femenina interrumpe su diálogo atrayendo su atención.
—Hola Hija.—
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El amor no es suficiente
FanfictionRegina mills era una mujer fria, calculadora y descarada, sola en el mundo con nada mas que un hijo adoptivo.Robin locksley era un hombre honesto, bondadoso y perspicaz, lleno de amigos y un pequeño hijo. La morena era abogada, el rubio era pintor...