Je te aime

Capitulo 6: 1346

Alec desapareció entre las sombras de ese callejón y Mara sintió como su cuerpo se apoyaba y bajaba por las paredes hasta quedar sentada en el piso, tenía impotencia, si quería matarlo pero aunque quisiera no podría era uno de los vampiros más fuertes de la guardia y siempre pensó que si él y su hermana se unieran podrían fácilmente destruir a la guardia. Pero ella era una simple vampira, posiblemente no tanto como esos ojos color carmesí. Miro a su dirección derecha, a la entrada del callejón y paso un carruaje con unos turistas, que le recordó parte su pasado.

En 1346 la peste negra azoto a Europa fue su punto más fuerte y su padre alcalde de una comunidad no lo supo manejar, era algo más allá de sus conocimientos, su pobre padre murió de ella, solo que Mara le otorgo un descanso que necesitaba.

1346, noviembre. — Flashback —

Su padre estaba infectado, el alcalde la ciudad moría junto con la mitad de esta, su madre su querida madre no había superado la peste, lamentable ella la trajo, los sirvientes decían que era por que se acostaba con el chico del servicio y la había traído desde otro pueblo. Mara lloraba en su costado de la cama cuando él abrió los ojos.

— Mi querida Mara, debes escucharme — Su voz sonaba débil y sus manos estaban negras producto de la peste.

—  Dime padre — Comento segura, no debía tocarlo, pero sabía que no debía estar cerca de él.

— Te presentaré a alguien solo quiero que estés quieta por favor y además traedme mi espada de arriba por favor  — sus ojos se abrieron de par en par no dejaría que su padre se hiciera daño, pero estando allí sabría que no podría, asintió y se levantó de este, tomo la espada y se la paso en sus manos, este levanto y mara lo presintió algo pasaría, ese instinto de algo malo acercándose se alejó del unos pasos tenía su espada en su puño izquierdo y le cruzo con su espada todo su torso, solo sintió un ardor y la mirada de su padre débil suplicaba perdón, no entendía ¿su padre la mataba por la peste?.

Unos pasos detrás de ella le sacaron la espada que atravesaba su piel, sintió ese ardor metálico en su garganta cuando grito agudo salió de su boca alguien la tomaba con fuerza desde la espalda, para poco recordar por que perdía la conciencia cada vez más, iba a morir inevitablemente, solo que fue un poco más dolorosa de que lo esperaba.

Al despertar su vestido tenía una gran mancha roja, lo ultimo que recordaba era el ardor de la espada, se sentía distinta, se acercó a la cama y observo ya el cuerpo de su padre, había muerto. No entendía nada, al girarse se encontró con su reflejo, ¿Acaso esa persona era ella? Estaba distinta, Asustada corrió de la habitación, una sirvienta grito al verla ensangrentada y corrió, de repente corrió más rápido de que un ser humano podría correr, Freno en seco por los pasillos y giro para ver que nadie vio eso, para su suerte no había nadie, entendió que ya no era una simple chica y debía escapar de allí, su familia había muerto ella debía escapar, lo más probable es que la darían por muerta.

— 1346, noviembre. - FIN Flashback —

Mi padre. Fue un hombre justo después de todo, me dio la vida eterna para no morir y ser una víctima más de la peste, de alguna manera él conocía el secreto con la ayuda de alguien que nunca supe quien era. Después de eso la historia es simple, mato gente, tenía descontrol, se encontró con vampiros que la ayudaron, buenos vampiros que le enseñaron control y desaparecer, entonces años después conoció a los vulturis.

Su cuerpo se levantó de ese callejón y salió de allí rápido hacia el hotel hasta que vio a bella a lo lejos, cruzando las calles, se quedó petrificada, ¿Había visto esa pelea?, ella caminó tranquilamente hacia mara.

— Mara... — Su voz sonaba tan preocupada, sabía la vampira lo que diría. — Lo sé — Respondió y ella la abrazo casi con consuelo maternal, no era muy ella esa reacción y eso la extraño profundamente, lo siguiente fue un golpe y su cuerpo salió hacia la dirección contraria, Alec había golpeado a Bella su cuerpo se puso a la defensiva cuando su cabeza dio vueltas, y entendió, estaba Sarah la vampira nueva de la guardia que creaba ilusiones en tu cabeza, esa no era bella, no era ella.  Y Alec había golpeado realmente a Sara.

— No tienes derecho a espiarme — Le advirtió Alec y sus manos comenzaron a esparcir su don.

—  ¡NO! — Un grito salio de parte de Mara y Alec freno para mirarla con rabia en sus ojos, sabía que le molestaría, pero no podría dejar que la matara, s levante para caminar hacia la vampira y tomo de su cuello y la azoto contra el callejón, Alec sonrió casi malvadamente ¿Esperaba que yo la matara?.

— Por que nos sigues — Azoto su cabeza contra el muro  y su piel comenzaba a tener grietas pero su mano no se separó de su cuello mientras esta luchaba, Mara era una vampira mucho más antigua y sabría defenderse pero esta solo miro a Alec.

— Alec... — Mara lo observo de reojo — Aro te matará si lo sabe, supongo ... — tosió por que las manos de la vampira apretaban más — que no lo sabe — prosiguió, miro nuevamente de reojo y la mirada de Alec cambio sus ojos se oscurecían y entraba el verdadero Alec, no podría dejarla con vida, no por ella, sino por él, ¿cuánto más tendría que matar y sacrificar por él?, suspiro y la solto, esta trato de escapar, pero mara no miro, Alec la ataco por la espalda con su don y seguramente fue la muerte más dolorosa que existe.

Cuando su cuerpo callo, la vampira giro sobre sus talones para mirarlo — Debes dejarme ir, ella fue solo la primera persona, no permitiré que mates o que les pase algo por muy insignificante que sea ...— se acercó unos pasos a él — a una persona de mi familia o quien quiero, déjame ir Alec —

— Taparé las evidencias del cuerpo para cuando lo encuentren, debes irte — su rostro sorprendida suspiro una vez más y se alejó unos pasos entendía sus razones pero su mirada fría contra ella no la soportaba, ese Alec oscuro que lo odiaba, ese no era su Alec giro unos pasos para marcharse, pero corrió en la dirección hacia el vampiro y lanzarse a sus brazos, como podría soportar irse si él nunca decía no.

Después de eso desapareció, corrió a una velocidad sobrehumana, como la primera vez, sintió el viento en su rostro hasta encontrarse con las puertas de su hotel y toco el timbre una vez más esa noche.