O5

275 49 5
                                    

-¿Puedes escucharme?- pidió Jinyoung.

-Lo hago.- le contestó Mark, aún con una de sus manos sobre la perilla de la puerta del cuarto de empleados.

-Entonces deja de estar al pendiente de lo que pasa afuera.

-Sabes que es nuestro trabajo.

-Bien. Sólo quería hablar de lo que pasó ayer aquí mismo, te besé y eso no estuvo bien, fue un gran error de mi parte y juro que no volverá a suceder.

A Mark le dolió escuchar eso, debió saber que nada que venga de Jinyoung era en serio, el rubio había comenzado a darse cuenta que Jinyoung era un junior de papi, que no le gustaba trabajar ni tener las cosas por su propio esfuerzo, que no le importaba nada más que estár bien él mismo.

-Lo sé, sé qué clase de chico eres, te gusta tenerlo todo a la mano. Sólo piensas en ti sin importar si pisas a alguien más.

Dicho esto, Mark giró la perilla y salió, dejando con un sabor amargo a Jinyoung que sintió que todo había acabado, sin más, no creía tener una oportunidad más con el chico, esta vez le iba a tocar esforzarse en el futuro cuando decidiera que sentía por Mark.

-¿Qué pasó?- preguntó Yugyeom.

-Una mierda, fué un error para él, solamente un error, algo que no debió haber pasado.

[...]

-Le dejé ir, ya no me interesa.- comentó el pelinegro sin importancia a Bambam mientras tomaba una lata de cerveza del refrigerador.

-No sé por qué no te creo.- dijo el rubio tecleando en su computador.

-De verdad.- dio un trago a su bebida.

-Entonces salte de ese trabajo que sabes bien no necesitas.

Jinyoung apretó sus labios, no, no le quería dejar de ver, el rubio se había convertido en algo así como un hábito, siempre allí, presente con esa sonrisa amplia y sus pequeños ojos, su cabello y olor... No, definitivamente no quería dejarle.

-No, me gusta ganar mi propio dinero.

Bambam soltó una carcajada. -Vamos, Jin. Sabemos bien que no es así, eres un niño rico que no necesita esforzarse para tener lo que desea y Mark no es la excepción, le quieres tener debajo de ti pero sabes que ese chico te gusta más de lo que debería y le tienes miedo a lo formal... no quieres dejar tu vida de follar cada fin de semana, salir a fiestas y tomar, acéptalo. Y bueno, no puedo darte un consejo porque soy como tú, pero ten en cuenta que alguien más va a ver en Mark lo mismo que tú viste en él y quizá te arrepientas de dejarle.

-Gracias.

Y sin más, Jinyoung salió de la cocina un tanto molesto, celoso quizá, recordando la manera en que aquél chico le miraba y sonreía en la cafetería. Le daba rabia de tan solo pensar que Mark podía tener a chicos detrás de él y oh claro que los tenía, según Jinyoung, Mark era una obra de arte andando.

[...]

-Un imbécil, eso es lo que eres, un imbécil.- Mark decía a un Jinyoung imaginario, se sentía estúpido por haber mantenido felicidad en su pecho al pasar aquel beso que en el pensamiento del rubio para Jin no significó nada.

Equivocado estaba.

Esa noche no se permitió llorar, no iba a llorar por una grandísima estupidez, fue un error y nada más, él se había prometido el no enamorarse ni tener algún tipo de relación con un hombre hasta que viviera fuera de la casa de su tía y esto le ayudaba a alejarse del chico que le gustaba.

Aunque ya era hora que buscara dónde vivir, ya tenía la edad suficiente para hacerse cargo de si mismo, quería una vida propia sin tener a varios ojos mirándole para saber qué hace o deja de hacer, ¿es que todas las familias son así? ¿no quieren dejar vivir la vida de otro miembro agusto?

[...]

Mark dejó de tratar a Jinyoung.

Jinyoung comenzó a sentirlo y portarse más irritado de lo normal en casa al saber que Mark estaba dándole la atención que le pertenecía a otro, un cliente llamado Jaebum.

Bambam comenzó a sentirse molesto con Jinyoung pues no hacía nada por ganarse a Mark de nuevo.

[...]

-Buenos días, cliente habitual.- le sonrió Mark a Jaebum llegando con él.

-Buenos días, Mark sonriente habitual.- JB le devolvió el saludo y Mark río. -¿cuántas veces debo intentar que me llames por mi nombre?

-Es usted un cliente, no puedo llamarle por su nombre.- respondió el rubio.

-Claro que puedes, pero bueno, tiempo al tiempo.

-¿Qué va a tomar esta vez ya que recorrió todo nuestro menú?

-Pues...- una vida a tu lado. -creo que solo un café negro por hoy.

-En seguida estará aquí.

Cuando Mark regresó con la bebida en bandeja y la dejó sobre la mesa le puso en frente el café a JB y suspiró.

-¿Algo de lo que quieras hablar?- preguntó interesado JB.

-De hecho, me quiero mudar, quiero vivir alejado de mi familia pero no puedo pagar la renta completa de un departamento pues aún junto para mi universidad... y, sólo quería decirlo, no sé qué hacer.- JB le miró, tratando de buscar una manera de ayudarle.

-¿Has pensado en mudarte con alguien? Si te mudas con una o más personas puedes compartir la renta y será mucho menos lo que tengas que pagar si se dividen, he visto que varios chicos hacen eso... y,- JB recordó algo muy bueno para el rubio. -¡Peniel!

-¿Qué?

-Uno de mis amigos de la infancia se mudó solo a un departamento y piensa lo mismo que tú, está en busca de alguien con quién compartir el departamento... si tú quieres le puedo decir y los presento.

A Mark se le iluminaron los ojos, era perfecto lo que este chico le estaba planteando y era definitivo que quería salirse de casa de su tía si se podía ese mismo día.

-¡Claro que quiero! Sí, sí, por favor, llámale y dile si aún sigue interesado y estoy seguro que por ser amigo tuyo es confiable.

-Es increíble ese tipo, le llamaré desde ya.- el morocho le sonrió mientras sacaba su móvil del bolsillo.

Mark mientras hacía la llamada fue a la caja con Yugyeom quién le dijo que la mesa 6 quería ser atendida por él y así mismo fué, a donde la mesa 6 en la cuál había un chico rubio.

❁he's gone.  ▸m,j.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora