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—Buenos días.— sonrió Bambam a Yugyeom.

—Buenos días, tome asiento, un mesero le atiende en seguida.— Yugyeom trató de verse varonil, algo que su sonrisa de niño pequeño no se lo permitió.

—Mark, por favor, que me atienda Mark.

Yugyeom asintió con una pizca de celos, el chico era lindo.

Bambam tomó asiento en una mesa un poco alejada y espero no mucho tiempo a la llegada de Mark; delgado, también rubio, bonita boca y muy lindo físicamente.

—Buenos días, me han dicho que quiere ser atendido por mí. ¿Qué desea ordenar?

—Hola, eres guapo, Mark.— este se sonrojó.

—Oh, gracias.

—De nada, ahora me gustaría pedirte un café moca, por favor.— le sonrió.

—En seguida está aquí.— Mark le devolvió la sonrisa.

El rubio pidió la orden y mientras estaba siendo preparada salió a ver a uno de los clientes que anunciaba pedir algo más.
Jinyoung salió del cuarto de empleados pues había tenido la necesidad de ir al baño y cuando se dio cuenta quien le sonreía mientras le saludaba de lejos casi se atraganta con su propia saliva.

—¿Qué haces aquí?— le preguntó el pelinegro llegando a su lugar.

—Vine a tomar un café.— Jinyoung le miró incrédulo. —y... a conocer al príncipe, Dios, sí que parece un príncipe, es precioso el chico.

—Ajá, pero es mío, lárgate.— Bambam fingió cara de sorpresa pues sabía quién había escuchado eso último.

—Jinyoung, ¿por qué le hablas así?— preguntó Mark.

Mierda.

Susurró el pelinegro.

—Es un viejo amigo, no le quiero ver.— se excusó.

—Amigo o no, es cliente, él pidió mis servicios, así que mejor retírate y déjame atender.

Jinyoung miró a Bambam con el ceño fruncido y este le sonrió. Terminó por irse y Mark le regaló una sonrisa sin separar sus labios.

—Es muy bruto, ¿no es así?— mencionó Mark.

—Realmente un estúpido,— Mark río. —somos amigos, desde hace muchísimo, incluso vivimos juntos. Él me ha comentado que le has dejado de hablar, le ignoras y eso le hace ser más bruto. Por favor, no vengo como cliente,— Bambam miró la bandeja con el café moca que había pedido. —vengo como amigo del chico que gusta de ti, le gustas, Mark... quizá estoy siendo demasiado entrometido pero comprendeme, yo vivo con él y le aguanto todas sus estupideces.

—Prometo hablar con él.— asintió Mark. Bambam le sonrió, dió un trago a su café y se pudo de pie.

—Espero vernos pronto.— se despidió y fué a caja a pagar para salir de la cafetería.

Al momento en el que el pelinegro vio que su amigo había salido del establecimiento fué a donde Mark y este lo miró, era como si tratara de descubrir algo en él.

—¿Pasó algo?— preguntó Jinyoung.

—Pasó que tu amigo vino a quejarse de ti pues siempre has sido un bruto en la vida...

—Oye, gracias por las palabras.— Mark sonrió burlón.

—Me dijo que yo te gustaba...

—¿Tiene algo de malo?

—Eres un mirrey, Jin, no sabes lo que quieres, no tienes planeado tener una relación seria, ni en el presente ni en el futuro.

—Claro que sí.— no es cierto, no quiero una relación seria pero sí te quiero a ti conmigo, Mark.

—Sabes que no es cierto, y no creo estar dispuesto a estar con alguien que un día me besa y al otro me ignora. Somos demasiado diferentes y lo sabes.

—¿Te gusta ese chico que viene hace dos meses aquí? ese tal JB.

—Andas mal, él es mi amigo y si me gusta o no creo que no debería importarte.

Y sin más, Mark caminó lejos de Jinyoung, deseando no haberlo conocido, deseando que no hubiese entrado a trabajar allí mismo pues sin darse cuenta se había enamorado de Jinyoung, el verdadero, el que lo hacía reír y le abrazaba cuando necesitaba ánimos, no del niño rico.

—Quiero que se vaya.— el rubio suspiró confesando a su amigo.

—¿Quién?— este frunció el ceño.

—Jinyoung, a durado cinco meses trabajando aquí y no lo necesita, altera mis sentimientos y ya no le quiero ver, si no se va él no voy a tener otra opción más que irme yo.

Yugyeom le miró con una ceja alzada. —Tienes más que esa opción.— Mark le dió más atención. —tienes la opción de darte una oportunidad con Jin, vamos, sabemos que es una persona inestable pero también sabemos bien que no es malo, de hecho, es una de las mejores personas que he conocido y dime si estoy mintiendo. Mira, Mark; la vida pasa más rápido de lo que crees, tienes 20 años, mira el ayer cuando tenías 17 y entraste a trabajar aquí, ¿no crees que es demasiado pronto lo que ha pasado?— el rubio asintió. —¿Quieres que pase el tiempo y se desperdicie sin saber si puedes ser felíz con él?

[…]

El pelinegro entró al cuarto de empleados para guardar su delantal y placa y lo primero que vio fue la bonita espalda de Mark desnuda.

—Lo siento.— Jin sabía que Mark no le había visto, más sin embargo pidió disculpas y se dirigió a su casillero sin decir nada más, aunque su mente pudo haber volado a miles de sitios en dónde pudo imaginar cómo hacía suyo a Mark, por primera vez se sentía triste pues seguro estaba que Mark iba a estar mejor sin él, ¿pero y él?

—No te preocupes.— el rubio se puso una playera más cómoda pues JB le iba a llevar a conocer el que quizá sería su nuevo hogar.

—Por favor, di algo, me estoy dando por vencido contigo y de verdad no quiero seguir haciéndote sentir incómodo, dime que me vaya y lo haré.

Mark le miró.

—Me gustas, y eso no te lo voy a negar, pero yo quiero algo serio...

—¿No crees que estámos demasiado jóvenes para hablar de algo serio?

Mark rodó los ojos y le volvió a dar la espalda.

—Tienes razón, soy jóven para malgastar mi tiempo en alguien como tú.

Cerró su locker con enfado y salió de ese cuarto, se despidió de Yugyeom en la puerta y este se fue, Mark esperaba a que Jinyoung saliese para cerrar la cafetería y en cuanto lo hizo, cerro con llave sin siquiera voltear a ver al pelinegro.

—¿Me ignoraras siempre?

—Mientras pueda sí.— su mirada se dirigió al frente y pudo ver que JB salía del edificio en donde vivía con las llaves de su auto en mano, le hizo una señal y Mark salió en dirección a él sin despedirse de Jinyoung.

❁he's gone.  ▸m,j.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora