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Jinyoung entró a su hogar compartido con los otros dos chicos, dejó caer las llaves sobre una pequeña mesa que estaba an entrar y caminó hasta la sala dejándose caer sentado en el sofá más grande. Se inclinó sosteniendo su cabeza con ambas manos y sus codos sobre sus rodillas, pensando en todo lo que ha pasado, desde que conoció a Mark sabía que el chico era distinto más no hizo el intento por tratarlo mejor que a sus otros amoríos sin importancia, Mark merecía algo mejor.

Sintió un peso a su lado y una mano acariciando su espalda.

—¿Qué pasó?— preguntó Bambam, y sin más, el pelinegro se puso a llorar.

—Desde que tengo uso de razón mis padres no se quieren, ni siquiera me quieren a mí, el creer que con darme todo lo material me tiene completo es incorrecto, una pequeña demostración de amor me hubiese bastado para no ser quien soy en estos momentos. A los trece comencé a beber, se hizo un hábito beber en los momentos difíciles para reír y olvidarme un poco de cada discusión de mis padres hablando sobre el maldito trato que hicieron y poder separarse cuando yo tuviese dieciocho años. Pude haber sido mejor pero el alcohol y los problemas ajenos a mí me llevaron a donde ahora estoy... he perdido a la única persona con la que me he sentido lleno...— decía el chico llorando.

—Jinyoung...— susurró Bambam.

—Mark está con JB, están juntos y... quizá él está mejor con él, Mark merece a alguien que sí lo quiera.

—Tú lo quieres, y Mark te quiere, por Dios Jinyoung, quien no haya notado el amor que hay en los ojos de ese rubio cuando te mira es porque está completamente ciego, cualquiera se puede dar cuenta de lo tan importante que eres para ese chico... vuelve a intentarlo.

—Yo no lo merezco...

—Quizá estuvo mal lo que hiciste... hicimos, pero puedes intentarlo, yo hoy me mudo.— Jinyoung le miró con ojos llorosos. —Me voy con mamá, lejos estaremos mejor y creeme que todo irá bien sin mí aquí. Yo... también estoy mal con la bebida y quiero alejarme un poco de toda esta mierda que hemos vivido, ser alguien mejor y más sano y quizá poder encontrar a alguien por ahí...— Bambam elevó sus hombros.

—No tienes que irte...

—Sé que no, pero realmente lo quiero, ya sabes, desición propia, ambos seremos mejor que un simple juego de copas y sexo.

—Bebé...— susurró Jinyoung. Bambam le regaló una pequeña sonrisa.

—Cariño...

Se abrazaron por un rato, hasta que el taxi de Bambam llegó, guardó casi toda su ropa en unas tres maletas y terminó por irse no sin antes despedirse de Jackson.
Jinyoung y Jackson entraron a casa, viendo bien que se sentía callada, como si nadie estuviera allí, se miraron y suspiraron.

—Bambi me ha contado lo que ha pasado entre tu chico y tú... así que... ¿y bien?— se sentaron y Jackson le miró.

—¿Y... bien?

—¿Qué haremos? digo, para recuperar al rubio, tiene que volver a ser nuestro.

—¿Nuestro?— el pelinegro frunció ligeramente el ceño.

—Sí, dime qué hay que hacer.

—Por el momento dejarlo pensar y aclarar su mente, quizá no quiere que me vuelva a acercar.

—Tonterías... vayamos al café.

—Si vamos me voy a tener que quedar, no quiero verle con JB, supongo que ya no trabajaré más allí.

—¿Bromeas?— Jinyoung negó. —ese es el único sitio en el que puedes estár junto a él, el gran pretexto. Sigue yendo a trabajar. Es más, pediré empleo también, ¡haremos que ese chico te ame más de lo que ya!— decía Jackson emocionado.

❁he's gone.  ▸m,j.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora