×último Año×

1.5K 106 141
                                    

¿Tengo que hablar? Hola, me llamo ____, mi apellido es ____. Tengo cuatro años. Bueno, al cuento.

Estaba en el salón, busqué algo para divertirme. Como siempre, no tengo nada que hacer. Así que, me escondo en los arbustos.

En este último año, un niño nuevo entro. La maestra dijo que aquel niño no le gustaba su antigua escuela, no me importaba mucho, así que me retire al aula, pero al rato, sonó la campana.

Como odio esa campana

Era el descanso, me fui al patio. Cuando noté que algunas niñas se alejaban de un lugar específico, gritaban mucho.

Para que gritaran así, debería haber sido un animal. Fui a revisar, pero me sorprendió lo que estaba observando.

Era un chico, que parecía no tener ojos. Lo observé desde la pared, estaba sentado en la esquina, con un peluche en sus mano. Saque mi mirada de él, me quería ir, pero volví a mirarlo otra vez. Cuando asomé la cabeza me quedé paralizada, me estaba viendo. Cuando reaccione, saque mi cabeza de su visión, cuando la volví a poner, me sorprendió que estuviese ahora a mi lado. Me asusté por unos segundos, en eso, me caí.

― ¿Estas bien? perdona, no quise asustarte ― su voz sonaba muy preocupante, como también nerviosa. Enseguida me sentí muy titubeante, como rara. No podía hablar, me había puesto en modo invisible, pero parecía no funcionar.

― Lo lamento. no hablas mucho eh, ¿Tampoco eres muy sociable?― mi corazón empezó a palpitar mucho. Mi mirada fue hacia abajo, evitando querer llorar, corrí hacia los arbustos, en donde me sentía más segura.

no me gusta que me digan lo que yo,
ya se, me hace sentir débil

― ¡Lo siento!, no quise... ― escuché un poco, era deducible que interrumpieron al niño nuevo.

― No te preocupes, ella está bien, solo le dolió un poco tu comentario ―

como si me hubiera dolida tanto, es solo un estúpido comentario

― Pobre, le habrá dolido mucho mi comentario― agarró fuerte su peluche, estrujandolo sobre su pecho.

Me di vuelta, quería irme del lugar. cuando me entró la curiosidad del niño que estaba con el nuevo, observé un poco desde el arbusto. En sus manos tenía algunas hojas como también crayones.

Veo todo, mi sigilo es lo máximo, soy un ninja, la mejor del mundo.

De repente un niño con cabello muy lindo, me tomó de los hombros. Asustada tape mis ojos con mis mangas, me tiré de cabeza al suelo y, empecé a tiritar.


-― ¿Perdona, te asusté? Oh, eres la niña que no socializa ― salí del arbusto, cuando sonó la campana.

¡Salvada por la campana!

Miré como aquel niño de ojos negros como el dibujante, me miraban. no sabían que estaba frente de ellos, en los arbustos. Sólo seguí corriendo, hasta que me choque con un niño que tenía el cabello muy curioso, se veía como gato.

― ¿Estas bien...? Ow, eres la niña ― escuchar aquella oración no me agradó, intenté huir, otra vez. Pero me agarró de la muñeca, en cuanto me aleje, me hizo girar, haciendo que termine por donde estaba antes.

Stille, no te diré esas palabras, iba a decirte eres muy pequeña―.

¿eso es un insulto?
Lo tomaré como cumplido

Sonreí, no sabía qué hacer, así que sólo corrí otra vez pero esta vez, el niño gato corrió conmigo.

― ¡Llegué primero que tu!, ha ― Me tape la boca con vergüenza, me senté en mi sitio al fondo de todo, en una esquina oscura. El niño gato, movió su saco al lado mío.

― Nunca hablamos, pero podemos comenzar ― sonrió, me puse algo nerviosa, nunca nadie habló conmigo así, más de una oración. me puse la almohada en mi cara, para no notar mi sonrojo.

― ¿cual es tu nombre?, yo me llamo Tord ―

― Mi nombre es ____, un gusto en conocerte ― sonreí, en eso, sonó la campana.

― Hora de la siesta de la tarde ― anunció la maestra, escribió las palabras dichas en el pizarrón y se sentó a dormir.

Tord se quedó dormido, pero yo no. No me gustaba dormir a la tarde, menos temprano, así que me levanté, me encamine al patio.

como siempre, la maestra ni cuenta se da siempre se duerme en todas las horas

Intente abrir la puerta, pero era demasiado alta. Sin darme cuenta por fin la abrí, pero fue gracias a Tord, estaba sujetándome de abajo para llegar al picaporte.

le tomé de la mano, juntos fuimos al patio, nos columpiamos. me senté en uno de ellos igual Tord, entonces cuando bajamos, le agradecí por todo. Se puso rojo, a la vez que se rascaba la nuca, cuando nos dirijamos hacia adentro. Veía que Tom estaba sujetando algo fuerte, aquel peluche. A la vez que nos miraba.

que hago, me está mirando raro

no soporté más la atmósfera, corrí hacia el aula, dejando atrás a Tord. Mientras corría, choque con el niño dibujante.

siempre es lo mismo, lloraba, temblaba, corría, me escondía una, otra, e otra vez

― ¿Cómo era tu nombre? ― Estaba sonriendo, se notaba el nerviosismo.

― me llamo ____, un gusto en conocerte, si me disculpas me voy.

Fui directo a mi sitio, dándome cuenta que aquel niño me seguía.

― Bonita almohada ―  observé aquel individuo ya enfrente mío, sujete más fuerte mi almohada sin hacerlo notar, mire directo a su rostro, pero los nervios me vencieron dejándome guiar por ellos mire el piso.

En cuanto levanté la vista el había dado un paso atrás, había alguien atrás de el, con quién ya me había topado.

― Oh! Edd ¿qué tal?, ¿Puedo unirme? ― mire para la izquierda para evitar el enfrentamiento de sus ojos fijados en mi. Escuché salir de la boca de uno la aceptación, para después ambos estén sentados enfrente mío, la incomodidad estaba hecha, nadie decía nada, no salía ni una pizca de ruido. Hasta que llegaron dos personas, llevándose toda la atención, uno era Tord, al lado del niño nuevo.

Pidieron sentarse, volví a mirar a un lado, dejando que alguien más lo dijera, aceptaron sentándose al lado de los dos individuos.

― ___ ¿puedo sentarme contigo? ― me hacía sentir abrumada, poder hablar tranquilamente con él, pero el resto no; alcé mi mano para palmera unas cuantas veces al lado mío, aceptando la invitación.

Cerré los ojos, el cansancio me venció por algunos instantes, pero en cuanto los abrí todos estaban mirándome, mi vista no podía fijarse en otro lado que en los rostros de los presentes.

Escuché como el castaño decía mi nombre para después proseguir Tord diciendo que era tímida.

¿Esto era una presentación?

Las campanas estaba sonando, despertando a otros, en cambio nosotros cinco estábamos cansados. Uno por uno calló rendido en su almohada.

Continuará

La infancia [Eddsworld X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora